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La noche, el cielo nocturno como un manto negro azulado mostrando al mundo su pequeños adornos estelares con los nombres de estrellas, aquellas figura que palpitan su resplandor a millones de kilómetros de distancia. Aquellas nubes que se habían despejado para que estás pudieran ser vistas fácilmente.

La luna, la preciosa luna llena. De un hermoso plateado color casi celestino, que brinda luz al mundo aquella noche. Aquella noches en qué más se necesita de su luz. Dos figuras se pueden ver, volando bajo aquel cielo. Dos hadas que posiblemente tienen que llegar a algún lugar en específico.

Volando tras ellos, un cierto número de nuevas figuras. Figuras que no dejaban de perseguirlos en aquella desolada noche.

Al ya estar lo suficientemente lejos de aquellas siluetas; las dos hadas ya mencionadas antes, detuvieron su vuelo para mirarse el uno al otro con una expresión de miedo y tristeza, ¿Qué pecado habían cometido para llegar a esa situación?

¿Por qué ambos? ¿Por qué precisamente los dos?, Cuando ellos mismos no saben ni tienen conocimiento de aquello. Juzgar a un ser solo por su apariencia y del lugar de donde proviene. Que lamentable.

Sus miradas fijas en el otro, aquella mirada de temor de una muchacha de aproximadamente unos 16 años, mezclada con la de unos ojos azules intensos que demandaba el mismo sentimiento.

¿Cómo pudo pasar esto de un momento a otro cuando ambos eran tan felices?

Al parecer el destino no querían de sus vidas llegarán juntos hasta el final.

Temor, miedo. Esos y más sentimientos mezclados entre sí comparten ambos jóvenes. Uno por miedo a lo que les fuera a pasar, y el otro por miedo de perder lo que hasta ahora se ha convertido en lo más importante que debe proteger, su pareja.

A lo lejos, el enorme y espeso bosque. Aquel bosque que a la luz de la Luna y la silenciosa noche, resulta un poco terrorífico. La tierra de la luz era simplemente hermosa, pacífica y desbordaba alegría pero en esos momentos no era precisamente así.

Volviendo a retomar el vuelo, se podía ver que las siluetas cada vez eran más notoria tras de sí. No tomó tiempo para toparse con aquel bosque. Atrás, las siluetas tomaban forma, seres con armadura llamativa. Cualquiera que los viesen sabrían quiénes son. Nada más ni nada menos que los guardias de La Tierra de la Luz. Aquellos que velan por la seguridad y protección de aquella tierra.

Cada uno portando una espada al borde de la cadera mientras despliegan sus alas por el aire para alcanzar a aquel par.

¿Por qué tanta importancia? Esa era la pregunta con la que han empezado para levantar vuelo y llegar a ambos jóvenes, en su desesperado intento de huir.

El plan de atravesar el bosque para llegar a la frontera que da entre La tierra de la Luz y la Tierra de las Sombras se vio frenada, varios troncos de árboles saliendo del suelo obstruyen su camino. Tal vez hechos por un hada con esa habilidad con control sobre ellas y eso significa una cosa. No tienen oportunidad de escapar, los guardias ya están suficientemente cerca para impedírselo. El temor aumenta.

─Esto esta mal, no hemos hecho nada. ¿Por qué... ─Dijo la joven de cabellera castaña, con el miedo subiendo cada vez de nivel. Está desesperada, pero el suave toque en su brazo proveniente de su pareja la tranquilizó, no mucho pero si lo suficiente para mantener la calma y parar el vuelo empezando a revolotear en el mismo lugar.

─Si seguimos así nos encontrarán a los dos ─. Comentó el azabache a su lado, con una mirada tranquila pero a la vez preocupada fijó sus ojos hacia atrás. Sabe perfectamente como terminaría si los encuentran a los dos, y no quería eso. Tiene que proteger lo que más atesora, en este caso a la hermosa muchacha de cabellos castaños con alas ajenas a la suyas. Debe buscar una solución, sus ojos viajan por todo el lugar hasta posarse en un pequeño hueco que daba la unión de dos árboles caídos, tal vez el hogar de un animal ─ ...escondete ahí, yo hablare con ellos. No te preocupes.

~ Seres Diferentes ~ (GOLDDY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora