Ideal

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Como un bello ángel
que del cielo cayó,
tú me abrazaste,
te apiadaste de mí.

Me acogiste en tu bondad
renunciando a tu divinidad.
Aprisionado por la maldad,
fui liberado por tu claridad.

Y en tus miradas
he vuelto a nacer.
Y aún con tus alas maltratadas,
me impregnaste en tu ser.
Levantaste el peso de mi pecado,
amándome sin importar el resultado.

Apaciguado por tus caricias,
desvaneciste mi tormento,
la pureza de tus palmas,
me devolvieron el aliento.

Alzaste el vuelo,
y yo también me elevé
aferrado a tus alas,
y yéndome contigo en tus espaldas
con destino hacia el cielo.

Inquietudes de un adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora