Shi daba vueltas en su cama, no pudiendo conciliar el sueño por todo lo que había pasado entre su hermano y él, aún recordaba las duras palabras que le dijo su hermano...
- ¿Tu esposa?, vamos Ying Kong Shi desde que te despertaste no has querido reconocerla como tal, es más en vez de pedirle a padre que reconociera su unión, le pediste que te dejará devolverla a su tribu y el acepto, por lo cual ella ha dejado de ser tu esposa, contesto Kasuo en voz alta.
- Pero eso fue antes de saber que estaba esperando un hijo mío, ahora todo es diferente, dijo Shi.
- Lo dudo ya las cosas están hechas y no creo que Yan Da desee volver a estar a tu lado, pero igual déjala que descanse estos días, ella misma será quien te lo diga cuando despierte, dijo Kasuo.
Su Ge se notaba muy seguro de lo que decía, sería acaso que su esposa cuando despertara se alejaría de él, y porque se sentía tan intranquilo si hasta hace unos días lo que más quería que ella se fuera lejos de él, pero ahora el solo pensar en eso le traía una extraña sensación.
No pudiéndose contener más se levantó de su cama, usando sus poderes para salir de sus habitaciones y entrar a las de su esposa por el balcón que estaba abierto avanzo hasta el lecho encontrándosela en medio de las sabanas, al parecer se encontraba con demasiado calor ya que casi todos los cobertores estaban arrojados en el piso, por lo que los recogió para volver a colocarlos encima de ella, mirando como estaba echada de costado seguramente su hermano había ordenado que las doncellas la cambiaran porque ahora estaba con un camisón de dormir en vez del vestido que llevaba en la mañana, al menos eso era lo poco que podía ver entre las colchas, se paro mirándola un rato justo cuando estaba para salir de la habitación la sintió moverse para luego volver a hacer caer los cobertores al suelo se acercó de nuevo levantándolos teniendo por fin la visión de su esposa, la cual era muy diferente a la que tenía en esos días ante él tenía a la mujer que varias veces había visto en sus visiones, la mujer con precioso color rubor, con labios rojos y cuerpo sinuoso y no su pequeña y entristecida esposa que parecía un pajarito preso desde que se despertó en el palacio de hielo.
Se acercó a ella sentándose en la cama deslizando sus dedos por el cabello que le cubría parte del rostro, sintiendo una extraña fragancia saliendo de ella trayendo consigo una nueva visión.....
"- Cálmese Rey Hou Yi, la historia que le acabo de decir es cierta, mi hermano no está en este momento consiente despertará dentro de una semana, podríamos retrasar la boda hasta ese día.
- Tu no entiendes pequeño bribón, mi hijo no tiene una semana ¿Tu hermano no te dijo lo del hechizo?
- Hechizo, ¿Cuál hechizo? Le pregunto el príncipe.
- Veo que aún eres muy joven, tu padre con su consejo coloco un hechizo a mi hijo Shou Gang que solo será terminado cuando tu hermano se case con mi hija, sino el morirá al amanecer de mañana.
- Mi padre no haría eso, debe haber un error o un mal entendido
- Ningún mal entendido. Se abrió de pronto la puerta, dejando ver a dos jóvenes hombres que acompañaban la figura de una delgada mujer vestida de rojo con el rostro cubierto, deben ser los príncipes y la princesa de fuego.
El que había pronunciado las palabras se acercó al rey con su hermana del brazo dejando a la princesa sentada en el diván.
Shi se observo asimismo como tenía la vista puesta en Yan Da sin dejar de ver ninguno de sus movimientos no apartando la vista en ningun momento, era extraño ver como su yo de la visión no podía quitarle los ojos de encima desde que apareció en el salón, pudo ver como se movía con tanta gracia como si fuera etérea, delineando su figura bajo el vestido, caderas armoniosas, cintura pequeña y pechos plenos que temblaban con su respiración, causando estragos en la parte baja de su cuerpo, sensaciones que nunca había tenido antes.
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FRAGANCIA DE AMBROSIA
FantasíaUna boda, para acabar con una guerra, por una alianza entre dos tribus con rencores ancestrales, pero que pasaría el príncipe elegido, no es el que se ha casado.