"Persuasiones"

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Capítulo 5: Persuasiones.

La conversación llegó a un punto muerto, cuando Rafael comenzó a recriminar a su hermano Balthazar.

—Tú siempre lo defiendes, pareces más hermano de él que mío —dice Rafael resentido.

—Los dos son mis hermanos. Se te olvida que ellos nunca han hecho diferencias entre nosotros, para ellos todos somos legítimos, hasta Inias que no comparte sangre, pero tú y Uriel insisten en clasificarnos. Ahora quieres hacerlo conmigo, ya es el colmo —responde Balthazar mosqueado.

—Si fuera tan así como dices, Castiel nunca hubiera tomado el mando del grupo, sino yo, incluso tú o Uriel, pero como somos hijos de la amante, tenemos que aguantarnos el seguirlo como perritos falderos.

—No te atrevas a llamarme perrito faldero, porque no me siento así. No tienes ningún derecho a sentirte de esa forma, porque estamos en iguales condiciones con todos los demás. Si Castiel está al mando, es por ser el más capacitado para ello. Tiene talento y no puedes negarlo. Las personas tienden a seguirlo, sin que él se dé cuenta de ello. Es nuestra obligación como hermanos suyo a ayudarlo y con eso ayudarnos, a nosotros mismos, a la familia ¿Acaso crees que Castiel quería tal responsabilidad?

—Si no la quiere, puede dármela a mí entonces. Yo también tengo la misma capacidad de liderazgo e incluso mejor, porque yo sé de qué soy capaz. Puede que él tenga talento, pero no tiene idea de lo que es capaz de hacer y ni siquiera sabe el talento que tiene, ¿de qué le sirve entonces?

—Vamos con la misma discusión de siempre. Nuestro padre lo puso a cargo a él, no a ti, ni a Uriel, ni a mí y eso es lo que te molesta. Seamos honestos, son simples y llanos celos.

—No estoy celoso de ese niño —enfatizó Rafael enojado.

—Lo estás, porque era el preferido de nuestro padre. Lo que no entiendo de ti, es que si bien estás celoso de Castiel por ser el favorito, por qué no estuviste celoso de Lucifer durante el tiempo que fue el favorito también de nuestro padre.

—Lucifer es diferente, al igual que Miguel. No hay comparación entre ellos y Castiel.

—Yo creo que Castiel es mejor que ellos dos. La prueba es, que él está a cargo de la familia. Él se quedó cuando los otros se fueron y nos dejaron botados a nuestra suerte.

—Algún día volverán, Balthy, debes tener fe. Yo creo firmemente, que volverán, entonces el grupo florecerá como debe de ser, como siempre estuvo planeado.

—Yo no estoy tan seguro de ello. Y si volvieran, ¿a quién crees que les gustaría ver en el cargo supuestamente usurpado? A ti o a Cassie.

—A mí por supuesto, ellos siempre me tuvieron en buena estima y saben que soy mejor que ese niño.

—¡Ah!, entonces según tú, ellos te tienen en buena estima, mejor que el niño legítimamente, de su propia sangre por todos lados, de padre y de madre. A ti, uno ilegítimo nacido de una amante, ¡por favor! Tú mismo te contradices. Haces diferencias entre nosotros, solo cuando te conviene. Estás mal Rafael y estás jugando con fuego. Ese niño como tú le dices, parece tonto, pero no lo es. No lo subestimes.

—Eres tú quien lo estás sobrestimando demasiado. Te recomiendo que lo convenzas de aceptar el trato de Casino Building Company, sino lo hace, nos estará llevando a la bancarrota y a la destrucción del grupo.

—Creo que exageras con eso de la destrucción. Al no ser que tú quieras eso. —Balthazar lo mira con sospecha.

—Por supuesto que no, al contrario, por eso estoy preocupado a que el niñito no acepte el trato, solo porque no le gusta cómo está escrito.

Prisioneros de la Mafia (DestielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora