Kasuo no podía creer lo que estaba escuchando, la mujer que en este momento se encontraba abrazada a su pequeño hermano, era la princesa que el tenía que haber desposado, pero ahora ella había dicho que estaba casada hace tres días con su hermano, lo que quiere decir que durante su estado de inconsciencia el tomo su lugar en la ceremonia convirtiéndose en su esposo.
Por lo que había podido apreciar de la escena encontraba en la tienda de su hermano y la cercanía que estaban demostrando sólo podía significar que ya habían consumado el matrimonio.
Un toque en su frente lo saco de sus pensamientos, vio que era la princesa que se había acercado a él colocando una de sus manos tomándole la temperatura, su toque le produjo una sensación cálida, ella lo estaba mirando fijamente sus ojos demostraban ternura y paz, eran unos ojos enormes y hermosos, su corazón empezó a latir rápidamente cuando ella lo tomó de la muñeca para tomarle el pulso, su cercanía le empezaba a afectar sobremanera sonrojándose.
- Ya no tienes fiebre, eso está muy bien, le sonrió Yan Da.
Retrocedió para regresar con Shi, pero al parecer piso un guijarro del terreno causando un pequeño corte en uno de sus pies quejándose del dolor.
- Ay, duele, dijo levantando un poco su pie, Kasuo quiso ir a su encuentro, pero al dar un par de pasos se dio cuenta que Shi fue más rápido y ya la tenía entre sus brazos.
- Yan Da que paso, Shi la miraba preocupado, ella levanto un poco su pie desnudo y le mostró la pequeña herida que tenía por la piedrita.
- Creo que me corte con una piedra del piso, le dijo sonriente como si no hubiera pasado nada.
- ¿Por qué saliste descalza? Le pregunto Shi empezado a dirigirse a la tienda con ella en brazos, olvidándose por completo de su hermano.
Kasuo se quedó unos minutos parado, pensando en la reacción de su hermano, hasta que decidió que necesitaba más respuestas que no se podía quedar así, estaba por entrar a la tienda cuando por la separación de las cortinas de entrada vio a su hermano arrodillado a los pies de la princesa él estaba limpiando con un paño húmedo la herida que tenía, para luego colocarle un pequeño vendaje, besándole la frente. - Debes ser más cuidadosa, le dijo mientras la acercaba a él y la colocaba en su regazo, atrayéndola protectoramente a su pecho.
- Solo fue un pequeño corte, le respondió ella riendo juguetonamente, para dentro de un par de horas ya estaré curada, mi cuerpo se regenera muy rápido de las heridas, no tenías que preocuparte, cuando entrenaba con mis hermanos me solía hacer más daño y estoy bastante acostumbrada.
- Pero ahora no estas entrenando, ni estás en tu tribu, a partir de ahora debes aprender a ser más cuidadosa, no me gusta que te hagas daño. Le respondió Shi apretándola más contra él.
- Lo dices porque voy a estar viviendo en tu tribu, ya lo he pensado sé que algunas personas no estaban de acuerdo con mi matrimonio en la tribu del hielo, porque aún nos consideran enemigos, contesto Yan Da moviéndose para verlo directamente.
- Solo quiero que estés bien, que te sientas tranquila en mi tribu, que de aquí en algún tiempo puedas considerarla como tu nuevo hogar, le dijo Shi acariciando su mejilla.
- Esta bien, pero solo promete algo ¿Si?, Yan Da le dijo.
- Te acuerdas que te dije nuestra primera noche de casados, que te daría todo lo que quisieras y te haría muy feliz, Shi acaricio delicadamente sus cabellos colocándoselos detrás de la oreja.
- Si lo recuerdo, pero solo quiero que me prometas que siempre vamos a confiar el uno en el otro, ahora eres lo único que tengo, eres mi nueva familia, mi nuevo comienzo, ya que mis hermanos y mi padre están lejos, eres lo único que quiero a partir de este momento, le contesto Yan Da cerrando los ojos abrazándose a él.
Shi sintió que su corazón se latía desbocado, ante las peticiones de su princesa, siempre había querido tener a alguien que lo quisiera a su lado, que no lo menospreciara, que lo valoraba por quien era, sólo tenía a Kasuo y a su madre, quienes eran los únicos que creían que el valía algo y era especial, nadie más en el reino de hielo lo quería cerca por su ascendencia mixta, y ahora esta hermosa mujer, su mujer le decía que era lo único que ella tenía, que él era lo que necesitaba, no podía pensar en que significaba lo que estaba sintiendo en su corazón, solo tenía un nudo en la garganta y un vació agradable en el estómago, él no sabía mucho de los sentimientos que podía tener una persona así que no podía racionalmente decir que sentía por ella, pero sólo estaba seguro de que le daría todo lo que ella le pidiera, le cumpliría todo lo que quisiera, ella sería también única para él.
- Yo, te lo prometo, respondió Shi empezando a besarla suavemente, a lo que Yan Da correspondió el beso.
Shi se levantó con ella en brazos sin dejar de besarla y se dirigió a la sala de dormir apagando las luces de esta, olvidándose ambos de quien los esperaba fuera de la tienda.
Kasuo había escuchado toda la conversación, apartándose de la entrada cuando Shi salió con la princesa en brazos, no sabía que pensar de lo que estaba pasando, de un momento a otro su hermano estaba casado con la mujer que él debía desposar, ella había resultado más hermosa y encantadora de lo que pensó cuando acepto este casamiento forzado, en un primer momento solo decidió acostumbrarse a la idea que tomaría a una mujer por esposa, que la trataría con todo el respeto y dignidad que se merecía al ser de la nobleza, trataría de llevar la mejor convivencia con ella para pasar sus días juntos, ya que intuía que no le llamaría la atención las mujeres de su tipo, es decir de carácter tan voluntarioso, posiblemente totalmente obstinadas, a él le gustaba las mujeres delicadas, con caracteres tranquilos que sean todas unas damas.
Pero al parecer no era del todo así porque en este momento, lo único que le pasaba por la mente era el recuerdo de ella acariciando su frente cuando le tomo la temperatura, el recuerdo de su vivido sueño de ella cantando en el bosque y peor aún el de ella totalmente desnuda entre las sabanas del lecho de su hermano.
¡En qué diablos estaba pensado!, ella ahora era la esposa de su hermano, su cuñada no podía tener esos pensamientos hacía ella, pero una voz dentro de él le repitió....
"Pero ella, debió ser tuya y no de él" enturbiando sus pensamientos, movió su cabeza como negando lo que había dicho su subconsciente, mirando una vez más la entrada de la tienda, dándose media vuelta se retiró por el mismo camino que llego, ya más tarde hablaría con su hermano.
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FRAGANCIA DE AMBROSIA
FantasíaUna boda, para acabar con una guerra, por una alianza entre dos tribus con rencores ancestrales, pero que pasaría el príncipe elegido, no es el que se ha casado.