Narra June
Abrí los ojos. El cerebro parecía estar a punto de estallarme del dolor. Por un glorioso momento, pensé que todo había sido una pesadilla. Un mal sueño. Pero en seguida me di cuenta de en dónde estaba, y toda mi felicidad se desvaneció. Pensé en Yui.
-¡OH,DIOS MIO,YUI!
¡¡Ella aún no sabía nada!! O quizás sí...¡y la hayan mordido!
Me levanté de la cama todo lo deprisa que la jaqueca me permitió. No sabía en qué habitación estaba, pero ya lo descubriría. No sabía quién me había cambiado la ropa...y eso sí que no quería descubrirlo :v
Salí y comencé a correr por los pasillos,con mi melena de Hermione toda despeinada como un león,histérica. Me dolía el pecho aún, de la mordida de Shu.
<<Ya me las pagarás,ya...>> pensé vengativa. Después recordé su respiración entre mis senos...y me sonrojé. Aparté como pude el recuerdo de sus ojos azules para ocupar toda mi mente en buscar a Yui. Por un ventanal vi la luna, se ve que era muy de noche. Empecé a abrir puertas a la desesperada, hasta toparme con una de un lindo color rosa pastel. Cerré la puerta después de entrar y vi a Yui tendida en la cama. Me arrodillé ante ella y comencé a sacudirle el hombro.
-Yui...Yui....¡Yui! -al final tuve que gritar.
Ella se sobresaltó, incorporándose de inmediato.
-¿June? -se rascó un ojo.
-Tía,tía...estamos metidas en un marrón enorme...
-Lo sé...
-No,no lo sabes, ellos son...
-Vampiros,lo sé...
Me abrazó.
-¿Cómo que lo sabes?
-Pues...Ayato me intentó morder...y yo huí...y entré en una habitación prohibida...y...vi a una mujer ahí. Entonces comenzó a dolerme el pecho...y descubrí el diario de mi padre -sacó del cajón de la mesilla de noche un librito de cuero marrón-. Soy adoptada.
-JO-DER...¿Qué vamos a hacer? ¿Planeamos una escapada?
-¿Y a dónde iremos? Tu no conoces esta zona de Japón, mejor dicho, tú no conces Japón... y yo tampoco porque mi vida la he pasado en un convento. Estamos....estamos jodidas.
Y se echó a llorar sobre mi hombro. La cosa era seria...y lo sabía porque Yui había dicho un taco. Y cuando Yui dice tacos... la cosa está peliaguda.
-Además -prosiguió-,Reiji-san me advirtió...si intentamos escapar nos encontrarán. Y nos castigarán.
Tragué saliva. No sabía qué clases de castigos eran esos, pero estaba segura de que no me iban a gustar. De repente Yui me miró de arriba a bajo.
-¿P-por qué estás vestida...de esa manera?
Por primera vez desde que despertaba, miré hacia abajo. Llevaba un sujetador blanco de encaje de flores con bragas a juego. ¿Y por encima? Una especie de rebeca o bata corta y transparente. Parecía que pertenecía a una casa de putas sadomasoquistas. Oímos pasos. Nos miramos con terror.
¡Pobre de mí como me viera alguno así! Como si nos hubiesemos leído la mente la una a la otra,Yui se hizo al otro lado de la cama y apartó las mantas de un tirón. Me abalancé como loca a la cama y me tapé con las cobijas, tumbándonos las dos. Tenía la respiración entre cortada e intentaba regularla. Ella me abrazó. No había cambiado. Tenía miedo. Tocaron a la puerta e inmediatamente se abrió,dejando ver una cara seria y llena de modales. Sí,hablo de Reiji El Mayordomo. En seguida apreté la manta contra mi pecho, dejando al descubierto solo los hombros.
-Venía a avisaros de que la cena está lista -volvió a mirarme-. Seguramente no lo sepas,June, pero aquí somos de hábitos nocturnos -asentí-. Así que los horarios son: Nos levantamos de cuatro a seis de la tarde, si hay instituto a las cinco, desayunamos a las cinco y media en todo caso,terminamos el instituto a las doce, aunque si no hay,como es en éste caso, comemos a las diez y media, y cenamos a las cinco y media. Os he venido a buscar porque quería avisaros de que la comida estará en quince minutos -y salió, no sin antes dirgir una mirada a mis hombros desnudos.
Suspiré. Ya me estaba costando acostumbrarme aún a Japón y sus costumbres (yo vengo de Colombia, imaginaros)...
-No creo que Reiji-san quiera que nos retrasemos...y será mejor que te cambies...
-Sí...y tú también...pareces una loli así vestida -rió nerviosa-. Me paso por aquí en cinco minutos, ¿vale? Y así vamos juntas.
-Está bien.
Muerta del miedo, salí al pasillo. Ni si quiera recordaba por donde había venido. Miré desorientada a todos lados. Recordé que mi habitación tenía un bonito color azul. Hice lo mismo de antes: abrir puertas al azar.
-¿Estás perdida?
La voz de Reiji me hizo dar un respingo. Me giré, ruborizándome al estar en paños menores delante de...un chico que,ahora que me fijaba, no era nada feo...Intenté cubrirme un poco, pero lo único que hacía era resaltar lo evidente: estaba desnuda e indefensa delante de un chupasangre. <<Shit>>.
-S-sí...
-La habitación en la que has dormido y en la que han puesto tus maletas es la de mi hermano mayor Shu,la tercera a la derecha.
Seguía sin ubicarme del todo. Reiji suspiró.
-Será mejor que te acompañe, no creo que lo más indicado sea dejarte aquí semidesnuda y desorientada -se ajustó las gafas en el caballete de la nariz y caminó hacia mi derecha. Lo seguí hasta ponerme a su lado. Noté como miraba de refilón la marca de mordedura que su hermano habia dejado en mi pecho.