La luz de la mañana entraba por los cortinajes de la habitación, reflejándose en las paredes de hielo creándose hermosos y brillantes colores, toda una escena maravillosa digna de ser disfrutada, la fría brisa entraba por la ventana abierta trayendo consigo el aroma de las flores de cerezo inundando con su fragancia toda la habitación.
Yan Da estaba acostada en medio de la cama, no quería aún levantarse, todavía no estaba dispuesta a enfrentar que su hermoso futuro se había convertido de un momento a otro en un destino lleno de tristeza y dolor, brillantes lagrimas empezaron a correr por sus mejillas, seguidas de los pequeños sollozos que derramaba al acordarse lo que había pasado ayer en la noche...
Yan Da corrió a sus brazos lanzándose hasta él, pero sintió que él no correspondía a su abrazo así que le preguntó: - ¿Shi, que es lo que ocurre, dijo ella mirándolo fijamente.
El tomo ambas manos que lo estaban agarrando, quitándolas fuera de él, escuchándolo decir: - Señorita yo lo siento, pero no sé quién es usted, yo no la conozco, así que por favor no se acerque a mí con tanta familiaridad, ella sintió como todo se nublaba dentro de ella apretándose en su pecho.
- ¡Pero que dices Shi!, soy yo Yan Da tu esposa, como puedes decir no reconocerme le dijo ella, queriendo volver a tocarlo siendo evadida por él, dándole la espalda lo escucho decir con voz fría:
- Señorita, mi hermano me ha explicado la situación, me dijo que tuve que tomar su lugar casándome con usted para que se pudiera firmar el tratado de paz y porque su hermano fuera perdonado por nuestra tribu, pero yo no lo recuerdo nada de lo que se me ha dicho, respondió él dándose la vuelta para verla.
- No puedes estar hablando en serio Shi, tu y yo estamos casados, nos enamoramos después de conocernos, prometimos muchas juntos, no puedes haberte olvidado de todo eso, respondió ella palideciendo por la respuesta que le dio.
- Si lo estoy señorita, yo solo recuerdo que iba camino a su tribu con mi hermano, no tengo recuerdo de haberla conocido y mucho menos haberme casado con usted, le respondió.
- Si eso es así quizás es porque no pude recuperar parte de tu alma cuando estuve en tu conciencia, yo lo siento de verdad, solo que pasaron eventos que no me lo permitieron, respondió ella.
- ¿Dentro de mi conciencia dice usted?, pregunto él no entendiendo.
- Así es, yo entre a tu conciencia para tratar de unir tu alma y que pudieras despertar pero solo pude juntar dos de las tres partes y no encontré la última, quizás es por eso, le contesto ella.
- Bueno no entendió lo que sucedió, lo único que puedo decirle es que no la recuerdo a usted y mucho menos a la promesa que dice usted que hicimos, de verdad lo lamento mucho, respondió Shi causando más dolor en Yan Da.
- Pero yo podría ayudarte a recordar, se que con el tiempo tu podrías volver a sentir lo mismo por mi, le dijo ella acercándose a él colocando ambas manos en su pecho.
- Señorita yo creo que usted no debería intento decir Shi, cuando ambos sintieron como se abría la puerta dando paso a una hermosa mujer la cual era seguida por dos doncellas.
Shi dio un paso atrás, para luego dirigirse hasta donde estaba la mujer diciéndole:
- Madre ¿Cómo ha amanecido usted?, he sido descortés al no haberla ido a saludar, le dijo tomando una de sus manos llevándola a un diván para que se sentarán, casi ignorando la presencia de Yan Da en la habitación.
Ella queriendo presentarse apropiadamente ante ella se acercó y realizo una reverencia saludando:
- Buenos Días tenga usted Consorte Imperial Lian Ji, soy la princesa Yan Da de la tribu de fuego.
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FRAGANCIA DE AMBROSIA
FantasyUna boda, para acabar con una guerra, por una alianza entre dos tribus con rencores ancestrales, pero que pasaría el príncipe elegido, no es el que se ha casado.