Capítulo 15

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- Joel cambia esa cara, vamos a divertirnos! Tu mismo me dices siempre que te gustaría ser como los demás... Bien, pues aprovecha y pásalo bien! - Israel intentaba animar a su hermano el cual se encontraba apoyado en la barra bebiendo su Cocacola - Vas a dejar que ese imbécil te amargue la noche?

- Estoy bien así, me has pedido que viniese a esta discoteca con vosotros y aquí estoy, que más quieres? Que coja a un grupo de personas y bailemos la conga? - Israel sonrió de lado.

- Enserio Joel no tienes remedio... Yo voy a ir a bailar un rato a la pista, nos ves desde aquí, así que si te quieres unir vienes vale? - el mexicano asintió mientras su hermano chocaba su hombro en un gesto cariñoso.

La multitud se divertía y bailaba como si no hubiese mañana. Joel observaba a su hermano con Yanelis que conversaban amistosamente mientras compartian una bebida. Para Joel era evidente que estos dos se gustaban y era cuestión de tiempo que ellos mismos se diesen cuenta.

- Hola, que haces aquí tan aburrido? - Una pequeña rubia se sentó al lado de este sacándole de su trance. - Te molesta que me siente aquí? Estos zapatos me están matando....

- No, está bien - el moreno miraba a su acompañante mientras ésta se descalzaba. Tenía unos ojos grandes y azules con unas largas pestañas y una tez blanca acompañada de unos notables coloretes que adornaban su cara. - Por qué me miras así? Es muy sencillo para vosotros salir de fiesta en zapatillas... - Joel se carcajeó levemente. La chica le parecía entretenida y desde luego le gustaba su descaro - sueles venir por aquí? No me suena tu cara.

- No, la verdad es que no, es la primera vez que vengo y me temo que la última - Joel miró su vaso ya vacío. Se dirigió al camarero y vaciló unos segundos sin saber que pedir - un Ron con Cocacola por favor.

- Otro para mí, y un par de chupitos de anís - La voz del cubano hizo estremecer a Joel.

- Que quieres Erick? Porque no te largas por donde has venido? - La chica miraba la escena algo confusa mientras el ojiverde continuaba mirando al camarero que preparaba sus bebidas.

- Disculpa bonita, te importaría dejarme el asiento? Solo me había ausentado para ir al baño - Dirigió la mejor de sus sonrisas a la rubia la cual miraba a Joel esperando una señal para irse. Sin embargo, el dirigió su mirada al suelo algo avergonzado.

- Está bien, lo siento. Pensaba que estaba libre. - Se colocó los zapatos lo más rápido que pudo y se levantó del asiento, el cual Erick ocupó de inmediato. - Espero verte por aquí otro día, ha sido un placer conocerte - Sujeto el brazo de Joel amistosamente con una mirada cálida y dulce.

- Wao mexicano te acabo de salvar de una buena, esa chica estaba a punto de tirarse encima tuyo.. menos mal que me he dado cuenta y he venido a salvarte - El rizado le miraba perplejo - Parece mentira que no se den cuenta que eres gaaay.

La mandíbula de Joel estaba en el piso. - De donde mierda te has sacado eso imbécil? Quien cojones te crees que eres para venir aquí a molestarme? Tanto te importa con quién me relaciono? - Tiraba de sus rizos intentado sacar su frustración - Joder eres el mayor hijo de puta que he conocido! Vete a la mierda y déjame en paz! - Cogió su bebida de la barra y se dirigió lo más lejos posible porque sino su proximo moviendo sería partir la cara de ese imbecil.

Después de un rato y con varias bebidas mezcladas en su cuerpo se dirigió al baño para poder refrescar su cara con un poco de agua. Su hermano y Yanelis habían desaparecido de su campo de visión desde hacía rato pero eso no le había preocupado hasta este momento en el cual necesitaba que alguien le ayudase a llegar a su casa.

Se adentro en uno de los cubículos quedándose sentado durante varios minutos en la taza del váter. El sonido insistente de la puerta hizo que se levantará como pudo abriéndola de golpe. Iba a salir del baño cuando una mano lo sujeto del brazo.

- A donde vas Joel? No puedes ni andar recto! - La mirada verdosa penetraba su cabeza haciéndole sentir todavía más debilitado. Quería chillarle, insultarle y pegarle por lo que había pasado hace unas horas pero no tenía fuerzas para ello. - Te llevo buscando toda la puta noche, se puede saber dónde estabas?

- Por que no te vas a la mierda Erick? - ni siquiera supo cómo había conseguido que esas palabras saliesen de su boca o si estás habían sonado inteligibles.

- Ven, vamos fuera a tomar el aire, te sentirás mejor. - El cubano hizo caso omiso de lo que el mexicano le había dicho lo cual aún le hacía ponerse más furioso. Por qué siempre hacia y decía lo que le daba la gana? A pesar de sus pensamientos, Joel se dejó arrastrar hasta unos escalones a las afueras de la discoteca. El aire frío golpeaba su cara provocándole algo de serenidad.

El cubano se sentó a su lado sin pronunciar palabra. Se encendió un cigarro y ofreció otro al rizado quien lo aceptó sin decir nada.

- Lo siento - casi como un murmullo se pudo escuchar de la boca del cubano. Joel posó su mirada en él sin decir nada. Pocos segundos después, Erick chocó con su miraba - Por lo que dije antes, lo siento. Tienes razón, no es de mi incumbencia con quién te acuestes o no.

El moreno suspiro fuerte sin decir nada. Eran muchas las cosas que había querido gritarle a Erick esa noche sin embargo, no lograba pronunciar ninguna ahora.

Joel se puso de pie como pudo y se apoyó en la pared - Mañana me recriminaras por arruinar tu noche? Porque si es así no es necesario que me hagas compañía, puedo ir a casa solo, ya me encuentro mucho mejor.

Erick imitó el gesto del rizado y se levantó quedando enfrente del moreno - Te he pedido perdón, voy a intentar comportarme mejor contigo, puedes aceptar mis disculpas y ya? - Joel asintió levemente después de unos segundos mirándose fijamente.

Erick acomodó uno de sus rizos detras de su oreja haciendo estremecer al mexicano. Con su pulgar acarició su mejilla suavemente mientras no dejaba de mirar sus ojos los cuales mostraban confusión y algo de inquietud - Estás bien Joel? Te estoy incomodando?

El rizado no respondió. Su cabeza y sentido común le gritaban que se alejara, que Erick estaba jugando con él y se estaba aprovechando de su estado, pero sus sensaciones no le permitían mover un músculo. Quería correr lo más lejos posible de allí sin embargo su cuerpo le pedía una mayor cercanía con el cubano.

Viendo que Joel no se alejaba, el menor deslizó sus dedos hasta los labios carnosos del mexicano provocando que entreabriese su boca sutilmente. El nerviosismo de ambos se palpaba en el ambiente, sin embargo, no eran capaces de alejarse el uno del otro. Erick cortó la distancia y posó sus labios sobre los del mayor, el cual permanecía estático. La sensación suave y húmeda que estos le producían hizo que profundizarse el beso. Su movimiento era lento y suave mientras que Joel permanecía quieto.

El cubano separo sus bocas pero cuando se quiso dar cuenta una mano en su nuca hizo que volviesen a unirse. Esta vez Joel llevaba el mando y su beso era mucho más desesperado y pasional el cual Erick no tardó en responder.

Miedo a enamorarme - Joerick  {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora