- No me llamo Ángel, mi nombre es Clare Payne---abrí mis ojos confundida. Me dolía mucho la cabeza. Sequé mis lágrimas. Fabiola me observaba con sorpresa.
- ¿Ya recuerdas tu pasado?---asentí y suspiré. Masajeé mi frente con suavidad---Te iré a buscar una pastilla para el dolor de cabeza.
- Gracias---respondí mientras Fabiola se levantaba con rapidez. Cerré los ojos y apoyé mi cabeza hacia atrás. Había escapado de la asfixia de mis padres y de los recuerdos de Armando y lo que obtuve fue un accidente. Debía llamar a Liam, a mis padres. En eso llegó Fabiola seguido de Alberto quien me miraba preocupado. Fabiola me dio la pastilla y un vaso de agua.
- ¿Ya recuerdas todo?---preguntó Alberto sentando a mi lado.
- Lo más esencial, si---dije en voz baja---sin embargo, la cabeza la siento como un huracán. Todos mis recuerdos llegaron de golpe y estoy confusa---Alberto suspiró y sonrió levemente.
- Menos mal, porque tu hermano ya esta en camino---lo miré sorprendida
- Espera un momento ¿conoces a mi hermano Liam?---me estiré de golpe
- Si Clare, yo lo conozco---comentó Alberto nervioso---somos socios---abrí los ojos---pero no te molestes por no decirte, el doctor nos recomendó que no te dijéramos quien eras hasta que tu misma recuperaras la memoria.
- ¿Desde cuándo lo sabes?---pregunté dolida
- Al día siguiente que llegaras a la villa---respondió Alberto con una mueca
- ¡No lo puedo creer Alberto!---exclamé molesta y dolida---¿sabes todas las lágrimas que verti estas dos semanas pensando en qué pasaría con mi vida si no recordaba quien era? La sensación de estar sin nada en la vida es lo más horrible que puede existir. Sin saber si tenía hijos que deje solos o algo. Viví con esa angustia, aunque nunca se los dejé ver---me levanté furiosa--- ¿y liam lo sabe?
- Si, lo llamé en el momento que me enteré---lo vi furiosa
- ¡Oh genial!--miré el techo---¡gracias hermano por tu consideración!---caminé de un lado a otro moviendo los brazos furiosa--- Me dejó aquí sola, sabiendo que había perdido mi memoria. Y estoy segura que te dijo que necesitaba cerrar unos negocios---la cara culpable de Alberto me lo dijo todo--- nunca cambia, siempre es lo mismo. No se como Allegra se casó con él---aprete mis puños y vi a Alberto---¿cuando llega?
- En una hora---respondió Alberto con una mueca. Lo miré enojada. Fabiola que se había mantenido en silencio, se levantó y me dio un abrazo. Mi cuerpo que estaba tenso, al recibir su cariñoso abrazo, se relajó un poco. Suspiré y me dejé abrazar.
- No te enojes tanto Clare, se que Alberto y tu hermano no actuaron bien, pero lo hicieron porque creyeron que era lo mejor para ti---comentó Fabiola. Nos separamos y ella suspiró resignada---Clare no es culpa de ellos ser hombres y no entendernos.
- A los hombres hay que agarrarlos por el pescuezo y hacer licuados con ellos---exclamé fría. Fabiola rió por mi comentario y Alberto me miró con cuidado. Me volví a sentar y cerré los ojos para reflexionar. No podía culparlos. Igual Alberto fue muy atento y agradable conmigo. Me cuidó y cuando me trajo aquí aún no sabía quién era yo, por lo que su gentileza no radicó en mi familia. Suspiré y abrí los ojos para ver a un Alberto preocupado.
- Lamento mi arranque de genio Alberto---dije en voz baja--- no lo mereces. Tu me ayudaste en el accidente y estuviste conmigo todo el tiempo. De hecho estoy segura que fuiste tu quien sujetó mi mano cuando me llevaban al hospital. Y además corriste con todos los gastos que produje, sin saber quien era yo. Eso no lo hace cualquier persona---sonrei levemente---Gracias Alberto. Gracias por salvar mi vida---me levanté y le di un abrazo. Alberto me devolvió el abrazo y suspiró.
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Derritiendo Tu Frío Corazón- N°5 Serie Amigos de la Realeza
RomanceClare no entendía por qué aquel hombre de ojos negros como el azabache la odiaba tanto. Si ella no lo trataba. Ni siquiera cuando lo conoció en la boda de los amigos de su hermano, Janni y Louis. Esa noche cuando lo conoció, por primera vez en su vi...