Séptima carta:

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“Buenos días:

Todos estos días he pensado acerca de las personas que se fueron de mi vida, y en lo que habrá sido de ellas. Admito que las sigo extrañando, y aunque haya pasado un largo tiempo, la herida no se ha cerrado. Y me pregunto si algún día seré capaz de nombrar o hablar de alguno de ellos sin llorar, si algún día la herida estará lo suficientemente cerrada. También he estado pensando en lo que sería llamar a mi futuro hijo, aunque aún esté demasiado lejos de incluso tener intimidad con alguien, como él. Sé que no sabes quién es él, y no voy a decírtelo. Quizás te alcance con la concepción de que él merecía llegar a una mayor edad, y ser capaz de, al menos, disfrutar esta vida, sufrirla y vivirla. Y sé que digo eso porque yo simplemente quería estar con él, ayudarlo a crecer y que sea todo un hombrecito, y no soy lo suficientemente buena para alegrarme de que no pueda llegar a ser capaz de ver qué tan horrible el mundo puede ser, porque soy tan egoísta que no me importaría que tan mal lo pudiese haber llegado a pasar, porque siempre estaría conmigo.

Mi mamá creía en los espíritus. No estoy segura de si también creía en los que hacían daño a las personas, pero sí creía que él estaba aquí, con nosotros. Siempre me contaba que lo sentía con ella, y hasta una vez le pareció verlo en una foto, mucho tiempo después de que se fue. Me dijo que si le pedía algo, él me lo cumpliría. Me dijo que él me miraba desde el cielo.

Pero yo realmente nunca le creí. Aunque admito que en tiempos como estos, recurro a la comunicación con el más allá: intento hablarle. Sé que no me escucha, y que si en el cielo se mantiene de la misma edad en la que se fue, sería imposible que me comprendiera, ¿cierto?

Otra de las cosas en las que mi mamá creía era en las almas. Una vez, yo le dije que tal cosa no existía, y ella me respondió: “Cierra los ojos, ¿puedes sentir eso que está en tu interior?” Y lo sentía. No estoy segura de qué era. Pero fuese lo que fuese, yo sé que eso jamás podrá ser eliminado. Es como si fuera una llama que jamás se extinguirá, que se quedará por aquí, flotando. O no lo sé, quizás se convierta en alguien más.

Que tengas un lindo día.

Seguiré escribiéndote.

Con cariño, problemas existenciales

O sólo problemas

O simplemente dudas.

Una chica ordinaria.”

Cartas de una chica ordinariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora