Itachi apretó los labios para retener una queja ante el discurso de su padre. Dios, ¿era la edad o Fugaku se encontraba demasiado insistente con el tema? Una nueva señora Uchiha. Una novia. Una esposa.
Para él.
Siempre que Fugaku sacaba el tema, Itachi se preparaba mentalmente y contaba hasta diez, mordiendo su lengua para evitar soltar la verdad que ocultaba muy dentro suyo. Él ya estaba apartado. No, no era la tierna Izumi; era su preciado Shisui. Ah, ese condenado demonio de sonrisa encantadora se burlaba de su mala fortuna con respecto a sentar cabeza antes de tomar el liderazgo del clan; claro, Shisui sabía que prefería renunciar y dejarle a Sasuke tal honor antes que acabar con su relación.
— Oh, vamos, Itachi —exclamó Shisui, días después. Mantenía una sonrisa divertida mientras observaba el ceño fruncido de su novio—. Si Fugaku supiera, estoy seguro que no insistiría tanto en presentarte a esas mujeres.
— Pero él no lo sabe, Shisui.
— Mhm... —El mayor cerró sus ojos, meditando alguna respuesta— ¿Qué tal si me compro una peluca y finjo ser tu candente novia?
— Candente novia... por supuesto —musitó como respuesta sin un ápice de diversión ante la broma—. Hay paz, tranquilidad, pero el clan aún tiene la mente cerrada con las relaciones como las nuestras.
Claro, eran un clan de costumbres viejas; no tanto como los Hyuga, pero por ahí iba la cosa. El tiempo pasó, había tecnología que antes era impensada, nuevos objetos y... parecía que nada había cambiado entre los muros del barrio Uchiha. Shisui se sentía fuera de lugar cuando Itachi tenía esos pensamientos, le disgustaba saber que uno de los dos le daba demasiada importancia a lo que el resto podría decir si llegaran a enterarse.
— ¿Sabes qué es lo mejor de los secretos, Itachi? —Preguntó, ganándose la atención del mencionado—. Que son nuestros y nadie puede juzgarlos porque todos tenemos uno del cual avergonzarnos... aunque a diferencia del resto, el mío me hace sentir orgulloso.
— Lo siento —se disculpó el de cabello largo—. Tienes razón, no debería darle tanta importancia.
— Y ya que terminamos el tema... —Shisui acercó su rostro sonriente al de su novio, batiendo sus pestañas como una coqueta genin intentando conquistar a su crush chunnin— ¿Qué tal si recordamos nuestro secreto?
Itachi sonrió a ojos cerrados, divertido por el lado tan infantil de Shisui. No se opuso cuando los labios del mayor saborearon los propios; los secretos eran mucho más preciados cuando sólo era cosa de dos.

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Drabbles {3} | ShiIta.
FanficHistorias cortas del ciego y la comadreja; {AU; Canon; Yaoi}