4. Newt

7.5K 717 138
                                    

Entré al enorme edificio o a lo que quedaba de él. Escombros y cenizas llenaban el lugar dificultando el paso. Se me hacía difícil respirar y sentía que se me nublaba la vista a causa del humo. Mi pecho seguía sangrando y dolía cada vez más. Necesitaba extraer el cuchillo o acabaría desangrándome. Por suerte los cranks no habían invadido por completo ese lado de la ciudad y no había tanto peligro como en otros lugares. Maldije por lo bajo sintiendo mis piernas flaquear. Logré entrar en una especie de habitación cerrando la puerta tras de mí. Quise avanzar pero mis piernas cedieron provocando que me derrumbara en medio de la estancia. Apoyé ambas manos en el suelo antes de que mi pecho rozara el mismo clavándome aún más el cuchillo. Eso hubiese empeorado todo. Conseguí tumbarme boca arriba y solté un quejido a causa del dolor. Mierda. Todo estaba mal. No sobreviviría. ¿Por qué no había muerto en primer lugar? Todo sería mucho más simple. Suspiré cansado. Esa no era la solución. Ahora debía encontrar la forma de volver con mis amigos. Ahora más que nunca. Por primera vez en mucho tiempo sentí que sería capaz de confesarle a Thomas mis sentimientos. Si volvía a verle juro que se lo diría, le diría todo, fuese cual fuese la respuesta. Mi vista se nubló y ya no pude distinguir nada a mi alrededor.

No estoy seguro de cuánto tiempo estuve inconsciente pero cuando desperté sentía mi cabeza arder. A mi alrededor un pequeño charco de sangre indicaba que la herida se había ensanchado debido a la caída. ¿Y ahora qué? ¿Acaso este será mi fin? ¿Morir desangrado en una ciudad reducida a cenizas? Algo atrajo mi atención. Fruncí el ceño. Una caja blanca con una cruz roja tirada debajo de uno de los estantes de la habitación. Un botiquín. Si tan solo lo hubiese visto antes. Con mucho esfuerzo conseguí arrastrarme hasta ella y con la esperanza de encontrar algo útil dentro la abrí. Quise gritar y dar saltos de la alegría pero mi herida no me lo permitía. Era el momento de curarme. —Vamos Newt.— Me dije a mí mismo intentando darme ánimos. Agarré el extremo del cuchillo con ambas manos y tomé aire. —Vamos. Repetí intentando tranquilizarme. Apenas me quedaban fuerzas y se me acababa el tiempo. Apreté los labios y cerré los ojos a medida que comenzaba a aplicar fuerza con mis manos. Dolía mucho. Una vez escuché que si lo haces del tirón duele menos que hacerlo de a poco. Inhalé y exhalé un par de veces buscando el valor para hacerlo. Solo era un tirón y ya habría acabado la peor parte. —Joder Newt, sé hombre.— Me dije con rabia y tiré con fuerza sintiendo como mi pecho expulsaba el objeto con rapidez. Un grito proveniente de lo más profundo de mi garganta llenó la estancia. Seguramente los cranks me habrían oído. Mierda. Mi vista se nubló a causa del dolor y las lágrimas que comenzaban a salir. Mierda, mierda, mierda. Mis manos estaban bañadas en sangre. Dejé el cuchillo a mi lado y me apresuré a desabrochar la chaqueta del uniforme de C.R.U.E.L despojándome por fin de ella y dejándola en el suelo. La herida estaba sangrando demasiado y se veía muy mal. Recordaba haber visto como curaban las heridas en el área así que con esa imagen grabada en mi mente tomé un trapo y el desinfectante y comencé a presionar mi pecho. Quemaba y dolía demasiado pero debía aguantar. Lo único que esperaba era no desmayarme de nuevo. Logré con una mano mantener el trapo presionando con fuerza la herida, provocando que de a poco dejara de sangrar, o al menos que dejara de sangrar tan violentamente y de forma tan abundante. Tomé una de las vendas y con algo de dificultad conseguí desenrollarla. Aparté el trapo que ahora estaba empapado y lo dejé en el suelo. Tomé varios trozos de algodón y comencé a mojarlos con desinfectante. Poco a poco limpié los arañazos y golpes que habían alrededor de la herida principal y guardé todo. Tomé la venda y comencé a atarla alrededor de mi pecho. Le di varias vueltas para finalmente atarla en un extremo. Joder. Se sentía bien dejar de tener aquella cosa clavada. Dejé el botiquín en su sitio y me guardé las vendas y el desinfectante en el bolso cerrando la cremallera para evitar perderlos. Me recosté en el suelo y cerré los ojos suspirando aliviado. Lo peor ya había pasado. Dejé que los recuerdos llenaran mi mente haciéndome olvidar la situación y el lugar en el que me encontraba. Thomas. Aquel rostro que había aparecido en mi mente nada más despertar hacía tan solo un par de horas. Era él. Si no me doliese tanto el pecho diría que sentía pequeños chispazos de solo pensarlo. Sonreí levemente. Qué jodida ironía. Tanto tiempo a su lado y no había sido capaz de confesarle mis sentimientos. Sabía exactamente cuál era la razón. Thomas estaba enamorado de Teresa y eso nada ni nadie podría cambiarlo. A fin de cuentas yo era solo su amigo. Juro que si vuelvo a verle le diré todo. Incluso si ahora Teresa y él son pareja, se lo diré. Dejé que mi mente se vaciara por completo y caí en un sueño profundo.

