Cuatro: Enloqueceré

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Luego en casa:

—¡ESO ES HORRIBLE! —Saltó Anaís.

—A ver, sí, pero... No hace falta gritar así, eh? —Gumball aún tenía el grito en el cuerpo.

—Pero en verdad lo es... Si los profes llaman a los oficiales de Elmore y estos descubren el intermedio, nos podríamos meter en problemas muy graves por no haber revelado este gran descubrimiento.

—¿Y qué nos queda entonces? —Preguntó Nicole.— ¿Seguro segurisimo que Simian no te ha creído?

—Si... Me miraba fatal y muy orgullosa de sí misma. Seguro que ya se lo habrá dicho al director Brown y estarán a punto de avisar a los oficiales. —Explicó Gumball.

—Eso es horrible... —Expresó su hermano.— ¿Qué podemos hacer?

—Humm... ¿Huir? —Propuso Richard.

—¿A dónde? No le veo ventajas. —Se quejó Nicole.

—Nos pillarían.

—Pero yo no tengo nada que ver. —Se indignó su marido.— Si ocurre algo aquí, yo no estaría infiltrado y me salvaría.

—Sí, papá, eso nos consuela mucho.

—¡Gumball! —Le reprendió su madre.

—Es que es cierto... —Se defendió el gato azul.

—Esperad. —Darwin empezó.— La idea del señor papá no es mala del todo. Podemos huir al intermedio. Quizá a la cuarta dimensión. ¿No?

—¿Y en qué exactamente nos ayudaría eso?

—Oh...

De repente, sonó el timbre de la puerta.

—Gumball, ve tú. —Dijo Nicole.

—¿Yo? —El se enfadó.— ¿Por?

—Por hablarle mal a tu padre.

—¿Aún sigues con eso...?

—¡Ve!

A regañadientes, Gumball fue al otro extremo de la casa y abrió la puerta. Un escalofrío le recorrió el cuerpo al ver al director de Elmore High.

—Oh, Watterson. —Dijo simplemente.— ¿Tu eres el de la historia del espejo rarito ese?

—Emm... A-así es.

—Tengo que hablar seriamente contigo.

Esta vez con un tono mucho más amenazante. De detrás de él salieron el oficial Donna y dos más.

—¿Q-qué está pasando aquí? —El niño se asustó.

—Queremos que confieses. —Dijo el policía Donna.

—¿Él qué?

—Que tu historia ocurrió de verdad.

Gumball iba a salir pitando hacia la cocina, pero el director Brown le cogió del jersey.

—¡EY! SUÉLTAME!!!

—Mira, Gumball. —Dijo este, impasible.— Esto es muy grave. Confiesa.

—¿Qué haréis con los de la historia si es cierta? ¿Y qué haréis si no lo es?

De repente, la voz de su madre se oyó.

—¿Gumball? ¿Quién es?

—¡MAMÁ, POR LO QUE MAS QUIERAS, NO SALGAS!

—¿Q-qué?

El niño volvió a intentar escaparse, pero sólo consiguió que le agarraran más fuerte.

—A-ah...

—¿Hijo? ¿Estás bien?

—TU NO SALGAS!!

Su madre, por una primera vez confió en él, y no salió.

—Mira, Watterson, no sé por qué nos haces el trabajo más difícil. —Se enfadó Donna.— Pero te haremos hablar.

—¡No permitiré que le hagáis daño a Jane!

—Así que no vas a cantar, eh? Pues te llevaremos a un sitio donde lo deberás de hacer.

—¡SOCORRO!

Hubo un portazo, los demás miembros de la familia salieron poco a poco.

—Lo ha hecho por Jane...

—En todo caso, ella nos ayudó a salvar a la familia, y él le ha devuelto el favor salvando a toda su dimensión.

—Hay que ir a buscarle. ¿Quién tiene un buen plan?

DElante Y DEtrás (El Asombroso Mundo De Gumball)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora