Capítulo 8
- Yo también te deseó Agustín....
Sonrió. Volvió a juntar nuestros labios.
Sabía que ésto estaba mal, que estaba traicionando a mí hermana, Pero él deseo me delata.
Ella me ah hecho lo mismo millones de veces, robarme a mís novios, coquetear con ellos, tener sexo con ellos, pero yo no soy igual a ella.
Desde el primer momento en el que ví a Agustín, sentí algo raro, difícil de explicar, pero tenía que negar eso.Separó nuestros labios por falta de aire. Terminando el beso, muerde mi labio inferior.
- Agustín, sabes que ésto está mal. - juntamos nuestras frentes.
- Lo se, pero es inevitable no besarte cuando estás cerca de mí. Te deseo Carolina.
- ¿Qué va a pasar con Belén?
- Ella no lo sabrá, solo va hacer por un tiempo. Pero recuerda una cosa, solo estaremos por sexo.
Aunque lo niegue sus palabras me dolieron, solo me quiere para eso. Es un imbécil. ¿Qué pasará cuando se entere que soy virgen?
- Yo nunca dije....
No me dejó terminar mi frase, por que volvió a juntar nuestros labios.
- Agustín... No puedo. - me separé de él, sería mucha vergüenza que se entere que sigo siendo virgen.
- ¿Es por Belén, otra vez? - dice fastidiado.
- No... - negué con la cabeza. - Es que... Yo....
- ¿Tienes novio? - Su mirada se tornó enojada.
- No... Es que yo no... Eh tenido....
- ¡¿Sigues siendo virgen?! - asentí.
Bajé la mirada bastante avergonzada.
- Sabía que eras diferente desde el primer momento en el que te ví.
Me miró a los ojos por última vez y volvió a juntar nuestros labios, pero más intenso.
Empezamos a caminar hasta las escaleras y allí fué donde páramos.
- Quiero hacerte mía, solo mía.
Caminamos hacía la habitación de invitados, se tiró levemente hacía la cama y empezó a quitarme mi jeans y mi blusa holgada de tirantes, dejándome solo en ropa interior.
Él solo se quitó su camisa quedando solo en pantalones, tenía un hermoso cuerpo.Él estaba dándome besos húmedos por mis hombros y mi cuello, está es una sensación maravillosa, Nunca he tenido algo similar con Jackson, solo nos tocabamos por encima de la ropa, solo eso.
Pero con Agustín es diferente, el me hace sentir única. Ésto está muy mal pero solo va hacer por un tiempo, eso creó. Antes de la boda ésto va acabar y eso es durante dos meses.Agustín seguía con sus besos, hasta que desata mi brasier, mis pechos quedan libres, lo cual me da mucha vergüenza.
Él sonríe ante ése acto, y lo que a mí me da más vergüenza, acaso ¿se estará burlando de mí?
Trató de taparme con mis manos pero él me lo impide poniendolas al los lados.
- No tienes por que tener vergüenza, eres hermosa tal y como eres.
Asentí algo nerviosa. Él es la única persona que me ha visto semi desnuda.
Sus besos besos seguian en mi cuello y en mís labios, pero yo quería que bajarán a otro lugar.
Fué deslizando su mano por debajo de mís bragas. Escuchó como toma alimento entré dientes y acerca su boca a la mía.
Va moviendo ligeramente los dedos, y la sensación es maravillosa.
- Agustín... - gimo su nombre y el solo saca una sonrisa.
- ¿Te gusta? - pregunta con su boca pegada a la mía.
No logró decir ningúna palabra, por lo que solo asiento.
- Quiero que hables, Carolina. Dime que te gusta.
- Sí, Agustín...
Sonríe y continúa besándome, sigue moviendo los dedos de arriba para a abajo.
- No puedo creer que nunca te hayan cogido, eres hermosa.
Todo lo que dice siempre me resulta sensual, aunque sus palabras sean algo obscenas.
Hacé una ligera presión y una corriente eléctrica recorre por completo todo mi cuerpo.- ¿Tienes el condón? - escuchó una pequeña risa de su parte, ¿Por qué carajos se está riendo?
- Caro, no voy a cogerte, por ahora solo quiero que te acostumbres a mí, eso será en otro momento.- me puse demasiado nerviosa y deseguro estoy en estos momentos demasiado roja de la vergüenza. - Hoy quiero hacerte Cosas que jamás nadie te ha echó.
Sigue con sus movimientos y vuelve hacer lo mismo, mi espalda se levanta de la cama, presionando las sábanas de la cama. Su lengua va descendiendo por mí seno mientras que con otra mano masajea el otro. Siento de nuevo esa sensación que se acomula por mí vientre. Cierro los ojos con algo de fuerza y me muerdo el labio inferior, me comienzan a temblar las piernas.
- Eso es, Carolina, vente para mí. - cuándo dijo eso miles de sensaciones dentro de mí.
- Ah, Agustín.... - vuelvo a repetir su nombre, y el vuelve a sonreír por lo que se que le gusta que diga eso.
Por un momento todo se vuelve borroso, siento como va sacando su mano lentamente, mientras que yo intento que mi respiración vuelva a la normalidad.
Mi cuerpo nunca había sentido tantas sensaciónes cómo estás. Nunca me habían echó sentir se está manera.
Veo como se va parando de la cama, mientas que yo me tapo con las sabanas.
- ¿A dónde vas? - le pregunto algo tímida.
- Tengo que resolver algunas cosas de la boda - cuando pronunció esa palabra siento que todo mi mundo se vino abajo. - Te juró que me encantó.
- Es que no se... Pensé que... Te ibas a quedar un rato más... - digo con timidez.
- Lo siento, pero tengo que hacer eso, si no Belén me mata. Será en otro momento preciosa.
Se va poniendo su camisa de vuelta y sale de la habitación dándome un beso en la frente.
Me quedé Solá, no sé por qué sinto ésa sensación tan horrible cuando mencionó a Belén, pero aunque trate de negarlo, Agustín es de Belén solo de ella.
Aprieto las sabanas contra mi cuerpo algo triste. Sé que también yo soy la tonta por creer en él, pero sabía en lo que me metía desde el primer momento en el que besé a Agustín.
Me pongo mí ropa interior, y mi ropa.
Salgo de la habitación ¿Triste? Me siento en el sofá y recuerdo todo lo que le hizo sentir hace unos momentos; Sus labios, sus caricias, sus besos, su perfume, todo de él.Hasta que el sonido de mi celular me interrumpe veo Sobre la pantalla quién era y es la persona con la que menos quiero hablar.
Hola
Lo sé, sé que me tardé casi como mil años en actualizar pero bueno aquí estoy de vuelta.
Espero que les guste.
Fatty. 🌼
ESTÁS LEYENDO
Te Necesito Bernasconi - Aguslina
FanficNecesitaba cada parte de él. La calidez de sus labios posados sobre los míos, su cuerpo apretando el mío, su mirada fija en la mía. Mi vida era de lo más patética y normal, hasta la llegada de ese hombre: Agustín Bernasconi. Aunque no es cualquier...