Thomas se sienta cuando la situación comienza a sobrepasarlo, aún tiene puesta la túnica con la que hace media hora se unió a Dylan y la maldita prenda de ropa no ayuda en nada a que se sienta menos sofocado. Se abanica con la mano, observando la escena que se está desarrollando delante de él: Lucifer y Dios están echando la bronca a los dos ancianos que han presentado como sus padres, las fuerzas naturales del mundo. Si el día anterior había pensado que nunca superaría enterarse de quiénes eran los hermanos de Dylan, aquello escapaba a su total capacidad de adaptación.
- Si no ibais a llegar a tiempo, ¿qué hacéis aquí? - Dylan se masajea el puente de la nariz, deteniendo a Stiles y a Caleb.
- Conocer a nuestro yerno, por supuesto - madre Tierra se encoge de hombros, dándose la vuelta para buscarlo y localizándolo por fin.
El humano no puede evitar sentir un escalofrío por eso, preguntándose si hay alguna posibilidad de que su suegra sea como muchas madres humanas que no aceptan que sus hijos varones se casen porque ninguna mujer u hombre está a la altura.
- Eres precioso, cariño, ¿cómo aguantas al gruñón de mi hijo pequeño?
O tal vez no.
Una risa nerviosa y muy traicionera escapa de la garganta de Thomas y todos lo miran con sorpresa, estupefactos, pero no puede parar.
- La pregunta, en realidad, es qué ha visto él en mí - responde cuando por fin puede parar, secándose las lágrimas que han caído por sus ojos.
- Oh, yo estoy bastante segura de qué ha sido - le pone una mano sobre el pelo rubio, revolviendo con suavidad. Thomas recuerda, por un momento, lo mucho que les costó a las chicas peinarlo, pero duda mucho que vayan a decir algo al respecto y menos a esa señora.
- ¿Habéis venido a ayudar con Kate?
- ¿Qué? Claro que no, hijo, no podemos interferir en esos asuntos - padre Cielo se cruza de hombros y mira a sus dos hijos mayores con reproche.- Y, en realidad, vosotros tampoco.
Thomas nunca pensó que vería a Dios y a Lucifer hacer un puchero, ya debería adaptarse al tipo de cosas que suceden en su nueva vida, pero dos de las entidades más importantes de la religión que mueve el mundo están teniendo una rabieta y eso es fantástico.
- ¿Y Dylan sí puede?
- Dylan ha escogido la Tierra, cariño, tiene el mismo derecho que vosotros sobre vuestros respectivos territorios - ambos miran acusadores al menor.- Sólo queríamos pasar a ver qué tal os iba - madre Tierra acaricia la cara de todos sus hijos y deja un beso en sus cabezas.
- Gracias, padre, madre - Dylan inclina la cabeza con reverencia porque después de todo sus padres le han honrado con su presencia el día de su boda y eso es un privilegio que muy pocos seres consiguen alguna vez a lo largo de su existencia.
- Siempre es un placer.
Y, con el mismo silencio que llegaron, se van. Todos parpadean incrédulos porque un momento están ahí y al siguiente ya no.
Después de eso es un poco difícil volver a tomar las riendas de todo lo que tienen que hacer ese día, pero Deaton llega con un maletín lleno de cosas y les obliga a centrarse.
- Ojalá pudiera quitarte todas las capas de ropa una a una y reclamarte de nuevo ahora que eres oficialmente mío - susurra Dylan contra la piel de su cuello, tocando las solapas de la túnica.
- Esta noche tendremos tiempo si todo sale bien - hay una nota interrogante en su voz por mucho que intenta suprimirla, el moreno sonríe con cansancio, pero le da la razón con un asentimiento antes de dejar un beso casto sobre sus labios.
- Thomas - lo llama Rosa que viene acompañada de Kaya.- Vamos, hay que quitarte todo eso y ponerte algo más cómodo.
- ¿Y vosotras? ¿Os vais a enfrentar a todo esto con vestido? - replica.
- Muy gracioso - Kaya pone los ojos en blanco.- Tenemos más tiempo que tú, tienes que estar listo cuanto antes para que Deaton esconda el vínculo.
Thomas mira donde la cuerda ha dejado un aro dorado en su muñeca y las sigue hacia una de las habitaciones continuas de la biblioteca para cambiarse.
- ¿Es muy notorio?
Ambas han empezado a desabrochar las ropas tradicionales, levantan la vista para responder, pero tardan un poco en hacerlo... como si estuvieran midiendo sus palabras. Thomas cambia el peso de su cuerpo de una pierna a otra mientras espera hasta que se deciden.
- Bueno, Thom, apestas a Dylan - responde Kaya encogiéndose de hombros.
- Pero eso no es algo nuevo.
- El nivel en el que apestas sí - Rosa sonríe.- No es que su esencia este en tu cuerpo por haber tenido sexo, es que forma parte de tu alma. Ya no vas a poder quitarla de ahí sin importar cuánto tiempo estén separados.
- ¿Y cómo lo hará Deaton?
- No estamos muy seguras, en realidad - se rasca la nuca pensativa antes de empezar a doblar las prendas de ropa.- Si un día necesitamos algo de magia por aquí o algo de magia por allá, lo llamamos y él nos ayuda. El resto son datos técnicos de los que la mayoría no nos preocupamos.
Thomas pasa por su cabeza una camisa negra, agradecido por la frescura de la ligera prenda.
- ¿Pero por qué un veterinario?
- Es tan bueno como cualquiera.
- Yo creo que debería ser algo más impresionante - se sube los vaqueros con cuidado de no caerse, las chicas se estarían riendo durante meses por su torpeza.- Como un druida o algo así.
- Bueno, Deaton es justo un druida. La veterinaria es una tapadera que le da acceso a sedantes muy fuertes - sonríe Rosa, Thomas pone los ojos en blanco.
- Como decía, no es suficiente ser un veterinario. No sois animales.
- Te sorprendería la lista de similitudes.
Thomas abre la boca para responder, pero decide que es mejor encogerse de hombros y dejarlo pasar porque cuando vuelven a la zona principal de la biblioteca la actividad es frenética. Todos se han quitado sus ropas de gala para ponerse el uniforme de combate negro al que tanto se ha acostumbrado. Ahora que se fija, él también va de negro.
- Ya que la novia ha vuelto - se escucha la voz del veterinario, Thomas acaba de decidir usar ese título para referirse a él durante todo lo que le quede de vida.- Estos son los supresores - deja unos viales sobre la mesa alrededor de la que están todos reunidos, Thomas termina de acercarse con curiosidad para ver que contienen un líquido de muy dudoso aspecto.
- ¿Esto ocultará nuestro vínculo? - habla Dylan, haciendo la pregunta que se repite en la mente de Thomas.
- Sí, por un tiempo.
- ¿Cuánto?
- Eres el Nogitsune - ofrece como respuesta.- Cualquier elemento mágico es impredecible en ti, pueden ser treinta minutos como una hora - le recuerda, Dylan tiene que hacer un esfuerzo para no gruñido frustrado.
- Tendremos que hacerlo en menos.
- Oh, bro, no vas a conseguir que Kate cante en 15 minutos - replica Scott.
- No, sólo tiene que durar el tiempo suficiente para ponerle las esposas - Dylan las levanta, tienen pinta de ser muy antiguas por el nivel de oxidación del hierro.
- No puedo evitar darle un tinte erótico a esto.
- Will, cállate - masculla Thomas.- Entonces, ¿cómo lo hacemos?
Sabe, en cuanto ve a los demás removerse incómodos, que no le va a gustar.
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Un ángel en el infierno #DylmasNewtmasAwards
Fiksi PenggemarUniverso Alterno. Thomas se ha mudado a Nueva York con la esperanza de escapar de un pasado oscuro y ha encontrado trabajo como ayudante del detective más famoso del país: Dylan O'Brien. ¿Encontrará por fin la tranquilidad y estabilidad que está bus...