Soledad.

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Distribuido por encargo del Ministerio De Defensa.

CÓMO PROTEGER SU HOGAR Y A SU FAMILIA CONTRA OMEGAS Y DESERTORES DE LA PATRIA.

La comunidad Coreana se halla en la actualidad bajo la amenaza de una raza compuesta por los llamados «omegas». El cumplimiento de las sencillas pautas de seguridad que se enumeran a continuación lo ayudará a protegerse de ataques contra su familia y su hogar.

1. En caso de ser un beta se recomienda que no salga solo de su hogar, siempre es necesario estar acompañado de un alfa o de otros betas.

2. Repase las disposiciones de seguridad de su vivienda y asegúrese de que todos los miembros de la familia conozcan las medidas de emergencia. En caso de que en la familia hayan menores de edad se les deberá enseñar la razón de nuestra causa, estos al ser tan pequeños serán los más débiles ante cualquier hechizo que el omega les pueda implantar (véase pág. 90).

3. Si advierte que un familiar, colega, amigo o vecino se comporta de forma extraña o contraria a los deseos del USUHAN* es su obligación el ponerse en contacto de inmediato con el Grupo de Operaciones De Defensa Nacional, pues esa persona podría ser un desertor a la patria (véase pág. 50).

4. En caso de encontrar un omega en su propiedad es importante revisar si este tiene dueño (véase pág. 37) de lo contrario puede ser arrestado por robar propiedad ajena. Por el contrario, si el omega no pertenece a nadie, es su deber entregarlo en la comisaría más cercana.

Firmado por el Gobierno De Corea.

Oscuridad.

Oscuridad fue todo lo que JungKook vio al momento de abrir los ojos, una oscuridad vacía y fría. El alfa no podía recordar nada más allá de eso, ni siquiera su propio nombre.

Estaba asustado, sabía que algo le faltaba pero le era imposible saber que o siquiera escapar de aquella tenebrosa negrura.

De repente, una imagen llego a su mente.

Unos labios de un color rosado que igualaban a las flores en el bosque, cabello rubio que parecían pequeñas cascadas de oro líquido y una caperuza roja, la cual, le quedaba extremadamente grande.

Pero por sobre todo recordó aquellos ojos, ojos tan brillantes que competían contra las estrellas y con unas pupilas que poseían la profundidad del océano.

TaeHyung.

JungKook no podía ni recordar su propio nombre en ese momento pero si el del omega.  Y lucho, batallo contra la oscuridad porque sabía que TaeHyung se encontraba en la luz.

De repente, abrió los ojos pero al segundo deseo no haberlo hecho.

Estaba en una celda, acostado contra un frió colchón. Las paredes eran de color gris y el suelo estaba sucio, apenas había una pequeña ventana y la única otra cosa que lo acompañaba en su soledad era un minúsculo inodoro que se encontraba en una esquina.

A pesar de aquello suspiro de alivio.  La celda no era para nada refinada demostrando que, a pesar de ser descubiertos, seguían en una zona rural.

Eso era bueno.  La capital solo significaba muerte, tanto para JungKook como para TaeHyung.

—¡Eh! —grito el alfa, buscando con la mirada a un policía —Les daré solo una oportunidad para sacarme de aquí y llevarme con mi omega.

Como el menor supuso, las risotadas de sus carceleros no se hicieron esperar y tampoco tardaron en acerarse a él, en busca de burlarse.

Innocent » kookv [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora