“Buenos días:
Probablemente no sea capaz de admitir muchísimas cosas en persona, pero aquí todo es diferente. Más de lo que imaginé. Quiero que sepas que escribiré acerca de todo lo que alguna vez pensé, y que aquello me libera. Admitiré más cosas de las que me gustaría admitir, y sé que al escribirlas, serán ideas que se terminarán de fijar en mi mente.
Sé que debes pensar que estoy loca, o al menos piensas que no soy igual a ti. Y eso está bien para mí, pero no te olvides que no pretendo asustarte. Sé lo que escribí en la carta pasada, y sé que te asustaste al menos un poco. Fue tanto que, por un momento, pensé que se la mostrarías a algún directivo, y eso probablemente haría que todo esto terminara.
No quiero que esto acabe. Quizás estés pensando algo como: ¿por qué diablos le importa tanto si se dejan de enviar las cartas? O quizás no te lo estés preguntando, porque sé que la mayoría de las veces yo intento anticipar las conjeturas de los demás, y generalmente pienso que me equivoqué. De todos modos, si te lo has preguntado, probablemente jamás supiste lo que se sentía encontrar algún medio de comunicación que te llene. ¿Sabes?, esto me completa más de lo que crees. Ya te lo he dicho antes, pero te lo repetiré: me siento leída y comprendida. Y ese es un sentimiento que me deja dormir más tranquila.
No sabes el bien que todo esto me hace. Espero que esto también te haga bien, aunque dudo mucho que sea así.
Que tengas un lindo día.
Seguiré escribiéndote.
Con cariño, problemas existenciales
O sólo problemas
O simplemente dudas.
Una chica ordinaria.”
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