Capítulo Dieciséis: Siempre

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KHALESSI

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KHALESSI

Papito William posee los ojos azules más hermosos que alguna vez haya visto, son grandes y me recuerdan al océano, el mar siendo mi lugar favorito de todos por su variedad de criaturas. Derek dice que papito es todo un superhéroe por todo lo que hace por nosotros, y como es capaz de hacer miles de cosas al mismo tiempo solo para complacernos.

Mamita ama a papito William, ambos siempre están tomados de la mano y se abrazan. También los he visto besarse todos los días de vez en cuando, normalmente lo hacen cuando creen que nosotros no estamos mirando. Pero se les ve tan lindos, tan hermosos juntos que a veces te hacen olvidar el hecho de que mi hermano y yo no somos sus hijos...

Papito William es mi papá, por más que los niños en la escuela digan que mi verdadero papá me dejó como si fuese nada importante. No estoy sola, no cuando tengo a mi papito detrás de mí para atraparme de caerme.

Y sé que, si él está conmigo, no tengo miedo de caer.


Parpadeo las lágrimas que se han colado en mis ojos al ver a mi padre delante de mí después de tanto tiempo, siendo tres años desde la última vez que pude rodearlo con mis brazos, que fui capaz de inhalar aquel olor tan peculiar de él. De sentirme como aquella niña de nueve años a la cual él le contaba historias sobre la hermosa princesa en el castillo que era salvada por su príncipe azul. Y para mí, él siempre fue aquel príncipe que me rescataba de mis peores miedos.

—Papá —susurra Derek, mirándolo incrédulo.

—Papito —pronuncio casi sin aliento.

Mi padre nos sonríe emocionado, pero entonces su mirada se dirige hacia mi madre, quien también tiene la misma sonrisa que él en sus labios. El corazón me empieza a latir con fuerza dentro del pecho, sabiendo que estoy por presenciar un momento que me hará regresar a cuando tenía la edad de mi pequeña mariposa. A esa hermosa época en la que todo fue felicidad y tuve la mejor experiencia de todas al tenerlos a ellos dos juntos como mis padres. Mi bella madre sonríe hecha un manojo de nervios, varias lágrimas corriendo por sus mejillas cuando se levanta rápidamente de la mesa caminando con pasos rápidos hacia su encuentro.

—¡William!

—¡Jade!

Ambos parecen olvidarse de todos los que los rodean, abrazándose como si la vida les fuese en ello. Rodeo a mi hermano con mis brazos, sintiendo como las lágrimas corren por mis mejillas, él apoyando su cabeza sobre la mía admirando la bella escena que han formado nuestros padres en cuestión de segundos.

Él le acaricia su cabello, ella depositando varios besos por todo su rostro mientras que sus manos se encuentran sin pensarlo, sus dedos entrelazándose en el aire. Escucho una pequeña risita nerviosa proveniente de mi mariposa, quien al igual que yo, se encuentra bañada en lágrimas por la emoción de tener a su abuelo aquí con nosotros.

Campanas de Boda ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora