No eres vago

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Narra Yui

Comencé a preocuparme,¡June estaba tardando mucho! Con miedo, me dirigí hasta el comedor. No estaba allí. Fui al otro salón. Tampoco estaba allí.
-Bitch-chan~ -Oh,no. Él otra vez no.
-Humm...Raito, ¿has visto a June por casualidad?
-Nfu,nfu~ A Oppai-chan? Sí.
Esperé a que dijese algo más, pero se quedó callado mirándome.
-¿Me puedes decir cuándo y dónde?
-Después del desayuno se fue con Reiji a la biblioteca. Me pregunto qué estará haciendo Reiji con ella para tardar tanto~ -se relamió.
En seguida me alarmé.
-Gracias por la información, Raito-kun.
Fui corriendo hacia la biblioteca y toqué la puerta. Al no obtener respuesta, decidí entreabrirla.
-Reiji-san...
-Yui...-se giró con un libro en la mano- ¿Qué se te ofrece?
-Pues...Raito-kun me dijo que June-chan estaba contigo... y venía a ver si era cierto...es que -me excusé- estaba preocupada porque June no vino a mi habitación...
Bufó.
-Apartir de ahora, todos los sábados a las seis de la tarde June tomará clases de etiqueta conmigo como profesor, y ahora mismo está descansando.
-¿Descansando? ¿Entonces está en la habitación de Shu...?
Frunció aún más el ceño al haber nombrado a Shu.
-No. Está en mis aposentos -hizo un ademán con la mano para que me retirara.
-Pero ella...está bien,¿no?
Esto era muy sospechoso. ¿June en el cuarto de Reiji por voluntad propia? Imposible.
-¿Cómo si no iba a estar? Haré de ella toda una dama. No podía estarme más agradecida.
Oí una risa detrás mío y me giré. Era Shu. <<La cosa se va a poner fea...>>. Estaba tumbado en el suelo, con los ojos cerrados.
-¿Por qué no dices la verdad, Reiji? La has golpeado y le has chupado la sangre hasta dejarla inconsciente.
Abrí los ojos desmesuradamente.
-¡Reiji-san! ¿Es eso cierto?
La preocupación se apoderó de mí. ¿Y si la había matado? Reiji rió a carcajada limpia, pero de una forma malévola.
-Y aunque eso fuese cierto, ¿qué hay de malo? Es mi alimento, es mi presa, puedo hacer con ella lo que desee.
Ahora el que reía era Shu.
-Con que "tuya",¿eh? ¿Acaso esa chica te ha elegido ya como su Adán?
No sabía de qué estaban hablando, pero sus tonos de voz delataba que era algo muy importante.
-Haré que me escoja.
Shu, con pereza, se levantó del suelo y desapareció. Al cabo de segundos aparció...con June en brazos. Pegué un grito de asombro y horror: se encontraba inconsciente y con el cuerpo lleno de finas franjas rojas, como...
marcas de látigo. Su ropa interior estaba casi destrozada (al menos la parte de abajo) y las evidencias de mordidas se repartían desde el cuello a los hombros y el pecho, múltiples. Los ojos se me aguaron. Corrí hacia Shu y acaricié el rostro de mi amiga.
-No entiendo el por qué de tu preocupación, humana. Ni si quiera la he torturado como es debido.
Shu bufó.
-Al menos mis mordidas sí la pusieron caliente. Vete a retozar con tus vajillas.
Desapareció. Supuse que iría a su cuarto, así que, sin esperar la reacción de ira de Reiji, corrí hacia allí.

Narra June

Desperté con un par de brazos rodeándome la cintura desnuda y dolorida. Gemí y me retorcí. Me sentía como si una apisonadora me hubiese pasado por encima.
-Urusai...éstate quieta.
Esa voz...era Shu. Estaba en su cuarto. Con él agarrándome la cintura. Desnuda. Totalmente desnuda. Sin sujetador,ni bragas, desnuda. Junto a él. Tan solo nos cubría unas mantas finas. A pesar de estar molida, traté de alejarme. Pero él tenía la mejilla apoyada encima de mi cabeza, y no podía moverme por sus brazos.
-¿Co-cómo...he llegado hasta aquí?
-Explicártelo...sería problemático.
-Por favor, Shu...
-Lo único que tienes que saber es que te he salvado y me debes una. Así que me dejarás beber de tu sangre siempre que quiera.
-T-tú...¿te peleaste con Reiji?
-Yo no lo llamaría pelea, más bien un enfrentamiento. Y ahora calla, quiero dormir.
-Pero...¿por qué estoy desnuda?
-Tu ropa interior estaba para tirar y me daba pereza cambiarte.
Me ruboricé violentamente.
-Está bien...te dejaré beber de mí...-rumié.
-No era una pregunta ni una proposición. Me dejarás te guste o no.
Bufé.
Puso las manos cruzándolas en mi vientre, casi en la pelvis.
-¿Puedo hacerte una pregunta?
-Ya la estás haciendo, ruidosa.
-Ya...emm...¿Por qué Reiji y tú os lleváis tan mal? Es decir...entre vosotros se nota que no hay mucha...-pensé la palabra que le iba a decir-"complicidad". Pero es que tú y Reiji parece que os odiáis.
Lo tuve que zarandear para que me respondiera.
-Porque así es. Es muy molesto. A Reiji ni nuestra madre le quería. Bueno, él es mi único hermano.
-¿Qué?
-Los demás son hermanastros. De distinta madre. Nosotros somos hermanos. Los trillizos son de otra madre, Subaru es de otra madre...
<<Con razón son tan diferentes entre sí>>
-Entiendo...Entonces se lleva mal contigo porque vuestra madre lo ignoraba y a ti...?
-Nuestra relación era normal tirando a molesta.
-Entonces...lo que Reiji siente o sentía era envidia...
-Sí. Ahora déjame dormir.
-Vale, pero...quita tus manos de ahí.
-¿Por qué? ¿A caso te gustaría que estuviesen más abajo? -noté una sonrisa en su voz- Qué mujer más obscena.
-¿Qué? -dije un poco perturbada- ¡No!
Me revolví, lo que hizo que sus manos bajaran más...pegué un gritito.
-Medokusai...sabes que te gusta, no lo niegues. Ecchi onna...
Me quedé callada, roja a más no poder.
-Entonces lo admites,¿eh? Tu silencio vale más que mil palabras...
Sinceramente no sabía que responder. Me quedé ahí como pendeja mientras me manoseaba. ¿Dónde está la dignidad? Se fue a la puta :v
<<Éste hombre parece anular todos mis sentidos>>.
Alguien tocó la puerta. Era Yui.
-¡Yui! -me levanté de golpe y la abracé.
-¡Shu-san! ¿¡Cómo es que está desnuda?!
Shu no le hizo ni caso. Suspiró.
-Bueno, ven a mi cuarto, puedes cambiarte ahí.
-Sí...
Cogí un vestido de forma rápida y unos zapatos. Ya estábamos camino de la puerta, pero me detuve.
-Espérame en la habitación, Yui -me miró extrañada-,por favor.
-Está bien...-salió.
Giré sobre mis talones y me dirigí a Shu. Arrodillándome a su lado, le di un beso en la mejilla.
-Gracias por luchar por mí -susurré, algo sonrojada.
-Urusai...-abrió los ojos y me miró.
-R-realmente no creo que seas un vago...tan solo no te importa nada lo suficiente como para despertarte -le di otro beso en la mejilla-. Ya encontrarás a alguien con quién poder renacer.
<<Ojalá sea yo esa persona>>.

&quot;Diabolik Lovers: Las dos Evas&quot;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora