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El gran día ha llegado, un gran paso que daré en mi vida.

Las emociones me consumían,los nervios me devoraban y me dejan sin escapatoria pero sé que mi familia está afuera esperándome. Preparé todas mis maletas y algunos recuerdos para no sentirme solo en mi nueva casa,por fortuna alguien me llamó para tranquilizarme. Mi hermosa novia Raquel, hace días que no hablo con ella.Se acordó de mí.

- ¡Hola guapo!me avisaron de las nuevas noticias, que emoción por fin tendremos un lugar para los dos solitos sin que pongas excusa de tus padres, me muero de ganas por ir a verte y quedarme a dormir o hacer otras cositas

- Hola Raquel... Yo pensaba ir a un restaurante cerca o podríamos ver una película, ya después veremos de otras cosas. Además tengo que conseguir un trabajo para pagar las cuentas de mi casa, no tendré tiempo para eso

- Está bien, como quieras pero sabes que yo estoy harta de esta situacion. Siempre es lo mismo, las mismas excusas y nunca me haces caso, no me tocas, no tenemos ¡SEXO!

- No comiences una pelea por algo estúpido, tenemos solo 2 días de descanso, no arruines eso. Hablamos después.

Creo estoy loco, a mis 19 años y sigo siendo virgen. El problema conmigo es, que no sé tocar a una mujer, no se satisfacerla y es algo que Raquel no me comprende y es estresante. He visto cada película erótica, videos en internet y todo lo que trato de hacer al instante me congela, me deja sin... Energía allá abajo y es terrible.

- Elliot ¿ Estás listo para ir a conocer tu nueva casa? - mi madre me miraba destrozada pero sé que confía en mí.

- Claro, ya llevo todo lo necesario en el auto, creo tendré que llevar mi moto o la bicicleta para que no te estés preocupando por mí. Ya sabes transportarme a la escuela.

- Creo... Aunque me odies, será la bicicleta, más ecológico y créeme ahorrarás un poco de dinero.- sonrío y salimos del cuarto, me despedí de mi hermano prometiendo que lo llevaría al departamento en una gran fiesta, miré por última vez mi casa y con dolor partí.



Todo el camino estuve en silencio igual que mis padres, nunca pensé que este momento sería complicado ¿ Qué decir? ¿Quiero hacer esto?. De pronto todas las dudas me estaban sofocando.

- Hemos llegado - interrumpió mi padre - Elegimos lo mejor para ti aunque,creo será adecuado para hacer cositas- mi madre golpeó a mi padre y bajamos del auto.

Temeroso tome las maletas,respirando hondo. El edificio es de 10 pisos, odio los edificios enormes, le tengo pavor y es chistoso, seré arquitecto y debo hacer edificios grandes.

Tienen un pequeño balancon todas pero, el último departamento tiene el más grande arriba y siempre fue mi sueño ese, tener un balcón grande, con un jardín obvio es un sueño y debo olvidarme de el por ahora.

Entramos a la recepción y había un policía, me informó de las reglas, los horarios y las formas de visita. Después de todo el informe, me sentí un adulto, un hombre independiente.

Entramos al elevador y vi que mi padre oprimió el botón de planta alta, tal vez... Pensé, me enseñará el balcón que nunca tendré. Mi madre solo me miraba y me tomó de la mano en el último piso, solo había una puerta blanca con el número 10,mi padre metió las llaves y lentamente abrió la puerta. Como niño pequeño cerré los ojos, temeroso de ver el departamento.

Entramos y seguía sin abrir los ojos... Y mi madre me dio un ligero golpe ¿ Por qué demonios no hablan?. Abrí lentamente los ojos y me quedé sin respuesta, todo lo que había soñado están aquí, el departamento es totalmente blanco, la sala es de color blanco con una mesa de madera, la vista es impresionante y en la cocina una mesa enorme de madera con plantas verdes y las lámparas largas desde el techo, la cocineta está preciosa. Unas escaleras de madera que me llevan a mi espacio, mi estudio para hacer mis proyectos, mi escritorio, un sofá cama. El departamento es enorme y no dejaba de correr y visualizar todo. Tiene 2 recámaras y un baño, solo una está amueblada, la mía.

Grité de emoción, en ella estaba la silla que siempre quise una silla tejida, color hueso con cojines adentro colgada del techo, la alfombra color gris, todo era de madera y me encanta.
Y como saben mis padres que amo leer tenía un librero y cero televisores, sólo una pantalla en la sala.

- Wooow!! ¿¡Cómo pudieron conseguir este lugar tan precioso!?, Debió costar una fortuna.

- Bueno yo tuve algunos ahorros y tú padre ayudó con otra parte, trabajamos para que tengan lo mejor, ahora que eres un hombre espero valores eso y veas el sacrificio que hicimos y haremos por ti.- mire a mis padres y los abracé, pocas veces nos damos cuenta de lo valiosos que son y lo que hacen por nosotros.

- Bueno aún falta una sorpresa pero esa tendrás que verla en la noche, pasado mañana entras a la escuela y debes descansar

- ¿Qué?, ¿Ya se irán?, ¿Y que hago ahora?

- Sí cariño, tenemos que irnos, tú hermano está solo y se acerca la hora de cenar, tu debés acomodar tus cosas y acostúmbrate a eso. Llama a Raquel, invitala a salir o a tus amigos, conoce a los vecinos. - me miraba mi madre con tanta tristeza, me dio un enorme abrazo y me besó en la mejilla, sentí su dulce aroma a lavanda, por última vez, sentir sus suaves manos y sus ojos tan claros. Respiró hondo y salió del departamento.

- Sabes que está sentimental, pero como tú hermano Jess irá a casa de un amigo, tu madre y yo tendremos tiempo para preparar nuestra cena - hizo una sonrisa pícara y yo una cara de asco, me puso su mano en la mejilla y sonrió, sabía que igual le dolía. Me abrazó y de nuevo, por última vez, olí su aroma a canela y cafe por la mañana.- El balcón es tuyo,la puerta está en la cocina y debes subir unas escaleras, pero antes prendes las luces, has algo con tu novia picaron- abrí los ojos como plato y se fue.

El silencio es abrumador, estaba solo, completamente solo. Yo y mi conciencia, sentí las ganas inmensas de salir corriendo y arrepentirme pero respiré hondo y comencé acomodar mis cosas en el cuarto y pensar que haría en el cuarto vacío.

7:00 de la noche, el día pasó rápido y más si me tarde 1 hora en preparar mi cena. Pensé en comer en la cocina, pero mire la puerta al balcón. Tomé mi cena,mi té y me dirigí hacia ella.

Prendí las luces como dijo mi padre y al abrir la segunda puerta quedé sin habla.
El balcón estaba lleno de tulipanes, de un árbol de jacaranda y otro tipo, un columpio grande, y una sala pequeña con su mesa. Había luces navideñas pero cubiertas con una esfera blanca, el cielo estaba despejado y las estrellas me hacían compañía. Puse mi bocina, un poco de jazz y comencé a cenar.

Solo, pero esta soledad que te llena de alegría, que te hace sentir pleno, no necesitas a nadie más, sólo a ti. Siempre he pensado que el mejor lugar para cualquier persona es su casa, el lugar donde puedas satisfacer tus necesidades sentimentales, llorar, gritar, bailar, hacer lo que te plazca la gana pero solo para ti.

Éste... éste es. Mi lugar.

Todo O Nada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora