Llegué al estudio y avisé a Mitch, éste bajó a abrirme.
-Hola pequeño. -Me saludó con una voz dulce y me besó. Una pequeña sonrisa apareció en mi cara. Empezamos a subir las escaleras hasta llegar al estudio.
-Después van a venir los chicos - Me comentó mientras cerraba la puerta.
-Vale, pero me gustaría ir a algún lado por la noche, con ellos o sin ellos, me da igual. -Necesitaba salir y olvidarlo todo, otra vez.
-¿Has llorado, no? - Me dijo mientras me acercaba una cerveza con un tono de preocupación.
-Sí. - Murmuré agachando la cabeza.
-Mírame. Todo se va a arreglar -Se acercó a mí y me dio un beso en la frente mientras me rodeaba con los brazos. Me sentó bien ese abrazo. -Cuéntame.
-Cuando me has llamado, acababa de discutir con Niall. -Empecé a explicarle lo sucedido.
-¿Y eso? ¿Que ha pasado?
-Pues, que sabe que no estoy bien. Me ha empezado a atosigar con preguntas y me he puesto muy nervioso. Me he ido corriendo de allí y me sabe mal haberle hecho esto porque se preocupa por mí, pero es que ya sabe demasiadas cosas. Sé que quiere ayudarme pero no puede y no lo entiende. No sé... estoy harto de todo, Mitch. -Volví a mirar al suelo.
Me cogió de las manos.
-Estoy encantado de ayudarte, Harry -Comentó mirando mis manos. -Sabes que voy a estar contigo para pasarlo bien de fiesta, cuidarte y para hablar de lo que necesites. -pausó por unos instantes. -Estoy aquí también por si quieres llorar o evitar... -Dudó. -...Cualquier cosa. -Lo miré a los ojos sin saber bien lo que decía. -Harry quiero preguntarte algo.
La puerta se abrió y los chicos entraron riendo y hablando. Alguno de ellos con porros en sus manos.
-Hey Harry! -Gritó Tyler saludándome con un abrazo. Le sonreí correspondiendo.
-Como va todo? -Alex se acercó de la misma forma. Ryan me hizo un gesto con su cabeza en modo de saludo, con media sonrisa en su rostro.
Estuvimos charlando sobre el álbum que quería hacer en solitario y los días en los que podíamos quedar para hacerlo. Pasamos el tiempo un rato más fumando, riendo y bebiendo cerveza; además pedimos unas pizzas. Durante la tarde estuve entretenido, riendo y hablando. Y aun así no me sentía del todo bien, necesitaba algo más. Mitch estaba más serio de lo normal, pensativo. No pude hablar con él a solas el resto de la tarde pero necesitaba saber qué le pasaba por la cabeza.
Se nos hizo la hora de irnos, los chicos se unieron a la fiesta así que, todos juntos nos fuimos a una de las discotecas de moda que teníamos cerca.Al llegar fuimos todos directos a la barra del fondo de la discoteca.
-Una ronda de chupitos! - Les invité a todos.
Mientras nos servían nos sentamos en los taburetes de la barra. Mitch se sentó a mi lado y me puso la mano encima de mi pierna y yo le cogí la mano. Me gustaba sentirlo cerca.
Una vez los chupitos servidos, contamos hasta tres y nos los bebimos a la vez.
-Uhhhhh! -Alex chilló emocionado. -Que empiece lo bueno! - Reí.
Pedimos algunas bebidas más, esta vez me decanté por un Whisky con Cocacola. Cuando nos sirvieron nos levantamos y nos fuimos a una zona donde habían sillones alrededor de una mesita, era más cómodo y más apartado. Mientras nos lo bebíamos seguíamos hablando entre risas. Empezaba a sentir como me subía el alcohol y empezaba a tener bastante calor. Me desabroché unos botones de la camisa.
Mitch sacó tabaco y marihuana del bolsillo y empezó a liarse un porro. Me quedé mirándole.
-¿Quieres uno? -Se reía. Asentí. Y me dió el que se había liado para él.
Cada vez la discoteca se iba llenando más, Mitch se levantó y me arrastró a la pista, me sentía un poco mareado, pero me sentía más libre. Empezamos a bailar. Nada me importaba en ese momento, tan solo éramos él y yo.
Muchos vasos de varios tipos de licor, varios chupitos con los amigos, bailes con Mitch hasta agotarnos... Ahora no tenía ni idea de dónde estaba ninguno de ellos. No sabía qué hora era, había perdido la noción del tiempo.
Me encontraba en un rincón apartado intentando respirar un poco, mareado. Mitch se había marchado a fuera y ya no había vuelto a saber de él, los demás chicos iban apareciendo de vez en cuando. Suficiente mareado como para dejar mi vaso a un lado, caminé entre cuerpos sudados bajo los efectos del alcohol hasta fuera para poder encontrar a Mitch, pero antes de alcanzar la puerta de salida escuché mi nombre. Giré, pensando que por un momento había bebido demasiado y era invención mía. Era Ryan.
-Harry. -Vino corriendo empujando varias personas por el camino. Puso una mano en mi hombro. Simplemente lo miré. -Tengo algo para ti. -Me sonrió y rodeó mis hombros con su brazo alejándome de la salida, de Mitch. -Abrió ligeramente su chaqueta dejándome ver la bolsita de, suponía que era, cocaína. Alcé una de mis cejas.
-Creo que paso, Ryan. -Balbuceé sin saber pronunciar. Aún estaba algo consciente igual.
-Sé que lo necesitas. -Abrió una puerta. Entramos al baño. Dudé. -Vamos, Harry. Anímate. -Se separó de mí sacando todo lo necesario del bolsillo y me lo dió.
Me lo pensé mejor, y acepté, no pasaba nada por un poco. Después de mí siguió él.
Una vez terminamos me dijo que iba a buscar a los chicos, yo preferí volver a buscar a Mitch.
Salí del baño intentando andar recto, volví a cruzar por todo ese mar de gente sudorosa y llegué fuera. No veía a Mitch, tan solo había gente fumando y algunas parejas apartadas en busca de intimidad. Me dí la vuelta para seguir buscando y tropecé con un chico tirándole toda la bebida al suelo.
-Hijo de puta! - Me gritó sin apuro alguno.
-Perdón - Le dije al instante.
-¿Perdón? ¿tú has visto como me has puesto, maricón de mierda? Si no sabes beber no lo hagas!! -Empezó a gritarme acercándose a mí y amenazándome con el puño.
Sin apenas controlar mis movimientos, puse mis manos enfrente de él para pararle, no estaba para peleas, pero tan solo sirvió para enfadarlo más. Al segundo se tiró encima mío. Intenté defenderme soltando puñetazos sin saber exactamente donde le daba, mi vista estaba demasiado borrosa, yo estaba demasiado mareado, apenas era consciente de lo que estaba pasando. Podía oír y ver unos flashes, paparazzis. Maldecí que estuvieran allí siempre, en los peores momentos. La gente se había apartado hacia los lados observando como nos peleabamos y nadie hacía nada. Hasta que oí una voz familiar.
-Harry!! Harry!! - Louis salió de todo ese montón de gente y se puso en medio intentando parar la pelea.
Louis se puso detrás de mí cogiéndome de ambos brazos separándome del chico. Mi respiración era agitada y a penas conseguía ver nada. Pasé una mano por mi labio limpiándome la sangre que salía de este. Las personas que se habían juntado allí viendo la escena empezaron a desaparecer, solo dos o tres continuaban allí. Mi cuerpo entero temblaba, estaba sudado, me sentía débil. No me sentí como la primera vez sino todo lo contrario.
Mis piernas fallaron pero Louis me sostuvo en sus brazos. Me giré como pude y lo miré agradecido.
-Gracias. -Intenté pronunciar claramente. Su mirada recorrió cada parte de mi rostro haciendo que empezara a acelerarse mucho más rápido, si era posible, mi pulso. Sus ojos chocaron con los míos.
-Estás... -Murmuró, aún cogiendo de mí. -No es posible. Tu no eres capaz, verdad? -Rompí el contacto visual observando el suelo, nervioso, avergonzado. Su mano levantó mi barbilla haciendo que volviera a mirarlo. Mis ojos se empezaron a llenar de lágrimas. -Como has podido llegar a las drogas, Harry? -Sus brazos me atrajeron a su cuerpo. Me abrazó fuertemente.
-Lo siento. -Murmuré en su oído, sin saber qué más decir. Una lágrima se deslizó por mi mejilla.
-Vamos a casa. -Habló unos segundos después, separándose.
Llegamos a casa de Louis, yo seguía muy débil, temblaba mucho, el corazón me iba muy rápido y estaba muy sudado.
-Tienes que darte una ducha fría, Harry -Me dijo mientras me acompañaba al baño.
-Quítate la ropa -Lo intenté pero no podía ni con eso así que me ayudó él a quitarme todo. Podía notar el cuidado que ponía al quitarme la camisa y los pantalones, y en cada movimiento que hacía. Me ayudó a meterme dentro de la bañera mientras encendía el agua. Se arrodilló a mi lado fuera de la bañera, me tocó la frente y me paso agua por la cara con una toalla húmeda. Fué bajando por el pecho y por los brazos hasta llegar a mis muñecas, todavía llenas de pulseras.
-Vamos a quitarte esto también. -Comentó mientras empezaba a hacerlo.
-No... eso no - Murmuré. Levanté como pude el otro brazo cogiendo a Louis de la mano, haciendo que parara. Me miró con una ceja alzada. Cogió de mi mano suavemente y la apartó. Suspiré sin fuerzas. Al sacarlas todas, Louis paró y me miró serio, aunque no parecía demasiado sorprendido. Giró mi brazo exponiéndolo por completo viendo mi muñeca llena de cortes.
-P..pero Harry ¿Qué es esto? -Rompí a llorar de nuevo aunque no tenía ni fuerzas para esto.-Madre mía, Harry. Que has hecho, joder... - Podía notar en su voz el dolor que le estaba causando verme así.
Al salir de la ducha me tapó con una toalla, me ayudó a secarme y me puso su camiseta, seguidamente me acompañó a su cama y me tumbé. Él se tumbó conmigo a mi lado y me abrazó quedándonos así un buen rato.No tenía ni idea de cuánto tiempo había pasado desde que nos tumbamos en la cama, pero yo continué sin cerrar los ojos en ningún instante. El efecto se pasó, dejándome con el moqueo y el dolor de cabeza de la primera vez. Mis músculos temblaban cada vez que me movía y tenía náuseas cada vez que quería ponerme en alguna posición diferente. Pero me sentía bien, sentía como si todo pudiera solucionarse gracias a los brazos que rodeaban mi cintura en este instante. Me abrazaba fuerte, estrechándome en su pecho y con nuestras piernas entrelazadas. Sabía que no podía caer, él me sujetaba ahora. Sonreí débilmente observando su rostro tranquilo iluminado solo por la poca luz del amanecer. Sus ojos se abrieron, sorprendiéndome al ver que no estaba dormido. Sonrió y me acarició la mejilla. Y a pesar de todos los intentos de olvidarlo, supe esta vez que no iba a ser posible.
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In Between [Larry Stylinson]
FanfictionSe dice que el amor es un intenso sentimiento del ser humano que necesita y busca la unión con otro ser. Cuando nos enamoramos siempre esperamos que nos correspondan ya que eso nos completa, nos aviva y nos da felicidad. Harry no piensa lo mismo. Pe...