1. A new beginning

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-Thomas, sácalos de aquí.

La voz de Alby resonaba en mi cabeza sin cesar. Él había dado su vida por ellos y aún así yo había sido incapaz de salvarlos a todos. Teresa, Chuck, Winston, Newt... Todos habían muerto. La culpa me invadía como cada noche, incapaz de dormir daba miles de vueltas en mi cama hasta caer en un sueño profundo lleno de pesadillas basadas en mis recuerdos. Debí ser más rápido. Debí ser más fuerte. Debí pensar antes de actuar. Tal vez todos ellos seguirían aquí riendo y formando una nueva vida. Tal vez seguirían vivos. ¿Cómo había permitido que desaparecieran? ¿Cómo podría superar aquel horrible sentimiento? Jamás podría perdonármelo.

-Thomas.

Tal vez Alby podría enseñarles a los más jóvenes sus increíbles técnicas de combate y podría contarles miles de historias.

-Thomas.

O tal vez yo podría conversar nuevamente con Chuck a la luz de la luna sobre nuestras vidas anteriores y nuestros planes de futuro.

-¡Thomas!

Tal vez Winston podría aprender a cocinar y preparar miles de tipos nuevos de comida o podría disfrutar de la compañía de sus amigos como antaño.

-¡Thomas!

Abrí los ojos. Minho me miraba preocupado mientras zarandeaba mis hombros levemente.

-Menos mal, me has asustado maldito shank. ¿Qué soñabas? Estabas balbuceando cosas.

Fruncí el ceño llevándome una mano a la cabeza y sentándome en la cama. ¿Qué iba a decirle? No podía decirle la verdad o acabaría preocupándose. -No recuerdo.- Dije cerrando los ojos durante unos segundos. Oí una especie de bufido por su parte y sentí como la cama dejaba de pesar en un lado indicando que se había levantado.

-Levanta. Es tarde.- Dijo caminando hacia la puerta y saliendo al exterior.

¿Tarde? ¿Tarde para qué? Bostecé levantándome para ir al baño. Entré cerrando la puerta y me despojé de la camiseta con la que había dormido dejándola sobre el mueble. Me daría una ducha y estaría listo para empezar el día. Hice lo mismo con el bóxer y me metí en la ducha encendiendo el grifo y poniendo el agua templada. No me gustaba fría pero tampoco demasiado caliente así que podía pasarme un buen rato simplemente buscando la temperatura indicada. Al cabo de unos minutos ya había terminado. Apagué el grifo y tomé una toalla atándomela alrededor de la cintura. Me miré en el espejo buscando alguna huella de cansancio o algo que pudiese preocupar a mis amigos. Nada estaba fuera de su lugar. Sonreí aliviado. Mi cara estaba normal y no había rastro de ojeras. Salí del baño y caminé hasta el armario del cual saqué una camiseta y un bañador. Eché un vistazo por la ventana de la habitación mientras me terminaba de abrochar el bañador y acto seguido me pasé las manos por el pelo para darle un poco de forma. Ya estaba listo. Me puse los zapatos y salí de la cabaña cerrando la puerta. Mi estómago comenzaba a molestar indicando que tenía que alimentarme. Suspiré mirando hacia el horizonte mientras me estiraba dejando atrás cualquier posible rastro de sueño. Era hora de desayunar. Comencé a caminar tranquilo hacia el comedor mientras mi cabeza intentaba planificar todo lo que debía hacer esa semana.

-¡Thomas!

Me giré para mirar en la dirección de la que había venido la voz encontrando a Minho. -Hola Minho.- Saludé con una sonrisa mientras seguía mi camino hacia el comedor. Mi estómago hacía mucho ruido pidiendo que lo alimentara a gritos. Realmente necesitaba un café para terminar de despertar y un pastel o cualquier cosa que me quitase el hambre. Sentí unos brazos agarrándome con fuerza e impidiendo que continuara avanzando.

You Are My Gravity | NewtmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora