Capítulo 13

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Sakura dejó caer su cuerpo agotado sobre la cama. Después de salir corriendo de la sala, sin saber a quién elegir, decidió irse a su habitación para pensarlo mejor.

-¡Rayos! ¿Qué se supone que haga? -golpeó su frente con la palma de su mano-. ¡Agh!... no sé a quién elegir.

Murmuró mientras los minutos seguían pasando sin encontrar una solución. Con pesar, se levantó de la cama y decidió que tomar un pequeño paseo tal vez la ayudaría a despejar su mente.

Mientras caminaba por los pasillos de la mansión, escuchó unos murmullos que venían de la biblioteca. Se acercó un poco sin hacer ruido para no llamar la atención.

En la biblioteca...

Los Sakamaki estaban reunidos para tratar un tema de suma importancia, uno que los involucraba a todos: la reciente propuesta de su querido padre que le había impuesto a Sakura.

-Bien. Creo que saben el motivo por el cual están aquí -respondió Reiji con los brazos cruzados.

-Eso ya lo sabemos, no tienes por qué recordarlo -murmuró Ayato con recelo.

Los demás miembros solo asintieron con la cabeza, esperando que continuara.

-Bueno, como saben, Sakura tiene que elegir a uno de nosotros para casarse -siguió Reiji.

-~Jajaja, Reiji, ve al punto donde nos prohíbes acercarnos a ella~ -respondió Raito de manera juguetona.

-Teddy no está de acuerdo -bufó Kanato con fastidio.

-Lo que quiero decir es que vamos a tener que competir porque ya sabemos las intenciones que tenemos con ella -sentenció Reiji.

-No hay nada que decir. Sakura le pertenece a Ore-sama y punto -comentó Ayato, sentado sobre el sillón.

-~Pero Ayato, yo creí que estabas enamorado de Yui~ -contradijo Raito con una sonrisa burlona en sus labios, provocando el enojo de Ayato.

-¡Claro que no!

Las mejillas de Sakura se teñían más de rojo al escuchar a sus hermanos hablar así de ella. Eso quería decir que estaban enamorados de ella. O eso creía, hasta que escuchó aquello.

-~Hai, hai, Ayato, jejeje~.

Raito se levantó del asiento para mirar a todos como siempre.

-~¿Qué tal si apostamos?~.

El silencio se hizo presente con aquella proposición.

-¿Y cuál será el premio? -preguntó serio Ayato.

-~Eso es obvio... será nuestra linda Onee-san~ -respondió Raito.

-Teddy y yo aceptamos -dijo Kanato, sonriendo de lado.

-Tks...

-Eso es inaceptable. Pero supongo que no tengo otra opción -comentó Reiji.

-Ore-sama acepta.

Sakura estaba en shock. No podía creer lo que escuchaba. ¿Acaso ellos estaban apostándola como si fuera cualquier cosa? Simplemente no lo creía. Podría esperar aquello de los trillizos, pero de Reiji y Subaru simplemente no lo creía. Con el rostro lleno de rabia, se fue del lugar sin esperar la respuesta del último miembro.

-Yo no acepto eso -dijo Shu, levantándose.

-~Entonces seremos cinco~ -respondió Raito juguetón.

Después de aquella charla, cada uno se fue a su habitación, pensando en lo que había pasado. Rápidamente pasó una semana en la que ellos trataron de cortejar a su hermana. ¿Qué había sucedido? Simplemente, Sakura, al escuchar aquella conversación, los evitaba como la peste. No quería verlos ni en pintura, porque de ser así, los castraría a cada uno por tratarla como un objeto. Sin embargo, la intrigaba la curiosidad del porqué de la apuesta. Y si tal vez ellos sí la querían, no encontraba el porqué de aquella apuesta. Sin embargo, pensar en eso le provocaba un serio dolor de cabeza, y no quería tener más problemas por eso. Así que decidió subir a su habitación y recostarse. Tal vez así le dejaría de doler, pero cuál fue su sorpresa al entrar en su habitación y ver a su sexy hermano rubio recostado sobre su cama.

-¡Shu!

Lo llamó, pero este poco caso le hizo. Con el ceño fruncido, se acercó a la cama donde él se encontraba y colocó sus manos sobre su cintura mientras lo fulminaba con la mirada.

-Es de mala educación oír conversaciones privadas, ¿sabes? -dijo como si nada, al notar su presencia.

Sakura abrió los ojos sorprendida.

-No sé de qué hablas... -cuestionó, evitando que su voz sonara nerviosa.

Shu sonrió de lado, provocando aún más el enfado de ella. Se sentó sobre la cama, la miró y enseguida sujetó su mano, jalándola hacia él en un abrazo.

-Te hubieras quedado hasta el último para saber lo que dije.

Las mejillas de ella se tornaron rojas.

-Suéltame, y no quería escuchar nada más -dijo, tratando de zafarse de los brazos de Shu.

-Al fin lo admites, pervertida -colocó uno de sus brazos sobre la cintura de Sakura y la otra acarició su mejilla-. Yo no acepté aquello -susurró cuando sus labios rozaban con los de ella.

-Mientes -dijo ella con la voz quebrada-, solo quieres lo mismo que todos los demás -varias lágrimas comenzaron a deslizarse sobre sus cálidas mejillas-. ¿Quién me asegura que no me votarás después de un tiempo?

-No te quiero para un mes o un año. Quiero que seas mía para toda la vida -dijo con voz clara, limpiando las lágrimas que descendían sobre las mejillas de ella.

-Shu -susurró un tanto cohibida, suspirando casi como una adolescente.

-No quiero estar con nadie más que no seas tú -sus palabras y su seguridad provocaron que Sakura se estremeciera en sus brazos.

La Hermana De Los Sakamaki  Blood Moon (Diavolik Lovers) en EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora