El estrepitoso retumbar de la bocina de un auto sonando hizo que de la nada todos dentro de la sala se quedaran en silencio, reconociendo aquel ruido a la perfección.
Antes de que pudiesen detenerlo TaeHyung corrió hasta la ventana de la cocina, mirando el cómo el viejo Min y NamJoon se bajaban del auto.
JungKook
TaeHyung podría reconocerlo hasta a esa distancia, esa sonrisa peculiar y su cabello negro, los ojos grandes y la piel clara. Aunque ahora estaba diferente, con su cuerpo musculoso, firme e imponente, rostro tenso y mandíbula afilada.
Se veía... se veía igual que un...
—Se ve como todo una alfa —gruño Jimin a sus espaldas, diciendo exactamente lo que TaeHyung estaba pensando.
—Sí y yo soy un omega —respondió TaeHyung mirando al mellizo con una frialdad impropia de él, tratando de ocultar el temblor en sus piernas —Ya capte la indirecta, no necesitas repetirlo.
JungKook podía pensar que TaeHyung era un monstruo pero el corazón del omega también estaba algo corrompido, llegando a odiar a la mayoría de los alfas por lo que le hicieron a su raza, repudiar a cada ciudadano de aquel país ante su hipocresía y maldad.
TaeHyung estaba sorprendido pero no iba a actuar de forma débil, ya había aprendido la lección con NamJoon, los alfas eran peligrosos y malvados, no debía confiar en ellos.
Cuando era pequeño había albergado la esperanza de que JungKook no se convirtiera en lo que debía, que el pelinegro no escuchara las lecciones de YoonGi y NamJoon pero conforme los años pasaron TaeHyung ya no se podía permitir ese tipo de pensamientos, él no se podía darse el lujo de ser iluso.
Y aunque siguiera amando a JungKook no podía negar que aquel alfa solo lo llevaría a la muerte.
Jimin frunció el ceño.
—Solo estaba asegurando que seguíamos en la misma página —se defendió tomando el brazo del omega para sacarlo de la ventana, notando el cómo JungKook buscaba con sus ojos la figura de TaeHyung a la distancia —Sabes que nos preocupamos por ti y no dejaremos que vuelva a herirte.
TaeHyung se tendió en su cama con molestia, la llegada del viejo Min significaba problemas y lo sabían, Jina por sobre todos, siendo más protectora que nunca, prohibiendole a TaeHyung salir al bosque o siquiera mirar por la ventana.
El omega estaba con millones de sentimientos encontrados y ni siquiera era capaz de diferenciar cada uno de ellos. Sin quererlo estaba esperanzado de ver a JungKook, temeroso de NamJoon, enojado con prácticamente todo el mundo y con una oscura tristeza en su pecho.
Odiaba haber nacido omega y se sentía avergonzado de su propio sentimiento pero ¿podrían culparlo? de no haber sido omega hubiese sido un buen hijo para Jina, un hijo por el cual ella se podía sentir orgullosa y sin necesidad de andar escondiéndolo, Jimin y Hoseok no hubiesen tenido que madurar tan pronto, actuando como unos segundos padres en el tema de la protección, si no hubiese sido omega podría estar con JungKook, salir con él sin miedo a ser rechazado por sentirse menos. Si no fuese un omega podría llegar a ser amado, tener amigos y ser alguien normal.
TaeHyung no se sentía avergonzado de su raza, estaba orgulloso de ser que era y seguir vivo pero el deseo de ser alguien más no era algo que podía acallar.
Estaba impotente, impotente por sus pensamientos, impotente porque con tan solo ver a JungKook de nuevo todos los sentimientos que había tratado de enterrar volvieron a surgir, como si hubiesen estado dormidos todos estos años, esperando la llegada del alfa.
Miro con enojo el reloj de la pared intentando no entristecer, ¡Jina lo había mandado a dormir cuando eran recién las nueve de la noche!
Bufando con enojo tomó su cuaderno de folletos y encendiendo la luz de su mesilla de noche se dispuso a dibujar un poco.
En la casa no había ni una televisión ni una radio, todo como un método de protección por parte de Jina para que TaeHyung no viera y oyera constantemente el cómo asesinaban a su propia raza.
Pinto con enojo, tirando trazos sin significado alguno mientras se maldecía a sí mismo. De a poco aquel dibujo empezó a tomar forma, unos ojos color negro carbón, una pequeña herida en la mejilla, rostro completamente serio y un lunar bajo el labio.
JungKook.
Antes de que pudiese siquiera terminarlo lo arrancó de su cuadernillo y arrugó la hoja con rabia, tirándola a un lugar de la habitación.
Él es un alfa
Doblo sus piernas contra su cuerpo, descansando su cabeza contra sus rodillas, reprimiendo el grito de impotencia.
Él es mi alfa
Cerró los ojos con fuerza y abrazo su propio cuerpo, sintiéndose de repente muy frió, enfermo de sí mismo y sus pensamientos, con el estómago revuelto por la culpa y la garganta seca.
Luego de unos minutos se calmó, sintiendo el sueño llegar de a poco, cabeceando para mantenerse despierto hasta que el ruido de algo chocando con su ventana lo hizo saltar del susto.
Clank, Clank
Miro el lugar en donde se produjo el estruendo y dudoso se bajó de la cama.
Clank, Clank
Con cuidado y temeroso se acercó al vidrio, buscando al culpable de aquel ruido.
JungKook.
El cuerpo de TaeHyung se detuvo de golpe y su rostro perdió el color.
—TaeTae —escucho susurrar al alfa quién aún no podía verlo por culpa de la cortina —Abre la ventana, TaeTae.
Los ojos del omega se cristalizaron, había extrañado tanto ese maldito apodo.
—¿TaeTae? —Se escuchó de nuevo a JungKook hablar —¿estás ahí?
Los ojos del omega se llenaron de lágrimas mientras se dejaba caer de rodillas al suelo justo como lo había hecho cuando se dio cuenta de que JungKook se había ido, hace cinco años atrás.
Escondió su rostro contra sus manos, resistiendo el impulso de abrir la ventana.
JungKook podría matarlo.
—Se que estas ahí —confesó el alfa esta vez con un tono menos emocionado, como si supiera los pensamientos del omega —puedo sentir tu aroma, ¿sabes? —Soltó un pequeño suspiro —No te preocupes, entiendo que no quieras hablarme, después de todo lo que sucedió se que no es fácil para ti pero necesito que tengas claro que yo nunca te lastimaria.
Aun desde abajo JungKook logro escuchar el leve sollozo que soltó el omega, siendo esta su única respuesta.
—Yo te esperare, TaeHyung —afirmó JungKook —vendré todas las noches a esperarte, hasta que decidas hablar conmigo. —Sus ojos se empezaron a cristalizar mientras sus manos temblaban —Si quieres hacerme esperar los cinco años que estuve lejos de ti estará bien para mi, si quieres decirme que vaya también te obedeceré pero tan solo debes abrir esa ventana y decírmelo.
La puerta no se abrió y JungKook no se marchó.
Y así estuvieron, el omega sollozando en su habitación por su amor perdido, asustado e inseguro de confiar en el pelinegro y el alfa llorando frente a la ventana del omega, impotente por no saber cómo consolar a su amado.
Nota:
Gracias por todo el amor que le están dando a la novela<3
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Innocent » kookv [En Edición]
FanficPorque en un mundo en donde los omegas eran cazados y asesinados no había espacio para su amor. »Inspirada en la historia "El zorro y el sabueso" (no es una adaptación)