...

Había pasado casi una semana entera. Hacía calor. El sol abrasaba y quemaba todo a mi alrededor. Moriría de calor hasta llegar a mi destino. Llevaba caminando varios días seguidos desde que conseguí quitarme el cuchillo del pecho, descansando cuando el sol quemaba y caminando por la noche. Durante el camino me había encontrado una linterna y una pistola con unas pocas balas. Había evitado usarla a toda costa pues no sabía a qué me enfrentaría más adelante. Necesitaba encontrar un lugar a la sombra para descansar hasta que el sol dejara de quemar tanto. Calculé que aún quedaban unos tres o cuatro días a pie hasta llegar a dónde creía recordar que estaba el barco. No había forma de que ellos siguieran ahí. No habría querido que me esperaran. Seguramente estaban a salvo en algún lugar lejano, pero entre quedarme a vivir con los cranks en un lugar destruido y buscar la forma de reunirme con mis amigos, prefería la segunda. Seguí caminando hasta que vislumbré un túnel a lo lejos. El lugar perfecto para ocultarme del sol y descansar unas horas. Obviamente tendría cuidado porque cualquier movimiento brusco atraería a las criaturas y eso era algo que debía evitar a toda costa. Me había cambiado la venda apenas la noche anterior y aún me quedaban reservas para uno o dos cambios en el futuro. La herida había empezado a cicatrizar y ya me dolía cada vez menos. Incluso había podido trepar. Si no estuviese cojo a causa de mi previo intento de suicidio en el laberinto podría incluso correr sin problema.

Me adentré por fin en el túnel y me dejé caer en el suelo apoyando la espalda contra la pared fría. Suspiré cansado. Llevaba varias horas caminando sin parar. Tenía mucha hambre. Estaba acostumbrado a no comer apenas ya que entre las pruebas en el laberinto, las escapadas en el desierto y los asaltos en la Última Ciudad apenas comíamos. Pero de todas formas sentía la necesidad de beber agua y comer algo, por muy insignificante que fuera. Cerré los ojos cansado. No era conveniente que durmiese en un túnel probablemente lleno de cranks y no lo haría. Tan solo quería descansar unos minutos.

 Tan solo quería descansar unos minutos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
You Are My Gravity | NewtmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora