Narra June
Suspiré. Sola en mi nueva habitación. Yui se había ido hace unos diez minutos para la suya, alegando que necesitaba descansar. No me gustaba dejarla sola, pero necesitaba su espacio. Me tumbé en la cama, descalza,con cierta desazón. Recordé algo. Fui en seguida a ordenar mis libros. Al abrir uno, de dentro de las páginas del mismo, cayó algo. Un porro. Sonreí. Típico de mí. Rebusqué en los pantalones hasta dar con un encendedor. Salí al balcón, topándome con un atardacer hermoso. Tras encenderlo, proseguí a darle pequeños calos. No quería colocarme, pero relajarme no me vendría tan mal. Seguí así hasta notar como cada uno de mis miembros se destensaba. Entré en el cuarto con una sonrisa estúpida en el rostro. De vez en cuando no estaba mal. Oí una risilla.
-Con que Oppai-chan fumando, ¿eh? Moo~ Reiji no se va a poner contento al enterarse...
¡Mierda, mierda,MIERDA! ¿ES QUE NO PODÍA ESTAR NI UN MOMENTO A SOLAS?
-Maldito...¡Raito! -giré la cabeza en todas direcciones.
-Nfu,nfu~ aquí Oppai-chan...
Apareció en mi cama, tumbado de lado mientras me miraba. Menos mal que no iba tan desconectada.
-¡¡Ni se te ocurra decirle nada a Reiji!!
-Fu fu~ ¿o si no qué? Mi silencio tiene un precio, Oppai-chan~
¡Como odio esto! Me acerqué a la cama lentamente.
-¿Y cuál es ese precio? -dije seriamente.
-Creo que tú ya sabes cuál será~
Me acerqué a él, un poco rallada, y, cuando junté mis labios...
-¿De qué se supone que no me tengo que enterar?
BOOM! REIJI SALVAJE APARECIÓ!¿De dónde cojones había salido? Y, lo más importante, ¿por qué carajos estaba espiándome?
-Que te lo diga Oppai-chan...- y el muy hijo de la chingada se esfumó.
Nos quedamos Reiji y yo solos. Demasiado tarde intenté guardar el porro tras mi espalda.
-¿Qué es lo que escondes tras la espalda?
-¿Yo? Nada -bufé.
En un parpadeó ya lo tenía a escasos centímetros de mí. Agarró la mano con la que estaba escondiendo mi pase a la relajación y la puso delante suya a la fuerza.
-¿Canabis?
-¡Reiji, espiar conversaciones ajenas no es de un caballero!
-Te gustan las drogas...ven.
-¿Qué? -¿no me iba a castigar?Narra Reiji
Salí de la habitación con la humana pisándome los talones. Si le gustaban las drogas, entonces podría ser un perfecto conejillo de indias. Fuimos hasta mi laboratorio. Se detuvo.
-¿A dónde me llevas?
-¿Ahora lo preguntas? Entra, por favor -abrí la puerta.
Con inseguridad, entró. Cerré y eché llave. Le dio un ligero tic en la pierna. Fui hasta mi mesa y saqué una botella oscura.
-¿Vino? -preguntó ella, confusa- Qué poco ético, Reiji, intentar emborrachar a una menor...
-Te agradecería que te callases.
-Te agradecería que no intentases acallarme -contraatacó.
Me di la vuelta y del bolsillo saqué un botecito. Sin que ella lo notase, eché un poco del contenido en el vino.
-Es una botella de las caras, así que espero que puedas degustarla como es debido.
Agarré unas copas y dejé que la bebida fluyera hasta medio llenarlas. Fui a la pequeña mesa redonda y me senté. Ella también se sentó.
-Toma -la tendí y ella aceptó.
-¿Qué le has echado? -preguntó- Te he visto.
Había sido muy rápido, por eso me extrañaba que se hubiera percatado.
-No es algo que pueda matarte. Hasta te gustará.
Se encogió de hombros y, cuando estuvo apunto de beber...
La puerta se abrió de golpe.Narra June
Ayato apareció junto con Yui, que estaba muy sonrojada.
-Oe Tetona, ¿qué haces con el cuatro ojos? ¿Vino? -miró a Reiji- ¿Estás intentado emborracharla para que se acueste contigo? Eso es tan tú...
Reiji frunció el ceño.
-¿Qué quieres, Ayato?
-Quería hablar con la Tetona.
-¿De qué? -intervine yo.
Estuve apunto de hacer una arcada al volver a recordar sus dedos en mi culo.
-Yui me ha dicho que sois pareja. ¿Es eso cierto?
Miré a Yui. Sus ojos suplicaban ayuda.
-Claro que lo somos, ¿apenas ahora te das cuenta, pelirrojo de bote?
-¡Ore-sama es pelirrojo natural! -gritó- ¡Y Ore-sama quiere una prueba de que sois novias!
Tranquilamente, como si hiciese eso todos los días, me levanté y fui hasta mi amiga. La tomé de la cintura y la besé apasionadamente. Cuando paré, ambos hombres se quedaron sin palabras.
-¿Sois...? -Reiji estaba incluso más pálido que de costumbre.
-Bisexuales, sí -respondí-. ¿A que sí, amor?
Yui asintió, roja. Ayato seguía con la boca abierta. Cogí de la mano a Yui y nos fuimos hasta el jardín.
-¡GRACIAS, GRACIAS! -me abrazó.
-Sería muy mala amiga si no te hubiera seguida la corriente.
-June-chan, me has salvado...
-No te preocupes, tú también me has salvado de ser drogada por Reiji.
-¡FRUNJIR, COMO TE GUSTE MÁS! ¡FRUNJIR, POR DELANTE Y POR DETRÁS! ¡FRUNJIR, COMO HACÍAN TUS PAPÁS, AUNQUENOTEGUSTEPENSARLOOO! VAMOS YUI, HAZME LOS COROS!
-FRUNJIR, COMO TE GUSTE MÁS, FRUNJIR, COMO HACÍAN TUS PAPÁS...
-¿QUÉ ES TODO ESTE ESCÁNDALO? -gritó Kanato apareciéndose en la habitación.
Pero no paré el concierto.
-¡VAMOS KANATO, FRUNJE CONMIGO! FRUNJIIIIIIR COMO TE GUSTE MÁS, FRUUUUUNJIR, COMO HACÍAN TUS PAPÁS! PERO FRUNJEEE CON PRECAUCIÓN...
-¡BASTA! -chilló- ¡TEDDY Y YO INTENTAMOS DORMIR!
-Pues vete al cuarto de una de las sanguijuelas de tus hermanos -repliqué yo-. SI TE SIENTES DEFRAUDADO, COMO UN INDIGNADO QUEDEREPENTELEHANHOSTIADO...TENGO LA SOLUCIÓN A TUS PROBLEMAS...FRUUUUNJIIIIR...!
-¡PARA! -trató de coger mi guitarra, pero lo esquivé.
Seguí cantando. Yui miraba, tímida.
-Tsk, ¿¡¡Podéis callaros?!? ¡¡Estoy intentando dormir!! -apareció Subaru.
-¡SUBARU, FRUNJE CONMIGO! PEEERO FRUNJE CON PRECAUCIÓN...
Me tropecé con las piernas de Shu, que claramente antes no estaban ahí.
-Mendokusai, ¿qué son esos gritos? Parece que te están matando...
-SHU, ¡A TI TAMBIÉN TE QUIERO FRUNJIR! -7W7
-¿Qué es frunjir? -preguntó Subaru.
-Es un verbo.
-¿Pero qué significa?
-Es querer -mentí.
Yui rió.
-Pues entonces no quiero frunjirte -espetó.
La rubia soltó una carcajada.
-Pues tú te lo pierdes -me hice la ofendida.
Guardé la guitarra.
-Bueno, pendejos, el circo se ha acabado, así que id desalojando. Yui, amor, duerme conmigo hoy.
Esa era la señal.
-Claro, cariño.
Se acercó y me dio un beso en los labios, corto,pero conciso en lo que quería decir: "Estamos fuera de vuestro alcance".
-T-Teddy pregunta por qué os acábais de besar...y yo también.
Subaru estaba rojo como un tomate, y Shu nos miraba con interés.
-¿No es obvio? Somos pareja.
-P-pero...-comenzó Subaru- dijiste que era tu amiga...-le dijo a Yui.
-Fue porque no estaba segura de si seríamos aceptadas aquí. Pero como a June-chan le da igual eso, ahora expresamos libremente nuestro amor.
"Atónitos" es la palabra que mejor los describía en esos momentos.
-Qué mujeres más pervertidas, a saber lo que háceis este día, cuando nos vayamos...
-Pues seguramente frunjiremos -sonreí.
-¿Frunjir no era "querer"?
-Tiene doble sentido -espeté.
-Ah, entonces, si creo que es lo que creo que significa...-pensó el albino- Yo también quiero frunjirte.
-Prefiero frunjirme a Yui. Lo siento, chicos. Salid de aquí -ordené con falsa pena.
Ambas sabíamos que esta noche íbamos a estar muy vigiladas. E íbamos a dar el espectáculo que todos querían ver, por supuesto.