Hipo y Astrid se encontraban cómodamente abrazados el uno al otro sentados recargándose en un árbol, Astrid se sentía la chima más feliz del el mundo, por fin Hipo confeso sus sentimientos hacia ella, lo único que restaba era conseguir las ingredientes que precisaba Tormenta (dragón de Astrid) para sobrevivir a su mortal enfermedad conocida como viruela de dragón, y además de eso tenían que ganar la aprobación de sus padres para su futuro noviazgo y de esa manera podría tener la vida soñada que siempre deseo desde hace uno o dos años más o menos.Por otro lado Hipo también sentía lo mismo, le preocupaba la situación en la que se encontraba Tormenta, pero aun más el ganarse la aprobación de los padres de Astrid (mayormente de su padre), pero en ese momento Hipo y Astrid tenían con un pequeño espacio para disfrutar un poco junto a Astrid.
Astrid se encontraba con su cabeza sobre el pecho de Hipo con sus ojos cerrados, Hipo por un momento dejo un poco de lado su timidez de lado, comenzó a acariciar suavemente el hermoso cabello rubio de la joven vikingo que era tan sube como la seda, cuando Astrid sintió las tiernas caricias de Hipo no pudo evitar sonrojarse un poco, Astrid involuntariamente froto su cabeza contra el pecho de Hipo haciendo que este se sonrojara.
Hipo por alguna razón dejo de acariciar el cabello de Astrid, cosa que a ella le disgusto.
Astrid: (confundida) ¿Hipo porque te detienes?
Hipo: (sonrojado) bueno es que yo
Astrid: (pensado: Hipo Horrendo Haddock tercero, más te vale que en este momento me digas porque te detuviste)
Hipo: (no dijo una sola palabra mas y desvió su mirada hacia el suelo)
Astrid: (no tardo en darse cuenta de esto) (pensando: ¿Qué es lo que le pasa a Hipo?)
Astrid de golpe recordó que Hipo se sonrojaba con facilidad en sus manos, así que tomo a Hipo de la mandíbula obligándolo a verla a los ojos.
Astrid: Hipo no tienes de que avergonzarte (toma a Hipo de la mano) enserio (le da un delicado beso en los labios para luego colocar de nuevo su cabeza en el hombro de Hipo)
Hipo: (al oír lo que Astrid le dijo recupero un poco la confianza y regreso a acariciar el pelo de Astrid)
Astrid: (al sentir como Hipo la acariciaba nuevamente mantuvo bajo control sus impulsos)
Pasaron unos minutos, Hipo aun continuaba acariciando cariñosamente el cabello de Astrid, quien se encontraba tan relajada que no tardo en dormirse en los brazos de Hipo, este al darse cuenta de que el abrazo de Astrid perdía fuerza, noto que la hermosa rubia estaba cómodamente dormida entre sus brazos.
Paso por lo menos una hora hasta que Hipo se había cansado de estar sosteniendo a Astrid para que no callera, así que decidiera despertarla para ir a pasear en Chimuelo o ir a comer algo, pero también sentía gran dolor el despertarla de lo que parecía un dulce suelo, después de reunir algo de valor y pensar en una manera linda de despertar a Astrid.
Hipo: (se acerca para besar a Astrid en los labios para despertarla, el beso fue corto pero suficiente para despertar a Astrid y que esta se diera cuenta de la manera que Hipo decidió despertar cosa que hiso que ella se sonrojara un poco) (le susurra suavemente en el oído) Astrid despierta
Astrid: (despertó inmediatamente se sentía descansada, pero no sentía más deseos de seguir durmiendo) ya desperté Hipo (se levanta)
Hipo: (tímidamente le pregunta) ¿dormiste bien?
Astrid: si, de hecho dormí muy bien gracias a ti (le guiñe el ojo haciendo que este se sonroje)
Hipo: (sonrojado) Astrid ¿quieres que vayamos a pasear en Chimuelo?
Astrid: me encantaría, vamos (toma a Hipo de la mano y se van de regreso al gran salón)
Al llegar haya se dieron cuenta rápidamente de que Chimuelo ya no se encontraba comiendo en el gran salón.
Astrid: (confundida) ¿Dónde se habrá metido Chimuelo?
Hipo: no lo sé, seguramente estuvimos mucho tiempo fuera y decidió irse a casa
Astrid: ¿pues cuento tiempo estuve dormida?
Hipó: (nerviosos por la reacción que podría tener Astrid) como una hora
Astrid: (en realidad no pareció que le importara cuanto tiempo estuvo dormida) bueno vayamos a buscarlo
Hipo: está bien
Salieron del gran salón rumbo a casa de Hipo, hasta que Astrid recordó algo importante.
Astrid: oye Hipo
Hipo: dime
Astrid: quiero ir a ver como se encuentra Tormenta, luego te alcanzo
Hipo: está bien
Así se separaron para irse a sus respectivas casas.
En casa de Hipo
Hipo entraba por la puerta cuando Chimuelo apareció frente a él y lo derivo y comenzó a lamberle el rostro
Hipo: jajá Chimuelo ya quítateme de enzima
Chimuelo: (pensado: claro hermano) (se quita de encima de Hipo y comienza a olfatear a Hipo)
Hipo: ¿Chimuelo qué es lo que haces? (dijo mientras se quitaba la saliva de la cara)
Chimuelo: (al continuar olfateando a Hipo se dio cuenta de que su olor no era el habitual, sino que había cambiado el se dio cuenta de que el olor distintivo de Astrid estaba imprecando en todo su cuerpo) (pensado: vaya hermano parece que te divertiste mucho hoy con la chica rubia, por cierto no volveré a entrometerme cuando este con ella, pero más vale que no te olvides de mi por estar más tiempo con ella)
Hipo: como sea iré por algo de comer
Chimuelo: (pensando: dame más pescado, el que me dio la chica rubia no estaban muy buenos) (le tira la cesta bacía donde suele comer sus pescados)
Hipo: (se da cuenta de que Chimuelo le está pidiendo más pescados) claro amigo te daré mas comida
En casa de Astrid
Astrid llego únicamente a ver como se encontraba Tormenta, al parecer las pústulas que le había dicho la anciana que aparecerían ya comenzaba a salir, ella había dejado en un pedazo de papel los días que faltaban para la muerte de Tormenta que sería evitada si conseguían los ingredientes necesarios para la cura, con el termino de este solo le restarían 3 días más, lo único que dijo Astrid fue ''No te preocupes Tormenta, una estúpida enfermedad no te matara''.