20. Jackson.

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— ¿Y qué harías si Agustín si cancela la boda? ¿Se escaparían como en las películas románticas? — pregunta Valentina.

Después de estar juntos Agustín y yo, tuvimos una pequeña discusión. Ya que, no quería que durmiera con Valentina, pero con mis encantos acepto. Obvio.

Su pregunta no tiene una respuesta. Realmente no lo se. Creo que nunca lo había pensado.
Sé que Belén me odiaría con toda su alma, si es que tiene. Y jamás me perdonaría. Sé que ella salía con algunos chicos que a mí me gustaban, pero esto es completamente diferente.

— Desearía que fuera así, pero no. Realmente me gusta pero, no lo se.

— Carolina, esto no es un puto juego. Si ambos se quieren, deberían de pensar en su futuro, en las consecuencias que traerá esto. — vaya, jamás la había escuchado hablar así.

— Ya lo se.

Después de una charla muy larga, nos quedamos dormidas. Oh bueno, ella lo hizo.

Mi menta daba vueltas y más vueltas. Agustín me a demostrado varias veces que realmente le importo y que tal vez vaya en serio conmigo y, podríamos ser felices. Pero claro, no viviremos de amor. Yo necesito seguir estudiando, tener un buen empleo.
Jamás pensé que debería de elegir entre un amor y el apoyo de mi familia.

¿Me veo con Agustín en el futuro? La repuesta es inconclusa.

Al despertar, tome mis pertenencias, puse una nota en la mesita de noche de Valentina y salí de su casa haciendo el menor ruido posible.
Tenía náuseas y me dolía la cabeza como un el puto infierno. Mientras caminaba, los pasos de las personas que venían detrás de mí me era un ruido irritante. Al voltear detrás de mí, veo a mi mayor acosador.

Mierda de día.

— ¿Me estabas siguiendo? — voy al grano.

— En verdad quiero hablar contigo. — Su voz es justo como la recordaba.

— Jackson, ¡Basta! Lo nuestro ya paso. Superame de una maldita vez.

Estaba de mal humor y sé que no debería hablarle de esa manera pero en estos momentos lo odio. Odio a todos.

— Caro, lo unico que quiero es charlar. No te pido que volvamos, solo quiero hablar.

Creo que está siendo sincero, y no seré una mala persona, por muy de mal humor que este. Así que, no creo que sea mala idea.

— De acuerdo.

— ¿Nos vemos en la plaza de siempre? — asiento con la cabeza. — Nos vemos ahí entonces.

Su sonrisa está de oreja a oreja, que me hace sonreír a mi también.

— Nos vemos ahí. — me da un beso en la mejilla.

Comienzo a caminar hacia mi casa, ahora con un mejor humor a decir verdad. Claro que mi lindo humor no durará por siempre, no hasta llegar a mi casa y ver a Belén.

Cuando estoy apunto de abrir la puerta, suelto un lago suspiro.

Y ¡Bingo! Lo sabía.
Agustín y Belén estaban juntos en el sofá, mirando la televisión.

— ¡Carolina! Creí que llegarías más tarde. — me llama la rubia.

Agustín voltea a verme y me sonríe. Esa maldita sonrisa que me encanta. Le sonrío igual. Después, miro a Belén y mi sonrisa se borra.

— Pues creíste mal. Voy a ir a mi habitación. — Pongo mis cosas en el perchero.

— Quedate a ver una película con nosotros. ¡Vamos, ven! — Belén puede ser tan irritante.

Te Necesito Bernasconi - AguslinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora