VI

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Lo vi, vi como estaba muy cerca de mi cara, mirándome, esos ojos, esos malditos ojos rojos como la sangre, esa gran mirada fría. No lo entendía, ya hice todo lo que pude para poder alejarme de eso y ¿volvió?El solo siguió mirándome y yo sin poder moverme.
Hice lo que no he hecho las ultimas veces que el ha estado mirándome.- ¿por qué estas aquí? ¿por qué a mi? -.El dejo de estar cerca de mi y se alejo, como si al preguntarle el también se preguntase por lo mismo.

Como llego se había ido. Era extraño, pues al despertar no desperté en la mañana, sino en la misma hora que el llego. Me sentí aliviado, por fin podía descansar.

La semana transcurrió normalmente, días de trabajo común y pude ir a un paseo con mi familia. Para evitar que el ente volviera, fui a misa de nuevo. Al terminar la misa fui a hablar con el padre para decirle lo que paso ese día. 

El se extraño, ya que dijo que, normalmente un demonio no hubiera estado tan tranquilo, el hubiera atacado a mi familia, y arruinado mi vida, ya que los demonios son agresivos, no pasivos. Eso me hizo pensar "¿entonces por que siempre me observaba?" Esa pregunta también se la hice al padre y lo que me contesto fue.

-Hijo, si el te ha estado observando, pueda que sea tu Ángel de la guarda. Ademas siempre que vienes, nunca he sentido una presencia maligna cerca tuyo- . Respondí que era negro como la noche misma, un ente con ojos rojos como la sangre y una mirada fría como el hielo. El dijo que si no me había atacado física o mentalmente grave, nadie sabe que pueda ser. Posiblemente sea un fantasma de alguna persona mala o algo así. Con la respuesta del padre me quede atónito, así que de favor le pedí que vaya a santificar mi casa por si era un ente maligno que solo quería enloquecerme.

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