- ¿Emma?- susurró Sophia, acariciando la espalda de Emma, que estaba recostada sobre sus brazos y, sobre ellos, su cabeza, su nariz topando el granito negro del desayunador. - ¿Estás dormida?- volvió a susurrar, considerando la remota posibilidad de que en verdad lo estuviera.- No...- murmuró, levantando su cabeza con una mirada un tanto evasiva.
- ¿Te sientes bien?- su voz era adormitada y preocupada, era evidente que a Emma le pasaba algo.
- Sí...sólo estoy un poco cansada...es el jetlag, supongo...- murmuró, forzando una sonrisa que era difícil creerle.
- Ven a la cama, mi amor...intenta dormir- dijo Sophia, alcanzándole la mano para que se la tomara, con una sonrisa sencilla y cariñosa.
- No he podido dormir, son las cuatro y algo de la mañana, lo sé...llego en un momento, ¿si?
- ¿Quieres estar sola?- Sophia estaba un tanto preocupada, pues creyó que ya la estaba comenzando a sofocar.
- No, Sophie...sólo estaba matando el tiempo, no quería despertarte de tanto que me movía en la cama- volvió a sonreír, viendo que Sophia todavía tenía extendida su mano. "Carajo, Emma, tómasela".
- Ven a la cama, ¿si? Me haces falta...- sonrió un tanto sonrojada, agitándole un tanto la mano para que se la tomara, y se la tomó al fin.
Emma asintió, concediéndole a Sophia algo tan fácil como acompañarla a la cama, sólo abrazarla hasta que se quedara dormida mientras seguía dándole vueltas a lo que le incomodaba, más bien lo que le preocupaba. Pero su atormento era quizás estúpido, o no, pero le daba vueltas en la cabeza y, lo único que la desconcentraba de aquella faceta, era ver a Sophia dormida a la par suya mientras la abrazaba con su brazo, más bien ponía su mano sobre la cintura de Sophia y la movía para acariciar hasta su cadera y de regreso. Sophia si era hermosa, dormía con una sonrisa pequeña en sus labios, su flequillo cayéndole sobre la mitad de su frente y apenas agarrado de su oreja izquierda, un flequillo ya más brillante, junto con su cabello más liso y más manejable. Emma logró conciliar el sueño a eso de las siete y media, cediendo a sus pensamientos, no despertó hasta las tres de la tarde, que Sophia la contemplaba con sus ojos celestes y una sonrisa brillante de dientes, con un listón en su cabello, viéndose increíblemente joven y tierna, ya duchada y con ropa limpia.
- Good morning, Stranger- murmuró Sophia, con la misma sonrisa con la que siempre saludaba a Emma. Emma sonrió mientras se estiraba. – Thought we could go and have some late lunch at Per Se- murmuró sin quitarle la mirada de encima.
- ¿Y eso?- sonrió, olvidándose de aquella pregunta que tanto la atormentaba.
- Phillip y Natasha llamaron, pero estabas dormida, querían saber si querías...-dijo, interrumpiéndose con un silencio de corrección y un gesto extraño. – si queríamos ir a un late lunch con ellos- se corrigió.
- Está bien, sólo me iré a bañar- sonrió, otra vez un tanto indiferente, igual que en la madrugada.
-Emma...¿qué pasa?
- Nada, ¿por qué?
- Estás como...rara...
- No, Sophia, estoy un poco cansada nada más...- y volvió a sonreír, esforzándose un poco más por hacerla creíble.
- ¿Tienes sueño todavía? Puedo llamarle a Phillip y a Natasha que no iremos...- sonrió, acariciando a Emma por su mejilla para luego peinarla y pasar su flequillo detrás de su oreja.
- No, no es sueño...es como estrés...es como raro- y se puso de pie, acomodándose la camisa y peinándose alocadamente con sus dedos.
- ¿Qué puedo hacer para desestresarte?- susurró Sophia, arrastrándose con sus rodillas hacia el borde de la cama para abrazar a Emma por el cuello y sonreírle a aquellos labios dormidos y a aquellos ojos atormentados.
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El lado sexy de la Arquitectura
Random"...Emma, por primera vez en su vida, tuvo su primer impulso lésbico y se confesó a sí misma..." Esta historia no es mía solo la estoy volviendo a subir, pertenece a Ella J. De la plataforma todo relatos, todos los créditos a su autora. No es adapt...