IV

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Las pesadillas terminaron. Pero lo extraño no, un día me desperté de la nada y escuche un ruido extraño en la cocina, pensé que era un intruso pues esta vez se oía pasos, así que lleve mi arma y salí de mi habitación, al estar en la cocina no encontré nada pero de repente un viento fuerte se soltó, lo que me extrañó es que ninguna ventana estaba abierta.

Me asuste, pensé por un momento que el ladrón se había metido y la ráfaga de viento recién llego, pensamiento estúpido pues eso era imposible, pero todas esas dudas se fueron al sentir una opresión en mi pecho. En un dos por tres, ese ente estaba encima mio, de nuevo como en las pesadillas, no podía gritar, el solo estaba ahí, observándome, con esos ojos rojos, pero me fije en un detalle ¿tenia alas?

Era extraño, pero no importo en ese momento, pues el espectro se acercó más y más, solo esa mirada perpetua mirando, solo esos ojos rojos, rojos como la sangre, mirándome, solo susurro algo.
.- La Bestia esta en camino.

Luego desapareció. Me desmaye. Mi esposa me despertó, solo diciéndome de que porque me encontró aquí, decidí responderle pero sabia que no me creería, le dije todo lo que paso, pero de igual forma ella solo respondió que tal vez fue una pesadilla, ya que ella vio que me levante dormido y fui de sonámbulo, pero fingí que tenia razón. Al levantarme pude notar algo, todos los relojes de mi casa estaban detenidos a las 3 y treinta, a la misma hora donde ese ente se encimo sobre mi.

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