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Me levanto del sillón, adolorido, con el cuello torcido pero feliz de saber que la mujer más sexy está dormida en... Abro la habitación para espiarla y todo estaba acomodado, ningún rastro de ella, como si el viento se la hubiera llevado. Mi día se nubló, acomode mis cosas para la escuela, salí del edificio y me encontré al chófer de Isabel.—Buen día señor Elliot lo llevaré a la escuela— abrió la puerta imaginando que ella estaba allí y no — ¿Dónde está Isabel?— entre al auto y solo respondió que era confidencial.

Sexo, anciano,belleza,enfermo, sufrimiento, sólo me imaginé en lo peor, cerré los ojos.

La clase había comenzado y ella no había llegado, Sebastián y Esteban se sentaron conmigo no dejaban de molestarme preguntando cómo era Isabel, sí sería fácil estar con ella en una noche. De pronto Raquel se acercó a mí, se me había olvidado que tenía novia.

— Debemos hablar, terminando la clase. Nos vemos en el comedor.

Se fue sin decir más, amo a Raquel pero a veces siento que ella a mí no, que me usa o solo soy su juguete. Terminó la clase y caminé, mire a Raquel, con su sexy figura, sus piernas largas y delgadas, su cabello lacio y sus ojos verdes, había recordado por que me enamoré de ella. Sin pensarlo la besé, la había extrañado tanto, sus labios, su labial sabor a sandía, su respiración en mi cara y su manera de agarrar mi cabello cuando me besa.

— También te extrañé...— me dijo sonriendo.

— Yo más, no sé por qué hemos estado peleando, llegamos 3 años de relación deberías ser distinto, perdón estoy estresado y no te he comprendido lo suficiente.

— Eso no importa Elliot, sólo estuve celosa, le haces las caso a ella que a mi

Se me había olvidado por completo Isabel, carajo, es mi jefa.

— Bueno ahora hay un pequeño problema, ayer me contrató y pues ahora soy como su asistente.

— ¿¡Qué?! Estás jugando conmigo ¿Verdad? Esa tipa sólo te quiere alejar de mi, pero está bien no la dejaré ganar y se que me amas y nunca serías capaz de engañarme ¿Verdad?

— Claro que no Raquel...pero es que también vive ahora conmigo

— Lo que me faltaba,a mí no me puedes complacer en la cama pero a ella ya hasta en tu departamento está, sólo te digo una cosa Elliot he aguantado mucho tus reglas, tus reproches y tus cursilerías de virgen hasta el matrimonio pero me dolería mucho que tu me engañes con alguien más... sólo no me falles— se despidió de mi y me dejó solo, solo.

Me senté, el día estaba siento un completo desastre, para mí fortuna tenía clases en 3 horas, Isabel había sido tan buena que le dijo a Carlos que viniera por mí cuando lo necesite, lo llamé y me llevó al departamento, el caminar se me hacía más pesado, más largos los pasillos y sin fin. Al entrar escuché música y la regadera—Un ladrón— pensé, pero que idiota Elliot, un ladrón va a escuchar música y tomarse una ducha.

Me acerqué a la puerta del baño pero de pronto Isabel salió muy rápido y chocamos, su toalla había caído, estaba completamente desnuda frente a mi, no supe que hacer cerré los ojos para no verla. Se levantó tan rápido como pudo y tomó la toalla, el suelo estaba mojado y al intentar pararme resbale y jale su toalla— idiota— me dije.

No pude evitar verla, su cuerpo...su piel... Ahora entendía por que se le veía tan bien la ropa.

— ¡Elliot! ¿Qué demonios haces?

— Perdón! Perdón pero es que...WOW..

— ¿Cómo que WOW? Dame la toalla, idiota

— Hey, yo no tuve la culpa, quién se metió sin ella — se la di y en serio no pude dejar de verla.

— Deja de verme o te vas a arrepentir, estaba sola, nunca pensé que llegarías temprano, es costumbre mía andar desnuda en mi casa pero aún no acostumbro a estar viviendo con alguien

Me imaginé a Isabel desnuda, caminando...aquí..siempre, — basta Elliot tienes novia— se alejó Isabel y se metió a mi cuarto, se cambió, tardó demasiado.

—¿ Qué haces aquí?

— Es mi casa

— Eso ya lo sé pero ¿Qué no tienes clases?

— Tengo 3 horas libres decidí venir a mi casa y pues respirar un poco

— Un mal día eh, siéntate hablemos de eso, ¿Qué te pasa?— vaya ahora es terapeuta, que más puede hacer esta mujer.

— Amo a Raquel, siempre me imaginé una vida con ella, ya sabes hijos, una gran casa, un trabajo exitoso y una vida llena de lujos pero aveces pienso que es la idea que ella me metió.

— ¿A que te refieres?

— Quiero alguien me que escuche, que sin importar si su día es malo al verme se emocione a tal grado de animar su día, que cocinemos juntos, hablemos de cosas que odiamos y nos dan asco. Que su sueño no solo sea que sus fotos tengas más de 100 likes, Quiero mi otra mitad, esa mitad que te levanté cada día y al despertar la veas a tu lado y te de paz, que verla te den ganas de abrazarla y nunca soltarla y ser su caballero sin espada pero que utilizaría cualquier objeto para cuidarla. Quiero sentir eso, que cuando llegue nuestro momento, el sentirla cuerpo a cuerpo... El momento se detenga.— mire a Isabel, tan callada, tan transparente.

— Bueno... Nunca he sentido eso tal vez aún no llega mi momento y tal vez no llegue... Pero creo los dos deben adecuarse, moldearse y construir su vida juntos, son una bomba ustedes y creo por eso siguen juntos...pero ella...— tocaron el timbre e interrumpieron nuestro momento.

— Yo abro aquí quédate — al abrir Raquel estaba del otro lado.

— Ah...ella está aquí, sé que no interrumpo nada. Te estuve buscando Elliot ya que tenemos las 3 horas libres podemos pasar un rato a solas y ya sabes...— mire a Isabel y ella me sonrió guiñando el ojo

— Tranquilo yo estaré en el otro cuarto acomodando cosas, ustedes disfruten. Y Elliot, piensa lo que te dije.

Se fue sin decir más y Raquel me llevo a mi cuarto, no toleraba la idea de que mi amiga estuviera del otro lado  escuchando a Raquel besándome o gimiendo, era incómodo..

Todo O Nada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora