Desperté. Notaba como todo a mi alrededor estaba sumido en una profunda oscuridad siendo tan solo interrumpida por las siluetas de esas horribles criaturas que deambulaban a mi alrededor. Los cranks. Podía notar el desagradable hedor que inundaba el aire haciendo que la tarea de respirar fuese cada vez más complicada. Tuve la intención de levantarme pero supuse que lo mejor sería no llamar la atención así que decidí esperar y permanecer tumbado en aquella posición. ¿Qué hago yo aquí de todas formas? ¿Estoy muerto? Mi último recuerdo es un rostro de alguien amigable, un rostro que produce muchas sensaciones extrañas en mi cuerpo aún sin saber a quién pertenece. Debía levantarme. Si seguía allí lo más seguro era que aquellas cosas me quisieran merendar. Tomé aire buscando el valor para moverme y poco a poco conseguí sentarme. Miré a mi alrededor confundido. La ciudad ya no estaba. Había quedado reducida a cenizas y escombros. No había nadie, tan solo el silencio y esas extrañas y repulsivas criaturas. Estaba solo. Me levanté con cuidado sintiendo una punzada de dolor en mi pecho. Miré hacia el lugar del que provenía esa horrible sensación encontrándome con una imagen para nada agradable. Mi cuchillo, el que siempre había llevado conmigo, ahora se encontraba clavado en mi pecho. ¿Acaso era posible? Debía estar muerto. Tal vez lo estaba y todo era un acto de mi imaginación. Sin embargo de algo estaba seguro. No podía quedarme ahí. Debía encontrar la forma de sacar el cuchillo sin provocar que la herida se ensanchara y debía buscar un refugio. Uno de mis mayores temores siempre fue el quedarme solo y ahora lo estaba, no había nadie. El humo y las cenizas me nublaban la vista y me hacían lagrimear. Di un par de pasos lentamente hasta llegar junto a una especie de muro hecho de escombros. No sabía qué hacer. Suspiré sentándome sobre el montón de piedras. Poco a poco empecé a recobrar el aliento. ¿Por qué seguía allí? Mi único deseo desde que llegué por primera vez al área, era morir. Por fin lo había logrado y sin embargo ahora volvía a vivir la misma pesadilla. Me llevé la mano a la cabeza sintiendo una punzada de dolor. Apreté los ojos y fruncí el ceño. Por favor Tommy, por favor. Las mismas palabras se repetían sin parar en mi cabeza. ¿Quién era Tommy? Abrí los ojos mirando a mi alrededor desorientado. Mi pecho seguía quemando. Debía sacar aquel objeto de mi cuerpo o me acabaría desangrando. Es cierto que quise morir pero si había vuelto a la vida, de alguna manera, significaba que aún tenía que hacer algo. Siempre tuve la teoría de que las personas que mueren, lo hacen porque ya no son necesarias en el mundo y sin embargo yo había intentado suicidarme una vez en el laberinto y otra aquí mismo, en esta ciudad. Mis recuerdos cada vez se volvían más claros. Mi nombre es Newt. Tengo diecisiete años. Tenía catorce la primera vez que pisé el suelo del área y junto a mis amigos viajamos hasta esta ciudad para rescatar a Minho de las garras de C.R.U.E.L. Recuerdo perfectamente la noche en la que Thomas, Sartén y yo salimos a escondidas para emprender nuestro viaje hacia la última ciudad. Por el camino nos encontramos con un grupo de cranks y sin que nadie se diese cuenta, uno de ellos me infectó con el virus de la Llamarada. Fruncí el ceño remangando mi chaqueta para comprobar como la herida estaba cicatrizada y mis venas volvían a tener su color natural. ¿Cómo era posible? No existía ninguna cura para aquel virus y sin embargo yo había vuelto a mi estado normal después de la transformación. Mi pecho seguía ardiendo dificultándome el respirar y mi cabeza daba vueltas. Solté varios jadeos levantándome por fin. Lo único que se me ocurrió en el momento era volver a la sede de Lawrence, donde nos había llevado Gally al reencontrarnos después de tanto tiempo. Mientras no hiciera ruido ni movimientos sospechosos estaría bien, mi cuerpo seguía lleno de sangre y desprendía un olor desagradable. De no poder pensar, estaría seguro de que soy un crank. Poco a poco comencé a caminar por entre los escombros, pasando desapercibido ante las criaturas a mi alrededor. Con algo de suerte encontraría vendas y algo para curarme la herida una vez me retirara el cuchillo. Después debía idear un plan para salir de aquel horrible lugar. Tal vez podría volver por el mismo camino que una vez recorrí junto a Thomas y Sartén y reunirme con ellos en el barco para ir al Paraíso. ¿Cuánto tiempo había pasado inconsciente? ¿Seguirían allí? ¿Esperando por mi regreso? Negué con la cabeza obligándome a continuar dando pasos a pesar de que mi cuerpo cada vez fuese más pesado. Debía llegar a aquel lugar. Allí estaría más seguro que en el exterior y tal vez tendría la suerte de encontrar algo para curarme.
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You Are My Gravity | Newtmas
FanfictionTras terminar las infernales pruebas en el laberinto, Thomas y los demás chicos pueden por fin vivir una vida normal libre de peligros. Sin embargo el recorrido que tuvieron que hacer para llegar hasta ese punto ha dejado grandes heridas en sus cora...