Capítulo 23

374 41 10
                                    

Llevaban varios minutos acostados en el sofá sin decir nada, con las piernas enredadas y sus cuerpos entrelazados. No había caricias ni besos, solo eran ellos sintiéndose el uno al otro.

Joel jamás pensó poder sentirse de esa manera, y menos si el culpable de ello era el chico que le había hecho la vida imposible desde que llegó. El calor que emanaba del cuerpo del cubano le provocaba sentirse protegido, no quería levantarse y que esa sensación acabará, no quería irse. La vibración del móvil de Erick en el bolsillo le hizo separarse ligeramente para que pudiese sacarlo.

Al desbloquearlo, pudo observar en la pantalla que tenía varios mensajes de un grupo llamado "los activos". Supuso que era un chat con el resto de amigos ya que en varias ocasiones los había escuchado llamarse a ellos mismos de esa forma. Erick no se preocupó de esconder la conversación y comenzó a leer lo que habían escrito.

WhatsApp de "Los activos":

- Chris: Erickiiiiin, se que ahora estarás muriendo de la resaca pero cuando puedas mira si me he dejado en tu coche la cartera.

- Richard: Dale dos días para recuperarse, ayer se bebió hasta el agua de las macetas el hijo de puta.

- Chris: jajajajaja, estaba sediento el pobre... Por cierto, ya nos contarás qué tan loba era la rubia esa en la cama, menudo golpe te metió en la cabeza!!

- Zabdiel: Si sólo fuese el golpe... Más ruidosa no podía ser! Me he tenido que bajar a desayunar del escándalo que estaba montando.

- Chris: Y parecía tonto cuando lo compramos...

Joel ya no pudo leer más ya que Erick había apartado el teléfono fuera  de su vista.

El mexicano se levantó de golpe y recogió su camiseta del suelo dispuesto a ponérsela pero unas manos se la arrancaron rápidamente.

- Joel espera, déjame explicarte... - El rizado volvió a coger la ropa de sus manos de un tirón - Joder, yo...

- Nada Erick, no tienes que explicarme absolutamente nada, tú puedes hacer lo que te de la gana y follarte a toda la que se te cruce si te apetece - Sus palabras no parecían concordar con sus actos ya que, intentaba no parecer molesto pero ya estaba vestido completamente y dispuesto a irse.

- Entonces por qué te vas? Estábamos bien no? Si no te molesta que me acueste con quién me da la gana, por qué parece que estás huyendo ahora mismo?

- Huir yo? No me hagas reír! - Un suspiro agudo salió de lo más profundo de su ser - Eres tú el que da una de cal y otra de arena. Pero sabes que? Que te jodan, que ya me he cansado de esta mierda... - Se disponía a abrir la puerta pero Erick lo volteó sin darle opción.

- No somos nada Joel, no puedes ponerte así, joder estamos intentando ser amigos no lo jodas de esta manera - La cara del mayor parecía estar descompuesta.

- Tienes una extraña manera de hacer amigos... No sé tú, pero yo no voy dando mamadas a la gente por la vida - El tono de Joel era más calmado, su estado había pasado de furia a decepción. Sentía la necesidad de escapar de allí y volver a su casa, a su refugio.

- Y yo tampoco, pero qué crees que significaba ésto? Nosotros no podemos ser nada más que... Esto. Jodeer, no lo pongas más difícil! Yo no soy gay, ya lo sabes! Que esperabas?

- Nada - El rizado se frotó la cara con frustración. Se sentía realmente avergonzado - Me tengo que ir Erick, nos vemos mañana - El mexicano se zafó del agarre del más joven y salió por la puerta.

El regreso a casa fue rápido. Ni siquiera fue realmente consciente de cómo se encontraba ya en su habitación. Se quitó la ropa y se metió en la cama tapándose con las mantas hasta el cuello. No quería pensar en todo lo que había pasado durante el fin de semana, sin embargo, su cabeza parecía no querer darle tregua.

Erick tenía razón en reprocharle que no podía estar molesto. Joder era verdad, ellos no eran nada, Erick no era gay, pero entonces por qué no lo dejaba en paz? Cuando estaban juntos parecía que había una atracción mutua, que realmente se deseaban, y Joel sabía que Erick no era capaz de fingir eso. Quizás estaba confundido, él también lo estaba, pero no quería ser su conejillo de indias.

Sabía que contaba con un factor en contra y esque era consciente de que recientes sentimientos  habían surgido en él. No podía seguir con el juego que se traía el ojiverde si no quería sufrir más, por mucho que le doliese, iba a acabar con esto antes de empezarlo.

Se despertó después de una noche inquieta. Su estado de ánimo estaba por los suelos pero el haber dormido durante unas horas le había hecho bien. No quería ir a la universidad y ver allí al chico que le había tenido en vela la mitad de la noche pero debía enfrentarlo. Necesitaba seguir con su vida y la única manera era dejar lo que había pasado atrás. Encerrado en su habitación no iba a conseguir nada.

Después de prepararse y desayunar, se dispuso a ir a la universidad. Hoy Israel no le acompañaba ya que no tenía clase a primera hora y aunque solía ir a la biblioteca antes de la primera clase, hoy había preferido quedarse durmiendo. Cuando salió a la calle una ráfaga de aire frío le hizo extremecer, pero terminó de quedar congelado cuando vio el coche de Erick aparcado enfrente y el apoyado en éste.

Comenzó a caminar en dirección a la universidad aunque era consciente de que el cubano se había percatado de que lo había visto.

- Joel por favor para! Déjame llevarte, solo quiero hablar un segundo contigo - Erick lo sujetó del brazo con la intención de que le siguiese hasta el coche.

- Sueltame! Ayer ya hablamos todo lo que teníamos que hablar! Para mí ya está todo dicho. - Se zafó de su agarre y continuó caminando.

- Joel por favor escúchame - El rizado paró sus pasos pero sin voltearse, lo cual el ojiverde aprovechó para continuar - Sólo quiero explicarte por qué me he comportado como un jodido imbécil contigo... Te llevo a la universidad y si después de lo que te diga no quieres volver a hablarme, está bien, no volveré a molestarte.

Joel dudó unos segundos pero su terquedad no le permitía quedarse sin saber lo que Erick tenía que decirle, a pesar de no tener demasiada confianza de que sus palabras fueran verdad. Se adentró al vehículo provocando que una leve sonrisa se escapase en el ojiverde. Imitó su gesto y se metió en el coche.

- Antes que nada.. - Arrancó con lentitud queriendo hacer el camino un poco más largo - .. quería pedirte perdón. Perdón por... Joder perdón por todo. No soy bueno en esto, nunca he tenido que dar una puta explicación a nadie y siento que no sé... Que es complicado entenderme - Joel no apartaba la mirada de la carretera, sabía que a Erick le estaba costando y mirarlo le haría más débil ante sus palabras.

- Al grano... No tengo todo el día - Joel quería intimidarlo. Pretendía parecer que lo que le estaba contando no era importante para él.

- Joder Joel no me lo pongas tan difícil, lo estoy intentando! - Erick se desvió a su derecha y paró en el andén provocando la confusión en el mayor - Mírame! - Sus ojos se cruzaron y él aprovechó para seguir - A mi... A mí no me gustan los hombres Joel, a mí me encanta pasármelo bien, tontear, nose... Lo típico!

- Y por qué mierda me cuentas eso? A mí que me impor...

- Déjame acabar y luego hablas. Joder, todo eso me gusta, pero luego apareces tú, y te juro que intento evitarlo Joel, pero no puedo! Desde el puto primer día que apareciste en clase me hiciste dudar... De todo! De mí! Y luego... Eres tan jodidamente bueno, tan asquerosamente perfecto que me haces odiarte!

- Vaya gracias, si estás intentado enfadarme más vas por el buen camino - Erick resopló lleno de frustración. Agarró las mejillas del mexicano y continuó.

- Joel, tú me provocas cosas que no había sentido nunca. Me he intentado alejar de ti miles de veces pero no puedo, siempre vuelvo porque en el fondo quiero que estés aquí conmigo. No sé de qué manera ni por qué, pero no puedo permitir que te alejes, no quiero. Sé que suena jodidamente egoísta porque ni siquiera sé que puedo ofrecerte, no sé ni lo que siento, pero sé que te necesito a mi lado. Así que por favor... Déjame estar contigo, no te vayas, solo quiero que... Que nos descubramos el uno al otro juntos.

Miedo a enamorarme - Joerick  {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora