"Rasgos extraños"

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Todo transcurría con normalidad, si llamamos normalidad a que la mayoría de los presentes ponían más atención a aquel grupito que al maestro mismo, pasando así las horas hasta el término de la clase.

Con la clase concluida medio salón se dirigió para conseguir al menos una plática con el famoso grupo, lo cuál Freddy agradeció la atención ajena, así podría salir del salón sin tener miradas sobre él. Supone que compartir el mismo espacio con individuos importantes tiene sus ventajas.

─Oye freddy, ¿Te parece bien si vamos a la cafetería y comemos algo?, es que ya me dio hambre.

Escucha decir a su compañero de asiento.

─Esta bien. De igual forma pensaba salir a otro lado.

─Entonces que estamos esperando, vámonos ya.

─Paciencia, Bonnie; la comida no te dejara.

Recibe con gracias la risa nerviosa del pelimorado mientras lo ve ordenar el desastre que había hecho al querer guardar todas sus cosas con rapidez.

Mientras ambos jóvenes tenían su cómoda conversación, cierto rubio de ojos plateados se encuentra distraído en todo el tiempo que llevan de plática. Con los ojos viajando disimuladamente por todo el espacio que lo rodea.

"¿Dónde estás?"

Esa simple palabra se repetía el rubio una y otra vez tratando de concentrarse en la conversación hasta que vio dos siluetas cruzar por la puerta, una de ellas perteneciente al que busca.

Ambos amigos se encuentran camino hacia la cafetería de la grandiosa Escuela de Magia. Una vez allí se asombraron por lo increíblemente espaciosa que és así que guardandose uno que otro comentario al respecto siguieron y se sentaron en una de las tantas mesas que tenía la sala, una mesa que está algo alejada del resto, cada uno llevando su propia comida.

El ambiente estaba de lo mas normal así que el pelimorado se digno a hacer la pregunta que lo tenia un tanto curioso y deseoso de saber.

─Bueno, ya que estamos aquí, ¿Me piensas responder a la pregunta que te había preguntado antes? ─dijo llevándose unas cuantas moras a la boca.

El castaño solo le dirigió la mirada unos segundos para después meter una porción de ensalada de fruta a su boca.

─Bien, si no me lo quieres decir esta bien.

─Si te lo digo, ¿Puedo confiar en que no se lo dirás a alguien?

─Claro, confía en mí, no sé lo diré a nadie.

─Bien... ─suspira con pesadez, algo como esto no debería estar divulgandolo a un desconocido que apenas conoció hace unas cuantas horas. Sin embargo, por muy extraño que parezca, siente que puede confiar en él ─. Mis alas. Pasará algo malo si no las cubro... Se quemaran al sol.

─¿Qué? Eso es imposible ─, responde con simpleza mientras lleva unas cuantas moras a su boca ─, para una hada de la luz es importante que la luz del sol se pose en sus alas ya que estás puedes hacer que la habilidad del hada tenga un gran potencial, ademas de servir para dar energía y mayor habilidad. No conozco ninguna con ese problema ya que incluso las hadas de alas rotas, a pesar de su vergüenza, aún exponen sus alas al sol. Simplemente no tiene sentido, y en todo lo que sé solo hay un tipo de hada que no tolera la luz de sol. Así que, con todo eso dicho, no es posible.

─Si, lo sé. Y sin embargo, estás en presencia de ese hecho imposible.

─¿Por qué lo dices? Acaso tú...

─Si, es exactamente lo que estas pensando.

─No es cierto...

Aquel pelimorado estaba impactado no se esperaba que esa sea la respuesta. Se formo un silencio entre lo dos, hasta que el castaño retomo la palabra.

~ Seres Diferentes ~ (GOLDDY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora