Capítulo 6.

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El medallón era de un material aparentemente natural como lo era la plata, de aproximadamente unos seis centímetros de ancho, con una cadenita de oro. La forma del medallón se asemejaba a un rostro humano, pero no cualquier rostro. Era el rostro de un joven, quien portaba una camisa con cuello, un casco de guerra y sus rasgos físicos eran similares a los de un inglés.

Cuando llegué a mi casa, mi madre estaba atenta a las noticias que pasaban en la televisión. En el reportaje, estaba un joven sentado frente a una mesa de madera, y detrás de la pantalla -aclaro que nosotros como espectadores no le veíamos la cara- había lo que parecía ser un policía que lo interrogaba.

El chico mostraba una mirada de preocupación, y en el encabezado de las noticias decía con letras grandes.

"Sobreviviente del fantasma Jack Sin Ojos"

Cuando lo leí, me senté justo a un lado de la pantalla, mirando atentamente como el policía le hacía un interrogatorio de lo sucedido, por lo que él empezó a narrar lo que había pasado.

**Hace unos años, recuerdo que me mudé cerca del cementerio civil de Seúl, vivía con mi hermano mayor Edwin. Después de unas semanas viviendo solo, empezamos a escuchar ruidos extraños proviniendo de las afueras de la vivienda, y aunque no se parecían a nada que pudiéramos haber escuchado antes, nos tranquilizábamos al decirnos entre nosotros que se trataba de un perro.

Por la noche del siguiente día, volví a escuchar esos ruidos extraños. Al principio me tranquilicé al suponer que igual era un perro, justo cuando estaba recuperando mi sueño, oí claramente como alguien abría mi ventana, y como alguien saltaba hacia mi cuarto.

Abrí los ojos con sospecha, pero no vi nada y volví a dormirme.

A la mañana siguiente le conté a mi hermano lo que había sucedido. Pero cuando mi hermano se dispuso a ir a mi cuarto, notó que había una herida muy profunda en mi mejilla derecha que no dejaba de sangrar.

Con un poco de tiempo y prisa, me llevó al hospital, donde los doctores me revisaron y notaron que me habían extirpado un riñón mientras dormía.

Llenos de miedo, regresamos a casa mi hermano y yo. No sabíamos como había ocurrido todo, pero lo que sí sabíamos era que todos esos ruidos extraños estaban relacionados con lo que sucedió.

Por la noche me fui a tratar de conciliar mi sueño, pero nunca lo conseguí, por lo que decidí a hacerme el dormido hasta que volvieran a aparecer los ruidos y así saber quien había sido el culpable de todos estos males que me atormentan.

Pasaron las horas, y media hora después de las doce de la noche, noté que alguien me miraba. Volteé lentamente hacia un rincón de mi habitación ¡Y allí lo vi!

¡Una silueta humana, encapuchada, vestida totalmente de negro con una máscara azul que no tenía nariz ni boca, y lo más loco es que aquella criatura no tenía ojos! Pero sentía como esa cosa me miraba desde lo profundo de esas cuencas negras y vacías cubiertas por una sustancia negra y espesa que escurría sobre la máscara y por debajo de ella.

En cuestión de segundos, la horrible criatura se abalanzó contra mí, tratando de quitarme mis ojos. Logré quitármelo de encima y salir corriendo, saltando por la ventana ya abierta de mi cuarto. Corrí sin mirar hacia atrás hacia lo profundo de la ciudad, pero tropecé con una piedra y me golpeé la cabeza, quedando inconsciente.

Desperté en el hospital de nuevo, pero ahora los doctores me darían la peor noticia que pude haber recibido. Después de adentrarme, al salir de mi habitación, hacia las calles, aquella bestia fue y mató a mi hermano, quitándole los ojos y el riñón.

Luego de unas semanas después de lo sucedido, mis padres y yo fuimos de nuevo a la casa donde me quedaba con mi hermano, pero al volver solo, yo encontraba otra manera de hacerme sentir mal.

