Capítulo 16

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El móvil de Joel comenzó a sonar haciendo que volviesen de una estocada a la realidad. Sus cuerpos se separaron rápidamente y sus miradas se desconectaron de manera inmediata. El mexicano no atinaba a sacar el teléfono de su bolsillo, los nervios y el alcohol ingerido no le permitían actuar con claridad y los temblores en su cuerpo le dificultaban la tarea.

El nombre de su hermano iluminaba la pantalla así que no dudó en contestar.

- Israel? Que pasa? - Un suspiro se escuchó del otro lado de la línea.

- Enserio Joel? Llevo buscandote y llamándote toda la noche, donde estas? - El menor parecía aliviado de hablar con su hermano.

- Estoy... Estoy fuera, cerca de la entrada, ha pasado algo? quieres que me acerque a la puerta?

- Si por favor, estoy allí en un minuto, no tardes! - La llamada se cortó sin dar tiempo a una respuesta.

Joel alzó la mirada esperando encontrarse con el azabache, sin embargo, de un momento a otro, se había quedado solo. Prefirió no pensar mas en lo que acaba de pasar y se encaminó a encontrarse con el más joven.

Su hermano estaba apoyado en la puerta con el móvil en la mano.

- Joel que te ha pasado? - Israel le miraba con gesto preocupado - Por que tienes esas pintas? Estas borracho?

- Estoy bien, podemos irnos ya a casa? Dónde está Yanelis? - su hermano continuaba mirándolo de arriba-abajo.

- Le he acompañado a un taxi y se ha ido a casa porque no encontraba a Erick - Solo escuchar ese nombre lo puso extremadamente nervioso - Donde has estado Joel? Estaba preocupado.

Los dos caminaban rumbo a casa, Israel haciendo preguntas incesantemente y Joel no respondiendo a ninguna sumido en lo más profundo de sus pensamientos.

Las punzadas en la cabeza del mexicano le hacían recordar lo que había pasado la noche anterior. Sus ideas y recuerdos estaban confusos pero algo si tenía claro, Erick le besó, y posteriormente él hizo lo mismo.

No era capaz de explicar cómo habían llegado a esa situación. Él odiaba a Erick, sí, lo odiaba, eso era seguro. Odiaba a ese estúpido ser que le había hecho la vida imposible desde que llegó haciéndole recordar cada una de sus inseguridades de las cuales había intentado desacerse desde hacía mucho tiempo.

Sin embargo, solo recordar sus labios devorando los suyos con esa mirada verdosa atravesando sus sentidos le hacía dudar de todo, incluso de él mismo. Lo aborrece, lo saca de quicio y le insultaria hasta quedarse sin aliento pero si se pregunta si lo volvería a besar, todas sus teorías caen al suelo. Si, lo volvería a besar. Si, le gustaría sentir ese millón de sensaciones de nuevo en lo más profundo de sus entrañas. Y si, se arrepentiría por ello, porque odia a Erick. Definitivamente lo odia. Y lo odia más por hacerle dudar de todo.

Unos pequeños golpes en la puerta lo sacan de su trance. Pocos segundos después la cabecita de su hermano Gabriel asoma a través de ésta.

- Hola, puedo pasar? - Una pequeña sonrisa aparece en el rostro del menor al ver que Joel palmea su cama en señal de invitación.

- Que pasa enano? Te aburrias sin mi? - El mayor comienza ha hacer cosquillas en el pelo del pequeño mientras él se acurruca a su lado.

- Mucho, nadie me hace caso si tú no estás Joey, nadie quiere jugar conmigo - hace un puchero haciendo que Joel lo abrace con ternura.

El móvil del rizado comienza a vibrar anunciando la llegada de varios mensajes. Cuando lo alcanza, el nombre en la pantalla le hace empezar a sudar y sus nervios empiezan a aflorar.

- Estás bien Joel? Estas pálido, tienes ganas de vomitar? - El mayor reacciona y niega con la cabeza lentamente.

- Gabo por qué no vas a cambiarte de ropa y luego jugamos un rato a fútbol? - La sonrisa del pequeño se hace visible en cuestión de segundos - Corre vete a tu habitación y yo te aviso cuando esté cambiado, vale?

- Si, siiiiii, gracias Joey, avisaré a Israel para que juegue también - El pequeño sale corriendo de la habitación de su hermano y este le sigue hasta la entrada para cerrar la puerta de golpe.

Corre hasta su teléfono y lo desbloquea con cuidado como si fuese a explotar de un momento a otro.

* Mensaje de Erick:
Espero no le estés dando demasiadas vueltas a lo que pasó ayer. Christopher y yo apostamos que eras gay, ya me dejaste claro que sí lo eres. Vaya que si lo eres...

* Mensaje de Erick:
Por cierto, no me odies por esto, estoy seguro que disfrutaste el beso, quédate con eso.

La cara de Joel había pasado de estar pálida a estar roja a punto de explotar. Su ira aumentaba sin control y se sentía como un completo imbécil. Definitivamente era el mayor idiota de esta tierra, había permitido que Erick se riese de él a sus anchas y le había servido su dignidad en bandeja.

Cogió el móvil en un arrebato y escribió sin pestañear.

* Mensaje para Erick:
Gracias Erick por hacerme sentir igual que una mierda. Me alegro que tengas el resultado de tu apuesta, sin duda, te merecías ganarla. Ahora solo te voy a pedir que borres mi número y no vuelvas a escribirme en tu puta vida, que si me ves en la universidad, no vuelvas a dirigir tu mirada hacia mi, y desde luego no se te ocurra hablarme en lo que te queda de existencia. Un saludo de parte del puto chico gay.

Inmediatamente bloqueó el contacto y tiró el móvil contra el suelo. Estaba frustrado y dolido, no esperaba nada de Erick, pero tampoco quería pensar que de nuevo había sido el conejillo de indias.

Su cuerpo temblaba y sus ojos rojos delataban su dolor. No quería llorar, no quería volver a sentirse débil, todo lo que había luchado para poder sentirse seguro consigo mismo se desvanecía en cuestión de segundos.

Gabo abrió la puerta de golpe haciendo que Joel se incorporará y limpiarse su cara con la manda de su pijama.

- Todavía no te has vestido? Te estoy esperando hace rato Joel... - El pequeño enfurruñado caminó hasta el mayor al notar su semblante - Estas bien?

- Si pequeño, muy bien - Frotó su cara para limpiar todo rastro de debilidad - Israel no quiere jugar?

- No, el tonto de él dice que ayer le pasó un camión por encima, y yo creo que miente Joey, no tiene ruedas marcadas por ningún sitio - Joel esbozó una tierna y sincera sonrisa a su hermano. Definitivamente debía ser fuerte por el, no quería que Gabriel fuese débil como él, no permitiría que ni un millón de Ericks acabarán con su sonrisa e inocencia.

- Está bien enano, solo somos tu y yo, estás preparado para recibir una paliza? - cogió a su hermano del suelo y lo colocó en sus hombros mientras él pequeño reía a carcajadas.

- Yo soy un ganador Joey, yo nunca pierdo!

Joel esperaba que así fuese, él haría de su hermano alguien fuerte y luchador, capaz de superar todo en la vida. Ya era suficiente con un débil e idiota manipulable en la familia.

Miedo a enamorarme - Joerick  {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora