¡Cámara, acción!

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Narra June

Las semanas pasaban, y no podía decir que la estancia se me hacía cómoda. Trataba de evadir a todos los Sakamaki, y, la verdad, tenía más suerte que la pobre Yui. Los únicos que bebían de mi sangre de forma regular eran Shu y Reiji. Shu no me hacía apenas daño, pero su hermano... era otra cosa. Cada "clase" se dedicaba a, literalmente, chuparme la sangre de las formas más bizarras posibles. En la clase pasada, no pasaron ni diez minutos hasta que me mordió en la oreja. SÍ, EN LA OREJA. Gracias a él, tenía otras dos perforaciones en cada oído. Las únicas horas en las que podía descansar era cuando estaba con el enfermero de la escuela, Reinhart. Resultó que tenía una anemia potencialmente mortal, así que me recetó hierro y descanso. Lo que se traducía en horas libres para ir a la enfermería y dormir. Disfrutaba mucho de ese tiempo, y Reinhart era muy amable. Hoy estaba especialmente alegre. En clase de sociales, nos mandaron grabar durante dos semanas toda nuestra rutina y hacer algo de ficcion, como una mini película. Así que cogí mi cámara y nada más llegar a la limusina, después de dormir en la enfermería, la encendí y comencé a grabar.
-¡MUY BUENAS CARAVERGAS, EMPEZAMOS CON ESTE DOCUMENTAL BIEN CUMBIÓN DE MI VIDA CON VAMPIROS! -todos me miraron raro.
Comencé por enfocar a Shu.
-Este oso dormilón es Shu, el mayor, y nos llevamos bien -abrió los ojos. Sonreí como una loca- ¡Di algo, Shu! -cerró los ojos.
-Mendokusai...-fruncí el ceño y pasé a otro vampiro.
-¡Él es Reiji, el más listo! ¡Di algo inteligente, Reiji!
Acomodó sus gafas y me miró.
-Eres realmente estúpida.
Bajé la cámara, enfurecida.
-¡CORTEN! -chillé- ¡REIJI, IDIOTA, ES PARA MI CLASE DE SOCIALES! ¡ASI QUE COMPÓRTATE Y DI ALGO DECENTE A LA PUTA CÁMARA! -volví a enfocarlo- ¿Listos? ¡Cámara, acción! -fingí un tono amable- Reiji, ¿qué tienes que hacer en llegar a casa?
-La cena -sonó más bajo de lo normal.
Giro de cámara, enfocandome.
-¡Sí! -asentí- ¡Y cocina muy bien! ¡Para chuparse los dedos!
-Chúpamelos a mí, Bitch-chan -dijo Raito, tan oportuno como siempre.
-Raito, cómportate -le regañó Reiji.
-Moo...
Hice las presentaciones con todos. Lo único destacable fue que Subaru casi me rompe la cámara (sus ataques de ira no son normales...). Llegamos, y yo estaba dispuesta a dar un tour por toda la mansión.
-¡Empecemos por mi lugar preferido! ¡La biblioteca! -no habían pasado ni un día y ya comenzaba a odiar el tono alegre.- Como dato curioso: ¿Sabéis quién inventó los libros de bolsillo? ¡Charles Dickens! Yeeeei - <<aquí tendré que poner una ovación>> apunté mentalmente.
En la biblioteca estaba Reiji.
-¡Hola! -lo saludé, para su gran sorpresa, con dos besos a lo español. - He venido a enseñar la biblioteca. Dime, ¿cuántos ejemplares hay en esta biblioteca?
- Diez mil libros -contestó.
-¡Vaya! Esos son muchos libros. ¿Sabes cuánta antiguedad tiene esta casa?
-Sí. Data del siglo XVII.
-Muy bien. Como podéis ver -grabé toda la estancia-, es enorme. Aquí los lectores se lo pasan de maravilla.
Reiji se rió por lo bajo. Lo miré mal. Desde luego, era realmente insoportable.

Ya había filmado todas las estancias, a excepción de las habitaciones de los vampiros (¡ni loca me metía ahí!). Estaba sedienta, así que puse la cámara a cargar y fui a por una botella de agua. Era agotador tener que actuar amable con esas sanguijuelas.
-¡June-san! -Oh dios no, el loco del oso no- ¡June-san! -me giré- ¿Te apetece jugar con Teddy y conmigo?
De repente se me ocurrió una idea.
-¿Y quién es Migo? -tuve que contener la risa- Lo siento, Kanato, pero no me gustan las personas con nombres tan extraños. No me generan confianza.
Agarré la botella y salí corriendo, justo para oírlo berrear:
-IDIOTA, ¿TE CREES MUY GRACIOSA?
Entonces, no pude aguantar la risa y comencé a carcajearme mientras corría.
-Ay -suspiré enjugándome una lágrima-, si es que vivo por estos momentos...
-¡Oe, June!
-¿Subaru?
Desde áquel día en el que vi en la torre a aquella mujer, me trataba muy distinto. Como con más... ¿delicadeza?
- Era por... -Oh, se estaba sonrojando- por que... Tienes que enseñarme español.
-¿Para qué?
- Tsk, ¿para qué va ser? ¡Para no suspender la asignatura!
-Humm... -pensé.
-Te pagaré.
-¿Cuándo empezamos?

¿Yo de profesora? A ver qué tal me iba...

-Ya mismo.
Me cogió de la mano y me llevó a su habitación. Era oscura y tenebrosa. Hacía juego con el dueño. Se sentó en la mesa de madera, sacó libro, libreta y boli y esperó a que me sentara. Comencé con lo básico: Saludos y frases simples. Después los verbos y sus conjugaciones (Presente simple y compuesto), que era lo que estaban dando. Le costaba mucho pronunciar bien las palabras, y, cuando no lo conseguía, hacía ademán de querer partir la mesa.
-¡Subaru-kun! No hace falta que te enfades así. Solo tienes que practicar. Dime, ¿para qué sirve el presente simple?
-Para decir cosas que están pasando en el momento... -refunfuñó- Tsk... este idioma es estúpido.
-Solo es complicado. Lo dejamos aquí, ¿vale? Pero tienes que seguir practicando. Mañana más.
-Espera -me agarró-. Quiero beber.
-Suba...
-No te dolerá.
-Está bien.
Primera vez que consiento la mordedura de estos salvajes.
Acercó su silla a la mía. Nuestras rodillas se tocaban y yo temblaba ligeramente. Cerré los ojos. Sonó mi piel siendo atravesada, y su garganta pidiendo más.
Sentía que no podía con eso. Con tener que ser la comida. La presa.

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⏰ Última actualización: Feb 05, 2019 ⏰

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&quot;Diabolik Lovers: Las dos Evas&quot;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora