11. Te necesito Bernasconi.

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Narra Agustín Bernasconi.

En todo el camino estuvimos riendo y diciendo tonterías, ¿Desde cuándo no hacía eso? Ella se quedó dormida, estaba algo borracha todavía.

La mire por un segundo y pude ver lo hermosa que se ve. Sus mechones que caen en su cara, su lunar cerca de sus labios rosados. Me encanta.

Llegamos al lugar dónde la había dicho era una casa pequeña lejos de la ciudad, está casa me la dejo heredará mi abuelo pero yo nunca puede estar aquí ya que me mudé a Nueva York.
Está algo vieja y empolvada, pero es muy linda. Viejos recuerdos tiene está casa.

Movi un poco a Carolina para despertarla, abrió sus ojos lentamente y pude apreciar ese brillo en sus ojos.

- Llegamos bella durmiente. - Se comenzó a reír.

- ¿En dónde estamos Agustín? - Me baje del auto y ella también.

- Estamos en mi antigua casa...

- ¿Y por qué me trajiste aquí? - volteó a verme algo confundida.

- Aamm... Quería que lo conocieras, Belén ni siquiera sabe de esto, solo tú.
¿Entramos, ó me vas a seguir haciendo preguntas?

Narra Carolina Kopelioff.

La casa es súper linda, a mi siempre me ha encantado esté tipo de casas.
Iba a voltear para decirle algo pero sus labios ya estaban unidos con los míos.
Sentí sus cálidos labios sobre los míos, sus labios me encantan, Son tan Carnosos.

¡Lo admito! Creo que me estoy enamorando de él. Sé que es imposible se va a casar con mi hermana. Pero me gusta, Me hace sentir diferente. Y eso me gusta, me gusta él.

Se quita la camisa y los pantalones. Y él me quita mi blusa y los pantalonsillos También.

— Estás hermosa— traga saliva— Siempre estás hermosa...

Con la boca seca y ruborizada miro el bulto que crece en su bóxer.

— ¿Me trajiste aquí solo para tener sexo conmigo? — Me agarra del mentón y me da un delicado beso.

— Nunca haría eso. Pero si no quieres está bien puedo esperar. — Me dice mirándome a los ojos. ¡Wow!

— Sí quiero. Te deseo Agustín, te necesito Bernasconi.

Sonríe y me besa, nuestros besos son tiernos e exitantes. Nuestros labios se acercan y se separan, me agarra del cabello y siento su erección contra mi vientre. Sus dedos bajan las comisuras de mi sostén de encaje, de meten dentro y vuelven a salir.

— ¿Me deseás Kopelioff? — Dice desabrochandome el sostén.

— Sí, Agustín. — Contesto mientras me quita mis braguitas.

Gimo cuando me penetra con los dedos, agarró las sábanas, intento agarrarme a lo que sea.

— ¿Estás segura, Carolina? — Jadea, y yo lo veo con sus ojos llenos de lujuria.

— Sí Agustín. — aprieto los labios contra los suyos.
Sus dedos continúan, dentro y fuera.

— Agustín.. Me voy a... — Saca sus dedos rápidamente.

Me besa. Mi cuerpo se arquea y sin que yo le diga su lengua se mueve de arriba hacia abajo. Mis piernas empiezan a temblar y estiró los pies extasiada.

— ¿Estás se...? — dice con voz ronca.

— Lo estoy Agustín.

Se para de la cama y va hacia sus pantalones y saca un pequeño envoltorio. ¡Ay dios mío! Debería de estar asustada, nerviosa, exitada, pero lo único que pienso es que que lo quiero. Siempre pensé que mi primera vez sería con Jackson, Pero él es un completo imbécil.

Se sienta en la cama y se coloca en con.dón, Me voltea a ver y sonríe, no entendí muy bien esa sonrisa.

— ¿Y ahora qué? — le digo con mi poca experiencia. Sonríe y cambia de postura.

Se pone encima mío y me abre las piernas..
— Estás mojada preciosa...— me susurra en el oído. Se separa un poco y besa las comisuras de mis labios. — Despacio, Tenemos que ir despacio.

— Bueno. — Se que perder la virginidad duele o eso es lo que me contó Valentina pero el dolor se va convirtiendo en placer.

Agustín me besa y notó el rose de su miembro y me estremezco. En un segundo me penetra es una sensación rara cierro los ojos y jadeó.

— ¿Estás bien?
Asiento. Y me penetra un poco más, Jadeó y hago una mueca de dolor.

— Ah, Carolina. — Gime Agustín.

El dolor continua y me besa El cuello y mis labios. Con sus besos olvidé un poco el dolor me sigue penetrando pero ese dolor poco a poco se va convirtiendo en placer.

— ¿Quieres... Quieres qué pare? — dice Jadeando.

Niego con las cabeza, y cierro los ojos El tiempo pasa y acelera y se detiene. Los gemidos salen involuntariamente de los dos, se le ve que lo está disfrutando. Lo que él hacé es maravilloso.

— Ah,Ah, Agustín... — Gimo un poco más fuerte.

— Me.. voy a venir... Caro... — Dice aparentado los dientes.

Cuando menos lo espero los dos ya habíamos llegando.
Los dos agitados. Se incorpora y sale de mí.

— Me encantas demaciado Carolina — besa mis labios y se acomoda a lado de mí.

— ¿Te dolió? — me pregunta poniendo su brazo abajo de mi cuello abrazándome.

— Si, Solo un poco. — Acaricié su pecho suavemente y me da un beso en la frente.

— Será mejor dormirnos ya. Mañana te llevaré a desayunar. ¿Está bien?

Asiento y quedó dormida en un sueño profundo abrazada de Agustín.

Te Necesito Bernasconi - AguslinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora