CAPITULO 33

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Flashback:

-¡Luca! Me asustastes...

-¿Que haces rubia?

-Nada, aléjate de mi.

-No... No te asustes, solo querría saber que haces.

-Son exactement las mismas palabras que dijiste la vez pasada...

-Bueno entonces te pido perdón por haberte besado. En serio... No se que me pasó. O si sé pero discúlpame...

-Esta bien...

-¿Pero que haces despierta a estas horas?

-Me voy.

-¿¡Pero como te vas!?

-¡Cállate! Vas a despertar a los demás...

-No rubia... No te puedes ir. Escuchaste lo que nos dijo Barbara, ¿y lo que les pasó a los demás?... Mira si te agarran.

-¡No me importa si me agarran o no Luca!

-Mira... Supongamos que te vas, ¿Adonde quieres ir? ¿A su base?

-Si, porque no.

-No Jazmín. Es cualquiera... Nunca lo lograras. Además son muchos. Déjate de joder y quédate aquí con nosotros mientras elaboramos un plan

-No Luca. No tengo más nada que perder. Esta vez no voy a ser cobarde y me voy a jugar por lo que quiero.

-¿Y que es lo que quieres?

-Chau Luca.

Jazmín estaba a punto de irse cuando Luca la agarró del brazo:

-Vengó contigo. No pienso dejarte sola. Por favor rubia...

-Esta bien... Pero...

-¿Pero que?

-Sabes que entre nosotros no va pasar nada ¿no?

-Si si, lo entendí. Y otra vez perdóname por lo de la vez pasada.

Fín del Flashback

_____

-¿Hola? ¿Me escuchan? Preguntó Teo acercándose más al micrófono.

-Si Teo, Te escuchamos. ¿Que pasa?

-Nada, no pasa nada. Pero ustedes ¿todos bien?

-Por el momento si. Estamos en una camioneta con un hombre de Bárbara que nos conduce hasta su base. Pero es raro... Su cara me parece conocida. Además, fue él él que propuso llevarnos hasta allá. Está de nuestro bando, o por lo menos es lo que pretende. Pero no confío mucho...

-Es raro... Estén atentos, puede ser una trampa.

-Tranquilo, lo vigilamos bien. Ahora nos dice que llegamos pronto. Ustedes sigan escuchando lo que pasa pero traten de no hacer ruido...

_____

Mar y Rama seguían preocupados. Ambos estaban encerrados, cada uno en una jaula. Tenían la sensación de estar a una carcel. Hace días que no habían salido. Pasaban las 24 horas del día en estas monstruosas jaulas. La comida que les servían tampoco era de buena calidad. Eran siempre los mismos ingredientes: una pequeña porción de arroz, y un trozo de carne mal cocido. En fin, parecía el infierno sobre tierra.

-¿Crees que un día saldremos de este lugar? Preguntó Mar.

-No se... Hace cuanto tiempo que estamos aquí. Una semana y siento que voy a explotar. Me quiero morir...

-¡Bueno! tampoco digas eso Rama

-Hay que ser realistas Mar. ¿Viste cuantos son? Los chicos nunca podrán rescatarnos por más que lo intenten.

-Si tienes razón... Seguramente ya ni se acuerdan de nosotros... ¡Pero hay que ser positivos! ¡Por lo menos somos dos!

-Y También moriremos los dos...

De pronto, escucharon los pasos de alguien. ¡Por fin alguien! Desde que se encontraban encerrados, nunca habían visto a otra persona ya que la comida, la recibían durante la noche cuando dormían. Sin embargo los pasos se acercaron hasta que lograron distinguir quién era. La persona en cuestión era un empleado de Bárbara. De hecho, eran dos. Dos mujeres vestidas de blanco. Se acercaron a la jaula de Rama. La habrieron y lo agarraron cada una de un brazo.

-¡Suéltenme! Trató de defenderse Rama agitando los brazos. -¿¡Que me van a hacer!?

-¿¡Adonde se lo llevan!? Gritó a su turno Mar - ¡Déjenme salir!

-Tranquila. Pronto será tu turno. Muy pronto...

_____

-Llegamos. Dijo el cómplice que recién acababa de aparcarce. Y, al ver que nadie bajaba dijo de nuevo:

-¿Que pasa? Porque no bajan.

-Porque nos parece raro...

-¿No era que necesitaban entrar a la base? Pues los conduje, los ayudé y listo.

-¿Porque nos ayudas?

-Porque no parecen mala gente.

-¿Entonces porque trabajas para Bárbara?

-Cuántas preguntas... Parece un interrogatorio.

-¿Y?

-Porque me pagan bien, y porque no me queda otra.

-Pues no confiamos en tí. Nos haces una trampa. Afirmó Lleca.

-Yo si confío Chicos. No me parece malo. Solo nos quiere ayudar. Le susurró Kika al oído.

-Entiendo que no confíen en mí. Tienen razón, yo en su luagar haría lo mismo. Pero se que creen un poco en mi.

-Y... ¿Que te hace pensar eso?

-Cuando les propuse subir a mi camioneta y conducirlos hasta la base, no se negaron.

-Bueno, nos vamos... Gracias. Dijo Thiago todavía dubitativo.

-Esperen. Tengo una mejor idea. ¿Adonde quieren ir? ¿O para qué quieren entrar? ¿Que buscan?

Los tres se miraron entre sí antes de responder:

-Buscamos a nuestro amigos que se llevaron.

-Miren. El guardia sacó de su bolsillo un papel. -Este es el mapa de la base. Es muy grande y se pueden perder así que les entregó esto. Normalmente, algunos de sus amigo deberían seguir en las jaulas. Pero... No estoy seguro ya que las vacunas Mortípigas se demoran 24 horas...

-¿Vacunas Mortipigas?

-Si. Es una vacuna utilizada para matar gente pero sin que los signos vitales sean negativos. Cuando pasan las 24 horas, el individuo está muerto. Sin embargo, no parece muerto. Esto permite poder hacer todo tipo de experimentos sobre el ser.

-¿Es lo que les van a hacer no?

-Es lo que escuché.

-¿donde está situada aquella habitación en la que les hacen este procedimiento?

-En en último piso. Habrá un gran pasillo y la habitación se encontrará a su derecha. Eso si, hay como dos o tres guardias que vigilan cada pasillo. Así que tomen. Son unas bombillas de olor. Al respirar este olor, no duermen de inmediato durante 15 o 20 minutos. Les será útil.

-Gracias. En serio, muchas gracias.

-Y otra cosa.

-¿si?

-Para entrar a la base, digan que los envía Simón Arrechavaleta.

-¿Simón eres tú no? Para, ¿Quien eres? Porqué si nos dejan pasar por mencionarte, debes ser alguien importante.

-Eso no importa. Solo digan que yo los envíe. Suerte.

Ambos se sonrieron y Thiago, Lleca y Kika comenzaron a caminar hacia la puerta central.

Casi Angeles 5- VOLVER A DESCUBRIRSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora