Mirame sólo a mí.

11.- ¡Enamórate de mí!

Pasaron las clases, Harry no se despegó ni un centímetro de mi lado. Él me paseaba por toda la Universidad como si su vida dependiera de ello. <<<O más bien como si paseara a su perro>>> En un minuto lo solté de la mano y lo perdí de vista. Eso me puso nerviosa. No había nadien en los pasillos, en segundos me encontraba acorralada, Dyel tenía las manos en mis costados, cogió mi mandíbula y me besó.

-Te amo... Te amo Saito. -Sus mejillas estaban encharcadas y tenía una sonrisa caída. -¿Por qué no puedes amarme? -Dyel me miraba, en sus ojos se reflejaba todo su dolor. -Él sólo te lástima, yo quiero acerté la mujer más felíz. -sollozo.

-¡Amenadyel! -Mi corazón se rompió. Dyel se alejó de mi, el yacía en una esquina, llorando mientras abrazaba sus piernas.

<<<Ves lo que causas, por primera vez aceptó que Sebastián tenía razón, ojalá te hubieras muerto en el accidente>>>

-¡No digas éso! -Murmuré. -Dyel.. yo. -Me arrodilló enfrente de él. -¿Por qué me haces esto?

-El sacó su cabeza de entre sus piernas y me miró. -Porque te amo.

-Pero si apenas te conozco. -admire sus ojos era una mezcla entre azul y gris. Los cuales ahora estaban rojos y cristalizados.

-En estos tres días llegué a enamorarme de tí en más de una forma. -limpié sus lágrimas con mis pulgares. -Te amo mi psicópata.

Sus palabras me recorrieron la cabeza y comencé a recordar todo lo que pasamos juntos..

FLASHBACK

-Aleja eso de mi cara. -reía mientras me alejaba de una langosta.

-No seas llorona. -Dyel reía como loco. -Dale un besito..

-¡Aléjate! -Me subí a una silla y le apunté con una cuchara.

-¡Vamos Saito! -Bufo. -Él señor langosta quiere un beso para convertirse en un príncipe.

-Eres un idiota. -Me burle. -eso sólo sucede con una sapo.

-¡Con que quieres una sapo! -Levantó las cejas y en ese momento sentí un terror enorme. Dyel dejo la langosta en la olla y la tapó con una tapa. Veo sus ojos y sé lo que esta por hacer.

-¡No Dyel! -Gritó entre risas. Este se acerca a mi y me carga sobre su hombro, yo voy dando patadas y riendo sin parar. Subimos a mi habitación y me deja en mi cama y me ataca con cosquillas. -No.. ya basta.. -río mientras ruedo por la cama. Él se detiene, se va al baño y yo me siento en la cama, después de unos minutos Dyel regresa me vuelve a cargar y me lleva a la ducha, la bañera esta llena de agua y tiene muchas burbujas. -No sé nadar.. no me dejes caer -Bien dramática yo.

-¡No seas dramática! No pasa de que te entierre en el patio. -Enrealida entendí perfectamente su referencia, cuando menos lo espere ya estaba adentró de la bañera con muchas burbujas en la cabeza.

-Eres un completó idiota. -Tomó su mano halandolo hacia dentro.

-¡Te amo psicópata!..

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-¿Qué es lo que desean ordenar? -Una chica peli negra nos atendió.

- Yo pediré Yakisoba. -Dyel habló y me miró sonriente. -¿Tu que quieres?

-Yo quiero.. -Mire el menú. -¡Omuraisu! -pronunció con dificultad.

La señorita se retiró, después de un rato volvió con dos platos. Dyel comenzó a jugar con sus fideos. Se los ponía en la cara.

-Soy Shifu.. -solté una carcajada ante sus palabras. -Son guerreros del gran Kung fu panda.. -comenzó a cantar. Yo moría de risa, nisiquiera me daba vergüenza que todos nos estuviera mirando

-¡Ya basta Dyel! -Dije entre risas.

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-Vanana... ulala -Dyel cantaba Havana de Camila cabello. Yo estaba atacada en risa, a él no le importaba, cantaba como si de verdad se la supiera.

-Eres un torpe. -Dije sin parar de reí.

-Si no te gusta cantare otra.. -Me sonrió.

-¡Las ventanas son demasiado caras! -Bromeó.

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- Si tú saltas yo saltare. -Dije mirando el agua helada.

-Nos dará hipotermia -Tragó duro. - ¿Lo sabes?

-¿Gallina? -levanté las cejas.

-Yo no soy gallina. -soltó un gruñido.

-Me quite la camisa -¡Entonces salta!

-No lo haré hasta que tu lo hagas. -Me tomó de la mano.

-Lo haremos a la cuenta de tres.. -apreté su mano.

-Uno... -Comenzó a contar.

-¡Tres! -Grité saltando al agua.

-Nooooo!!!! -Fue lo único que dijo antes de caer al agua. -No... es justo -sus dientes estaban titiretiando.

-¡¡¡Gallinaaaaaaaa!! -Grité mientras temblaba de frío.

-Yo seré una gallina pero tú eres una lunática.

-¡Pero así me amas! -Me reí.

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- ¡Estas loca! -Dyel refunfuño. -Nos vamos a resfriar.

-¡Amo la lluvia! -Gritó alzando los brazos hacia el cielo.

-¡Dios, yo no la quería tan loca! -exclamó mirando el cielo.

-Deja de hablar con dios y vamos a bailar. -Lo tomó del brazo. Él me mira con una sonrisa en la cara, su cabello esta mojado, la lluvia cada vez se hace más fuerte. Dyel se acerca a mí.

-Siempre he querido un beso bajó la lluvia. -Este se inclinó y me dio un tierno beso en los labios.

FIN DEL FLASHBACK

Mis ojos estaban inundados en lágrimas.

-¿Qué tengo que hacer para que te enamores de mí?

-Es que ni yo lo sé. -Dije mirando el suelo.

-¡Enamórate de mí! -Junto nuestras frentes.

-No puedo.. -Me alejó de él.

-¡Entonces déjame y vete con él! -me da la espalda.

-Dyel...

-No Saito, sólo déjame. -soltó un suspiró. -No pudo forzarte a amarme.

-No me hagas esto.. por favor. -Me ahogó en lágrimas.

-Sólo te pido que te enamores de mí. -se giró hacia mí y me tomó de las manos. - ¿Es mucho pedir?