Durante la visita que realicé con el fin de sacar todas mis pertenencias, encontré la puerta que conducía al sótano entreabierta, caminé con paso pesado hacia ella y prendí la luz. Lo que vi me carcome por dentro hasta la fecha.

Era mi hermano, tirado justo a los pies de la escalera, cubierto de su sangre, boca abajo, con una gran mordida en donde se encontraba su riñón, cubierto por un líquido negro, y a su costado estaba su riñón, igual que su cuerpo y con un mordisco, cubierto de sangre y por ese líquido negro parecido al líquido que emanaba de los ojos de ese ser**

Después de que el joven diera su declaración frente a las cámaras de las noticias. Apareció la periodista y volvió a con el tema de los asesinatos.

-Gracias por el reportaje, Yioung Kim. La leyenda de Jack se hizo muy popular en Corea del Sur desde que muchos asesinatos empezaron a ocurrir con las mismas características. La víctima no tenía un riñón. Nadie sabe el verdadero origen de esa criatura con forma humana que se alimenta de los órganos de personas. Muchos dicen que es un ex soldado que enloqueció después de la guerra. Otros dicen que es un demonio que vive en el cuerpo de un adolescente para saciar su sed de sangre humana. Pero todos coinciden en el nombre de ese ser... Eyeless Jack. Por aquellos terribles y espeluznantes agujeros sin ojos de los que escurre una sustancia negra. Así que la próxima vez que estés en tu habitación y escuchas un ruido a la mitad de la noche y no veas nada. ¡No te confíes! Porque desde la oscuridad. Jack sin ojos se está saboreando tus órganos.

Empecé a temblar de una manera descontrolada justo al costado de mi madre. Ella me abrazó mientras trataba de tranquilizarme.

Todo este temor ya había llegado muy lejos para mí, los asesinatos, las historias de aquel personaje, ya no podría aguantar un maldito minuto más estando así, seguramente esta noche, o las siguientes, Jack estaría velando por mí en la profunda oscuridad, planeando la forma de asesinarme.

******

23 de marzo. Diez de la noche.

Mi madre, yo y Aerin, quien se había ido por unas golosinas a la tienda, fuimos directo al zócalo. Nos adentramos entre tanta gente mirando todas las ofrendas de diferentes lugares de Corea del Sur, hasta que llegamos a la ofrenda que representaba a Seúl.

-Noah, ¿se te antoja algo de la tienda?

Me dijo mi mamá mientras sacaba wons de su bolsillo de piel que colgaba de su brazo derecho.

- ¡Sí!

Miré que sujetaba su mirada en mi pecho, dirigí mis ojos hacia éste y estaba mirando el medallón que me dio John.

- ¿De dónde conseguiste ese objeto?

Quería decirle la verdad, que el señor de la tienda de curiosidades me lo regaló, pero conociendo un poco a mi progenitora, me diría que no sería bueno recibir objetos regalados por gente desconocida. John, aunque sea de origen inglés, no era un mal tipo, siempre veía por sus clientes frecuentes, en esos me incluyo. Así que le mentí diciéndole que lo compré con mis ahorros.

-Pues se te ve muy bien, cuídalo- luego de eso, me dio dinero -A ver mi niño, te daré dinero para que vayas a comprar lo que tú quieras. También te pido que busques a tu hermana.

- ¿A dónde se fue In? – pregunté.

-Creo que se fue por la calle de la casa abandonada.

De repente, mi cabeza recibió el impacto de una ola descomunal al escuchar que Aerin, mi no tan querida hermana mayor, se había ido por la calle de la casa donde vivían los Zuckerman. Luego de que llegáramos al zócalo, Aerin se fue por aquella maldita calle, disque a comprar algo a la tienda.

- ¿La ca-ca donde... vi-vive... Ja-Jack?

- ¡Noah! – se rió, probablemente en burla a mi credulidad -Esas son solo leyendas, no pasa nada hijo- me dio un castro beso en la frente -Anda hijo, vete ya para que no se te haga más noche.

La Leyenda de Eyeless JackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora