Todo a mi alrededor era confuso. De vez en cuando mi mente se oscurecía, pero trataba de buscar algo coherente. Escuchaba muchas voces hablando, sin entender lo que decían. El dolor de mi cuerpo era horrible. Era como si me hubiese partido en mil pedacitos. Algo apretaba mi mano.
Entre las penumbras de mi mente, una voz grave me hablaba. Hice un esfuerzo monumental para entender lo que decía. "Señorita la salvaremos". ¿Podrán hacerlo? Los dolores eran espantosos. Solo quería escapar de eso. Sumergirme en el mundo oscuro, indoloro, que me llamaba con ansias. Que sí prometía salvarme de eso. Me dejé llevar por ese mundo y mi mente se perdió por esas suaves corrientes...
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Horas antes...
Miré a través del parabrisas el hermoso paisaje de Navia. Era algo tan esplendido que mi piel se erizaba de la emoción. Aun no podía creer que estaba aquí, conduciendo a través de las calles rurales que conectaban con la ciudad de Navia en Asturias.
Planeé este viaje hace un año, cuando un documental del National Geographic llamó mi atención y me enamoré de Asturias, pero luego Armando me pidió matrimonio y lo postergué para que ambos vinieramos a visitarlo. Sin embargo...
Reprimí las ganas de llorar otra vez. No podía pensar en él. Tenía que bloquearlo de mi mente. Aun estaba muy reciente su humillación. Por eso me fui. Mis padres no estaban de acuerdo que viajara, pero una mañana tan solo agarré mi maleta con el mapa de España, les dejé una nota a mis padres, diciendoles que viajaría para olvidar lo que había pasado y me fui al aeropuerto. Compré un pasaje para Madrid. Allí me quedé un día, para alquilar un auto y comprar víveres para el camino. Desde la mañana estaba conduciendo. Varias veces me estacioné para tomarme fotos y disfrutar del paisaje. Sonreí. Me sentía libre de todo. Subí el volumen de la música y canté a todo pulmón la canción de "Just Give Me A Reason" de Pink. Cantar me hacía olvidar todo, desde pequeña me pasaba igual. Allegra siempre fue mi público más fiel, por no decir el único.
Vi encenderse la pantalla de mi celular y suspiré cuando vi que era mi mamá. No quería hablar con nadie. Solo deseaba desaparecerme por un tiempo. Esperé que la llamada se terminara y desbloqueé el celular, alcé el rostro hacia el camino vacío por si venía otro auto, pero el lugar estaba desolado, solo las verdes colinas, la carretera y yo. Estaba escribiendole un mensaje de texto diciendole que estaba bien, cuando de repente escuché la vocina de un auto, alcé rápido mi rostro. Me había desviado un poco del camino y venía un automóvil de frente. Tiré el telefono y sujeté el volante con fuerza para volver a mi carril, pero a la velocidad que venía y por el movimiento brusco del auto, no pude evitar perder el control del auto. Grité cuando el auto comenzó a dar vueltas por el asfalto. El cinturón de seguridad me sujetaba, pero igual con cada impacto, mi cuerpo se retorcía de dolor. Todo daba vueltas. Mi cabeza golpeó con el volante y el techo del auto haciendo que perdiera la conciencia.
No se cuanto tiempo había pasado cuando volví en si. Estaba boca abajo, aun seguía atrapada en el auto. Gemí por el dolor. Las piernas no las sentía. Escuché a alguien acercándose. El dolor era tan horrible que no podía abrir los ojos.
- ¡Dios mio!-- escuché la exclamación de un hombre--- ¡Señora! ¿está despierta? ya la ambulancia y los bomberos vienen en camino, estamos cerca de la ciudad--- yo lo escuchaba pero no lo entendía. Hablaba otro idioma. Solo gemí para hacerle ver que estaba viva. Pasó el tiempo y el hombre me hablaba como si yo lo entendía. A lo lejos escuché unas sirenas y supe que ya pronto me ayudarían. Movi uno de mis brazos, pero me dolió tando que lloré.
Escuché varias voces de hombres. Uno de ellos se acercó y me habló, pero no lo entendía. Luego comenzó el proceso de sacarme de allí. Pasó algo de tiempo hasta que llegaron a mi, pero en el momento que me empezaron a sacar, el dolor fue infernal. Grité hasta que mi mente se sumergió en un mundo oscuro.
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Derritiendo Tu Frío Corazón- N°5 Serie Amigos de la Realeza
RomanceClare no entendía por qué aquel hombre de ojos negros como el azabache la odiaba tanto. Si ella no lo trataba. Ni siquiera cuando lo conoció en la boda de los amigos de su hermano, Janni y Louis. Esa noche cuando lo conoció, por primera vez en su vi...