CAPITULO VII: DESEO FRUSTRADO

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Ambos partieron al segundo día de celebrarse sus nupcias, tenían que regresar al campamento donde se encontraba su hermano y la demás delegación del reino del hielo, con lo pasado en la boda había olvidado por completo que su hermano estaba inconsciente y que todavía faltaban dos días para que pudiera despertar.

Llegaron casi al anochecer siendo recibidos por la comitiva, los cuales les hicieron los honores respectivos como nuevos príncipes consortes.

Yan Da estaba sentada en el mismo caballo que Shi siendo cogida por la cintura fuertemente al entrar al campamento, su rostro estaba cubierto con la capucha de viaje, por lo que no podían verlo.

- Larga vida y felicidad a los príncipes consortes, se escuchó el saludo de armas cantado por los soldados.

Shi se detuvo, bajando del caballo, cargando a Yan Da para bajarla entre sus brazos, al ponerla en tierra, ella se descubrió el rostro sonriéndole a los soldados en señal de agradecimiento por su saludo, los cuales al verla se turbaron por su impresionante belleza, agachando la cabeza al sentir la mirada fulminante que les dirigía el príncipe.

- Guardias, llevan a la princesa a mis aposentos, en un momento estaré allí, quiero ir a ver a mi hermano, volteo a ella para decirle. – Yan Da, puedes esperarme en la tienda iré contigo en algunos momentos.

Yan Da lo miró fijamente. - Shi, ¿Podría acompañarte a ver a tu hermano?, yo quiero conocerlo, aparte ahora también es mi familia.

Shi, se acercó a ella acariciando su frente - De acuerdo vayamos a verlo juntos, la tomó de la mano guiándola hasta la tienda donde estaba su hermano.

La tienda se sentía cálida, estaba ricamente adornada, todo lo que un príncipe de la realeza necesita pensó Yan Da, muy diferente a las tiendas de campaña que sabían llevar ellos cuando iban de excursión o a una misión.

Ambos se adentraron hasta la parte donde se encontraban las habitaciones, pasando la sala de estar, pudieron ver una cama hecha de pieles blancas como la nieve y en medio echado un hermoso joven el cual se encontraba en un profundo sueño.

- Yan Da, por aquí la condujo Shi hasta el lecho donde se encontraba su hermano, - El es mi hermano mayor Kasuo.

Yan Da se acercó más para ver al hermano de su esposo.

- Es muy guapo, dijo sonriente Yan Da. Encontrándose con los ojos cerrados de su ahora esposo.

- Aiyya, aiyya, no pongas esa cara dijo Yan Da juguetonamente acariciando su mejilla, cerrando el sus ojos, no podía resistirse a ninguna de sus caricias, simplemente era débil ante ella. - El es guapo sí, pero no es mi tipo, me gustan más los príncipes con grandes ojos azules y hoyuelos en las mejillas, volvió a hablar estaba vez dándole un beso en la mejilla, causando el sonrojo de Shi.

- Eres muy lindo sabes, tu y yo hemos compartido mucho pero aún sigues sonrojándote, le dijo despacio antes de besarlo.

Shi correspondió a ese beso, el camino fue largo a donde se encontraba su hermano, no había tenido la oportunidad de besarla ni tocarla, ya que estaban delante de los guardias, aunque en algunos momentos cuando la tenía apostada contra él, tenía deseos de correr con el caballo y llegar a un lugar donde poder estar solos de nuevo como en el reino del fuego.

Estaba empezando a sentir los renovados deseos por ella, todavía no podía entender que es lo que le pasaba cuando estaba cerca de ella, solo tenía la necesidad apremiante de atraparla para él, de volver a hacerla suya, como en este momento, estaba por tomarla en brazos para llevarla a sus habitaciones, cuando sintieron un gemido que venía de su hermano.

FRAGANCIA DE AMBROSIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora