...

1.5K 90 5
                                    

-Mis padres no murieron en un accidente de auto- Holie  quitó su manos de su rostro y puso su mirada en él suelo. Su  respiración seguía agitada por llorar.

-¿cómo fue?- pregunté con miedo a su respuesta, pero sabía que ella necesitaba desahogarse y ser escuchada.

-Dieron su vida por todos nosotros, estaban en una pelea- su voz era baja pero lograba escuchar. - cada Nathrezim lleva en su sangre un líquido que al derramarlo al suelo se convierte  en una especie de virus  que hace que te quemes por dentro hasta quedar completamente en cenizas.- dió un suspiro y paso su cabello por detrás de sus orejas . Le costaba hablar sobre esto. Le dolía. Me ponía a pensar un poco en mi forma de ver las cosas pero me duele recordar las mentiras de ella, de mi madre y lo de mi padre...

-Lo lamento Holie... pero ¿por qué tuvieron que dar su vida?

-Era una ataque de los titanes hacía nuestro fuerte- suponía que El Fuerte era donde nos encontramos.- Esos titanes eran muy fuertes, una ves que no puedes con ellos das tu vida por los demás para que no acaben con la especie. - dieron su vida por todos, por Holie, por mamá y por mí , ya que ahora era una de ellos.

-no sé qué decir... - no tenía palabras para describir el coraje de sus padres - tú padres fueron tan valientes.

-Lo se- suspiró y limpió su rostro- y no imaginas cuánto los extraño.- levantó su rostro para verme, y me dio una pequeña sonrisa llena de tristeza. Y yo le di otro abrazo dandole a entender que si la entendía y que me tenía a mi a pesar de todo.

-perdón- Sabia que ella no tenía la culpa de lo que venía para mí, sin embargo me desquité con ella- me desahogue contigo sabiendo que tú no podías hacer nada al respecto.

-No te preocupes Alisson- decidimos nuestro abrazo- para poder aceptar las cosas hay que desahogarse y a sí lograr pensar con claridad.
Después de decir eso se puso de pie.

-salgamos de aquí - ella se levanto poniéndose enfrente mío con la mano estirada hacia mi. Una sonrisa melancólica se dibujaba en su rostro. Tome su mano y me levante para salir.

Cuando salimos, de nuevo me sentí sorprendida por la arquitectura de lugar, hecho de piedra, voltear a ver a todas direcciones y pensar que parece una pequeña ciudad subterránea donde todos visten de negro.
Mientras caminábamos sentía las miradas de todos, ¿acaso me veían demasiado débil como para ser parte de ellos? En eso me topé con la mirada de una mujer, en realidad parece de mi edad, parecía que me quería asesinar con la mirada. Yo solo la ignore y seguí a holly.

-¿a dónde vamos?- pregunte.

- te dejare en los comedores, no has comido en todo el día.- dijo llevándome hacia ellos.

llegamos a los comedores, estos eran hechos de acero y los bancos eran troncos. Observe mi alrededor, había algunas personas comiendo y la mayoría estaban paradas, hablando unas con otras alrededor del lugar.

-no tengo hambre. - mencione. la verdad con las noticias que me dieron hasta náuseas me causaron.

-está bien, pero espérame aquí, tengo que buscar a Declamar.
Iba preguntar para que, pero se fue.

Mientras esperaba a Holie sentada en la mesa de piedra, no puedo evitar sentirme atacada por las miradas de la personas, ¿A caso no pueden disimular?, trate de ignóralos haciendo como que no me importa pero me siento como un maldito bicho raro. Todos se ven tan imponentes con sus armas pegadas a ellos y esa maldita mirada de querer matar a cualquier persona que respire enfrente de ellos.
No tardo mucho en voltear a mi alrededor al escuchar uno gritos de aliento de varias personas. Estaban a unos cuantos metros pero mi mente estaba tan aturdía por lo qué acababa de pasar que le resté importancia. Me doy cuenta que las miradas intimidantes que me observaban cambian a un estado de sorpresa y mueven sus cuerpos hacia atrás, yo solo los veo extrañada. Volteo a mi derecha y veo a dos chicos de negro matándose con la mirada. Un chico que cubría su boca con un pañuelo negro  golpea al otro  en la quijada con una fuerza que no es des este mundo, haciendo que vuele por los aires y caiga directo sobre mi mesa. El miedo entró en mi en cuestión de segundos.
El chico pegó un grito de dolor y yo solo me quede congelada, el chico del pañuelo empezó a correr hasta la mesa y yo por instinto me levante para salir de lugar. Por mis malditos nervios me tropecé en el intento. Ahogó un grito y el miedo se apodera de mi al escuchar a todos gritar;  "¡apuñalalo!" "¡usa tu marca!" "¡Arráncale los malditos ojos!" "¡rómpele el cuello!". La gente lo disfrutaba como si fuera un maldito partido de béisbol.

[OSCURA OBSESIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora