5. No lo merezco.

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Emily.

- ¡Gracias, Matias! -Dije adolorida por culpa de Maria.

- No te preocupes, me alegra que estés bien.

Él me abrazó.

Me alegraba sentir que le importaba.

Después de eso hubo un silencio incómodo, parecía que ambos quisiéramos decir algo pero no lo hiciéramos por el miedo a arruinar el momento.

-¿Qué tal si vamos a comprar otro café?-Preguntó Matias alejándose lentamente de mí.

-Sí.

-Sí. como le tiraste todo el café en su cabello- Bromeó Matias.

Se rió tan dulcemente

- Espero que no lo vuelvas hacer.

Y me pego en mi brazo pero lo hizo suave, mientras sonreía.

Al Día Siguiente.

Escuche una pequeña risa, Me asusté un poco al escuchar a alguien reír suavemente en mi habitación.

-Cállate- murmuré aún algo dormida.

- Despierta, bella durmiente-Dijo  burlona mente esa voz que tanto conocía.

Me sorprendí mucho al escuchar la voz de Matías. Me senté inmediatamente, lo vi recostado contra una pared, sonriéndome tontamente.

- No pensé que mi risa te despertara, te veías tan cómoda durmiendo que hasta pensé que debía irme a la escuela sin ti.

- Pues debiste irte sin mí, no me pienso levantar.

-Ok. entonces será a las malas.

Me tomo del pie y me empezó a tirar de mi cama luego me llevó hasta el baño arrastrada.

-  ¡Suéltame!  - Grité riendo.

-NO, Y ahora  báñate yo te esperare.

Me duché bastante rápido, creó que fue la vez más rápida que me duché.
Salí del baño y fui a mi habitación para cambiarme.
Me cambié y fui a la sala.
Mi madre estaba muy feliz hablando con Matías.

- Por fin despertaste. - Comentó mi madre en cuanto me vió bajar las escaleras.

- Sí, lo sé. - le hice una cara de fastidio a mi mamá.
Tomé a Matías de la muñeca y salimos de casa.

- ¿Porqué viniste por mí? - pregunté mientras caminabamos de camino a la escuela.

- Solo quería verte. ¿Es un delito?

- Sí.

Estábamos llegando al aula, Matias y yo estuvimos todo el camino habñando y bromeando sobre cosas realmente estupidas, a lo lejos pude observar a laura y a kata caminando hacia nuestra dirección.

No pude evitar hacer mi típica mueca de fastidio.

Mientras más cerca estaban  más  ganas sentía de salir a correr y gritarle " Malditas Hipócritas "  cosa la cual obviamente no hice porque aún no era tan estúpida como para dejarme en ridículo.

-Hola amiga-Me saludo Kata amigablemente.

-Hola.. - Respondí con asco ante la situación, pero me tragué todos los insultos que estaba apuntó de escupirselos en la cara.

Yo Gorda, Y más gorda. (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora