Capítulo 12

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-¿Se puede saber qué haces? -Escuché la voz de Louis y vi como cerraba la puerta detrás de él.

-¿Qué hago? Solo lo pasaba bien. -Me justifiqué levantando ambas manos sin aguantar la risa.

-Esto no es broma, Harry. -Sonreí más. Me acerqué a él y entrelacé nuestros dedos. -¿Qué...Qué haces? -Me acerqué más a él quedándome a centímetros de sus labios. Los observé aún sonriendo.

-¿Estás celoso, Lou? -Susurré. Sus labios se separaron ligeramente ante mi actitud. No contestó. Mi mano libre la puse en su cuello, acariciándolo y atrayéndolo a mí, besándole. Sin pensarlo introduje mi lengua en su boca y solté su mano colocando ambas en su cintura, haciendo que ambos cuerpos chocaran. Louis acercó sus manos a mi cadera pero lo interrumpí empujándolo a la cama. Le quité la camiseta con prisas y me quité la mía. Me lancé encima de él y le cogí de sus muñecas poniéndolas por encima de su cabeza y agarrándole sin que pudiera moverlas. Empecé a besarle el cuello, hacerle algún chupetón y le daba pequeños mordiscos haciéndole jadear, eso todavía me daba más ganas de hacerlo. Volví a su boca y nos sumergímos en profundos y largos besos que nos dejaban sin respiración, nuestros labios pegados y nuestras lenguas entrelazándose con deseo. Empecé a soltar sus muñecas lentamente y fui bajando mis manos por sus brazos, recorriendo el torso y el abdomen hasta llegar a su pantalón. Me quedé sentado encima de él y me quité los pantalones mientras él hacía lo mismo. Nos quedamos en ropa interior pero no tenía suficiente, quería más y ahora. Le miré dándole a entender que acabara de desnudarse mientras yo también lo hice. Volví a incorporarme encima de él desde el ombligo y fui bajando por la pelvis hasta llegar a su miembro erecto, acerqué mi boca mientras lo cogía con una mano y la abrí introduciéndomelo dentro. Empecé a jugar con él mientras él se movía al mismo ritmo que yo, me cogía del pelo y me estiraba mientras respiraba muy fuerte. Seguí jugando con mi boca, disfrutando de ese momento mientras escuchaba como intentaba no jadear fuerte. Paré y me puse a su lado quedándonos los dos de lado frente a frente. Volvimos a acercar nuestras caras, nos besamos con deseo y empezamos a tocarnos mutuamente cada vez más intensamente, nuestros cuerpos sudorosos enganchados uno al otro, el sudor recorría su piel y la mía y me encantaba, no podía más, necesitaba todo de él. Lo empujé haciéndole quedar boca arriba otra vez y me senté a la altura de su pelvis, levanté un poco mi trasero y encontrándome con su mano le ayudé a ponerse en su sitio. Poco a poco fui bajando notando dolorosa y placenteramente su miembro dentro de mí intentando no gemir demasiado fuerte, aunque era prácticamente algo imposible. Una vez dentro empezamos a movernos de forma lenta repetidas veces aumentando la velocidad a cada minuto. Mientras tanto Louis me masturbaba con fuerza aunque podía notar su flaqueza en las manos debido al placer que le producía. Entre sudor y respiraciones fuertes empecé a acelerar el ritmo de mi cuerpo chocando contra al suyo. Nuestros gemidos empezaron a unirse, cada vez más hasta terminar los dos a la vez dejándole mis restos encima de su cuerpo. Me tumbé a su lado, exhausto y sudando y le acerqué un pañuelo a la vez que le besaba.

Unos minutos más tarde ambos estábamos tumbados en la cama ya tapados para dormir. Louis se quedó dormido en poco tiempo mientras que yo empezaba a ponerme nervioso. Como era habitual, mi cuerpo empezó a temblar y mis manos a sudar. El corazón me iba muy rápido y me goteaba la nariz. Me separé lentamente de los brazos de Louis sin despertarle y me incorporé sin saber qué hacer. Volvía a tener todos esos pensamientos negativos que me amargaban ahora que ya no estaba colocado ni borracho. Mitch no paraba de volver a mi mente una y otra vez, la culpa me comía por dentro y estaba hecho un lío. No obtuve las respuestas que necesitaba de Louis, y lo único que hacía era engañar a quien sabía que me quería. Suspiré. Sabía lo que necesitaba para alejarlo todo, pero me arriesgaba demasiado. Estaban todos aquí. Me tumbé unos minutos más intentando relajarme pero nada servía. Solo me pasaba una cosa por la cabeza y ya no podía controlarme más, así que me levanté, cogí la cuchilla de mi maleta y me dirigí al baño. Me paré a observar a los chicos, todos dormidos. Podía hacerlo sin que nadie se diera cuenta.

In Between [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora