CAPITULO 13

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Juán estaba caminando por la ciudad hasta encontrar el instituto donde supuestamente vivía esta Jazmín. Un señor con cara de malo lo recibió y Juán  preguntó por Jazmín. Ella no estaba, había salido hace una hora. Salió del instituto y se quedó esperando cerca de la puerta hasta que llegara Jazmín. No sabía a qué se parecía físicamente pero confiaba en su instinto. De pronto, apareció una rubia. A Juán le parecía conocida. Hiba a abrir la puerta cuando él la frenó y la agarró del brazo.

- ¡Que haces! Le gritó la rubia. Al principio, Juan tenía planeado raptar a Jazmín pero cuando la vió, no quiso hacer eso. No pudo.

-Nesecito que vengas conmigo. por.. por favor...

-¡Sueltame o gritó! ¡Ayudaaa!

-¡No! ¡No grites!

-¡Me quiere secue...!

-No me queda otra... Juán le tapó la boca con la mano y trató de llevársela con ella. Pero Jazmín le mordió el dedo para defenderse y se fue corriendo.

-¡No! ¡Vuelve! Juán corrió tras ella. ¡No te quiero hacer daño! 

Jazmín cruzó la carretera y Juán queriendo atraparla, no miro y un auto se le vino encima. Quedó inconsiente. El que manejaba hizo como si nada hubiese pasado y se fue. Jazmín se quedó viendo el cuerpo tirado y no reaccionó. Como notó que nadie le prestaba atención al accidente que acababa de ocurrir, se acercó a él y se le callaron algunas lágrimas al pensar que podría estar muerto. Sín embargo que aún respiraba. Pedía ayuda pero nadie venía. Era como si eran invisibles. Jazmín no sabía que hacer. No lo podía dejar aquí... Mejor dicho, no querría.  Aunque este rubio había tratado de secuestrarla, ella sentía la necesidad de salvarlo. Pensó en llevarlo a su instituto pero no la dejarían pasar con un desconocido. Era una de las principales reglas : No se permite las visitas desconocidas. Lo agarró de los brazos y lo llevó cerca de un árbol. Volvió a su instituto para cojer un cuchillo por si acaso él, al despertarse, le querría hacer daño. Pero cuando lo miraba, le parecía una ternura e incapaz de hacerle algo... Era raro. 

Una hora más tarde, vio que se estaba despertando y ella se paró con el cuchillo en la mano temblando. Juán habrio los ojos y se asustó:

-¿¡Que haces!? ¡Baja el cuchillo!

-¡No! ¡No lo bajo! Me quisiste raptar....  Lo querría insultar pero no podía porque cuando lo miraba, le daba ganas de abrazarlo.  Juán se levantó, agarró el cuchillo. Jazmín se asustó y empezó a retroceder. 

-No... No me hagas nada por favor... no me lastimes...Dijo casi llorando. A Juán le dolía verla así.

-Tanquila, no te voy a hacer nada. No te querría hacerte nada. Se acercó a ella y ella retrocedió otra vez.

-por favor, dijo llorando, déjame ir. Juán lanzó el cuchillo lo más lejos que pudo y le dijo:

- No te puedo dejar ir... pero tampoco te quiero hacer daño. Nunca te haría algo...

Ambos se quedaron mirándose unos segundos sin decir nada. 

-No... No entiendo... dijo Jazmín temblando.

-Yo tampoco entiendo pero tienes que venir conmigo.

-¿ y como se que no me vas a hacer daño? 

-Porque te lo prometo bonita. Jazmín se quedó paralizada al escuchar esa palabra.

-¿Bonita dijiste?

-Perdóname, no se porque dije eso.

-No... no pasa nada...

-Está bien, te dejo ir... Consentió finalmente Juán que se quedó observando pensativo la silueta de Jazmín que se alejó lentamente en la oscuridad.















Casi Angeles 5- VOLVER A DESCUBRIRSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora