Casados Por Un Pinche Contrato |Jackson Wang GOT7|

Capítulo 6

Termine e iba a recoger los platos que había utilizado, pero en esas llegaron las señoras que se encargaban de limpiar y no tuve otra opción que irme a mi cuarto.

Me puse a ver vídeos como toda fan de Taeyang de Big Bang y luego...

—Lo sentimos, el último barco hacia África salió hace unos minutos, si gusta puede viajar en la próxima embarcación que está programada para la semana que viene.

Colgué y grité frustrada en una de mis almohadas, luego empecé a golpearme con ella hasta que llegó la aburridora de mi mamá a decirme que bajara para irnos a ver a mi "Prometido" y yo ni siquiera me había alistado.

Ahí temí por mi vida.

Me pare como un rayo, entre al baño, me bañe lo más rápido que pude pero para serles sincera me demore media hora, salí de ahí y me puse un vestido azul con rayas blancas, nada del otro mundo.

Bajé y encontré a mamá toda arreglada como si ella fuera la que tuviera que casarse, ojalá y fuese ella.

—Hija, te ves hermosa.

—Gracias tú también lo estás.—sonreí sin ánimo.

—No te esfuerces por decir cosas que no quieres.—mi relación con mi mamá era un asco.

—¿Y papá?.—me crucé de brazos.

—Él nos espera allá con los padres de tu prometido.—dijo emocionada, ¿en serio esto me estaba pasando a mí? ¡Está más emocionada que yo! Tan mal a de estar la empresa como para que haga todo este show de matrimonios arreglados—. ¡Di adiós casa!

¡¿Kha?!

Subimos a una camioneta graaaaaaande, pero no como el océano.

Por mi llegaría caminando o incluso no me molestaría en llegar en una moto, sería cool y original, tal vez así se darían cuenta que todavía soy niña jugando a ser grande y me dejen en paz.

Llegamos y entramos a un restaurante bastante lujoso, nada parecido a donde mis amigos y yo solíamos ir todo el tiempo, de lejos se veía un chico agachado, seguro estaba en su celular o yo que sé. Sólo quería salir de ahí, esconderme hasta morir sin saber nada de nadie o tomar mi barquito hasta África.

Y boom.

Me di cuenta de quién era.

Oh Dios mío santo.

¡¡¡¡Oh benditos dioses!!!!

¡¡¡Por la barba de Merlín!!!

El mundo está en mi contra y a la vez me ama, lo sé, lo presiento.

—Hola, llegamos.—¡Si ya se dieron cuenta mamá! ¡Al menos son más observadores que tú!—. TN, cariño, saluda.—¡ay santa virgen! En ese momento Jackson alzó la mirada y me vio sorprendido, ¡es que hasta yo lo estaba! Miles de hombres en el mundo y mi familia quería castiga- digo, casarme con él.

Pero aquí entre nos, me sentí más tranquila, después de todo no era un desconocido o un abuelito.

Era el chico que me jugaba las bromas más pesadas.

Era el mismo con el que nos gritábamos cosas de extremo a extremo cuando estábamos en edificios diferentes en el colegio.

El mismo que me había cortado el cabello y pintado de fucsia todo mi pupitre.

Era el mismo a quien yo le había pinchado el auto.

Sí...

¿Qué más podía pedir?