Capítulo Doce: Irreemplazable

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KHALESSI

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KHALESSI

Me encuentro más que cómoda entre sus brazos, sus labios dejando uno que otro beso en mi cuello mientras me susurra lo mucho que me ama múltiples veces apretándome más a su cuerpo. Sus dientes encuentran el lóbulo de mi oreja derecha y tira de él de manera juguetona, haciéndome reír por lo bajo. Mis mejillas se sonrojan de un color escarlata al ver la manera en que nuestras familias nos miran con una sonrisa en sus labios.

Escucho voces desde la puerta principal, mi padre siendo la persona que abrió. Mi corazón empieza a latir con fuerza cuando aprecio aquellos ojos cafés desde lejos, él rápidamente mirándome entre todos los demás presentes. Mi cuerpo se suelta automáticamente del padre de mis hijos, no teniendo exactamente en claro qué es lo que quiero hacer.

—¡Papito!

Liam corre entre todos los presentes hacia donde se encuentra Matthew, entre risas colgándose de su cuello, él abrazándole con la misma efusividad. Mi aún esposo besa su rostro múltiples veces diciéndole que lo ama la misma cantidad. No puedo evitar sentir cómo me sonrojo de una felicidad inexplicable al ver como él apoya su frente sobre la suya, las manitos de mi hijo acariciando sus mejillas mientras le sonríe, más que emocionado por verlo después de tanto tiempo.

—¿Quién es? —Gia Jhalessi se queda callada cuando aprecia a la persona que acaba de llegar, su boca abriéndose en sorpresa. Una sonrisa se esparce por su rostro rápidamente, sus ojos se llenándose de lágrimas —. ¡Papá!

Ella corre hacia ellos, Matthew agachándose para rodearla con sus brazos, los tres siendo los protagonistas de la escena de amor que todos vemos sin querer perdernos un solo segundo, llevándose el premio mayor. Siento mis ojos llenarse de lágrimas de felicidad al ver la forma en que él los besa, la manera en que los abraza como si hubiesen pasado siglos desde la última vez que los vio, haciendo comentarios sobre lo hermosos que son.

Encuentro los ojos de mi progenitor, quien me hace una seña con su dedo índice para que me los lleve hacia mi habitación, un lugar mucho más privado para su momento. A pesar de sentir los ojos del padre de mis hijos sobre mí con cada paso que doy, me acerco hacia dónde están, Matthew subiendo su mirada, encontrando la mía por primera vez después de mucho tiempo.

—Hola Kai —susurra, ofreciéndome una sonrisa tímida. Me percato de las lágrimas en sus ojos —, estás hermosa como siempre.

—Hola —digo, mi voz siendo más aguda de lo intencionado gracias al nudo en mi garganta —, tú tampoco te quedas atrás —agrego. Me hinco en mis rodillas —. ¿Les parece si vamos a mi habitación para que ustedes tengan un poco más de privacidad?

Los tres asienten y aun colgados entre ellos, caminan hacia las escaleras. Sigo sus pasos deteniéndome solamente por un segundo para buscar a Judah, dándome con la sorpresa de que no está. No tengo tiempo de pensar en lo que mi corazón siente, por lo que continúo con mi camino hacia mi habitación.

Campanas de Boda ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora