6. Jongin

4.6K 551 221
                                    

Muchas gracias por el apoyo a esta historia que es una de mis bebés ♡ les dejo este capítulo con lemon (o smut, si se quieren escuchar fresas).


Había transcurrido ya casi un mes desde que Kyungsoo llegó por primera vez a la casucha de Kai. El moreno nunca salía de casa, más que cuando Kyungsoo se estaba bañando, y no tardaba mucho en volver con ropas nuevas y mercancía para la alacena. Al parecer, Kai no confiaba lo suficiente en él, puesto que seguía cerrando la casa con llave para impedir que saliera, pero a Kyungsoo ya no le interesaba demasiado irse.

¿Para qué querría arrojar todo a la basura? Si nadie le había hecho sentir antes como Kai lo hacía, nadie hacía revolotear sus sentimientos como el moreno lo hacía, ni jamás había sentido que alguien podría ser tan maravilloso como lo era Kai.

Con frecuencia compartían besos de todo tipo: besos suaves cuando se acurrucaban en la cama, que se tornaban más intensos cuando Kai perdía el control y terminaba devorando su piel; besos tiernos y sutiles en la ducha, cuando de vez en cuando Kai se encargaba de tallar su piel y repartir caricias con sus labios en su carne húmeda; besos lentos, profundos mientras miraban películas en el sofá y terminaban por mandar la trama al carajo para concentrarse en ellos mismos. Cualquiera de ellos le hacía temblar, le provocaban contraer los dedos de los pies y aferrar sus puños a los hombros del hombre; le habían transformado en un ser vulnerable, adicto, y Kyungsoo no podría ser más feliz con ello.

Algunas veces Kyungsoo se encargaba de preparar el desayuno, mientras que Kai siempre volvía con el almuerzo y preparaba la cena, que siempre tomaban con algo de vino tinto o rosado. Kai ya le dejaba dormir en la habitación principal, ambos olvidándose del cuartucho frío en el que el cantante pasó sus primeras noches. Ahora dormían juntos, con el moreno acariciando los cabellos negros del mayor hasta que se quedaban dormidos, y despertando juntos, abrazados, con Kyungsoo refugiándose en el pecho del moreno.

Fue la tarde de la primera nevada invernal, cerca de noviembre, cuando Kai llegó con un nuevo regalo para él, algo que Kyungsoo sentía que era lo mejor que le podía dar desde que llegó.

-Hoy saldremos a dar un paseo, Soo. Quiero enseñarte un nuevo lugar.

A Kyungsoo no le extrañó que Kai caminara muy cerca de él, sosteniendo su mano con fuerza como si temiera que comenzase a correr lejos de él, pero Kyungsoo le tranquilizó, se deshizo suavemente del agarre y entrelazó su brazo con el del moreno para caminar por el bosque como si fuesen una pareja de enamorados.

Kai le había dado un abrigo de diseñador, carísimo y que le quedaba perfectamente. Le dio también unos pantalones y unas botas para caminar sobre la fina capa de nieve con las que lucía hermoso, y ambos pasearon por ahí hasta que llegaron a un sitio amurallado, bastante oculto del resto del mundo. Kyungsoo no podía distinguir más allá, hasta que llegaron a una reja pequeña que dejaba ver un enorme terreno con una mansión impresionante.

-Kai... ¿qué es este lugar?

-Aquí es donde vengo cada tarde por comida y ropa, Kyungsoo.

El cantante le miró incrédulo y le dio un suave puñetazo en el hombro que sorprendió al más alto.

-¿¡Acaso has estado robando!? ¡Eso no se hace, Kai! ¡No tienes vergüenza!

El moreno soltó una carcajada de alegría e hizo pasar a Kyungsoo por la reja, guiándolo sin tapujos por el lugar.

-Esta es mi casa de descanso, Kyungsoo, es mi propiedad -le dijo para tranquilizarlo-. Esta es la parte trasera, entraremos por la cocina -ambos caminaron por el terreno, subiendo por una pequeña colina hasta que llegaron a la puerta trasera. Kai le guio por el edificio de estilo mediterráneo, con interiores casi principescos que no tenían nada que ver con el sitio en el que estaban antes-. Aquí nos quedaremos a partir de ahora, Soo, este será nuestro nuevo hogar.

Fanatismo | kaisooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora