-Capítulo 27-Mi ayudante de francés

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Oí el sonido de las malditas persianas subiéndose. Y tras oírlo, sentí toda la luz de la mañana de domingo sobre mi cara. Me escondí entre las sábanas.

-Mamá...-Dije mientras intentaba "Volver a mi ser". Ya que estas no eran formas para empezar un día.

-Ni mamá ni leches. Alisson. Son las tres de la tarde. Levanta o te tiro una botella de agua encima. Dijo tirando del extremo de mis sábanas haciendo que me quedase totalmente al descubierto.

-¡Qué te levantes!.Como no te levantes en lugar de tirarte agua encima te pegaré con ella. ¡Vamos!.

Dijo tirando nuevamente del extremo, esta vez de la almohada dejandome únicamente con el colchón. No sabía si reír o llorar. Me incorporé en la cama "Dios mi cabeza".

Mi madre, tras dar un portazo de lo más dramático posible, salió por la puerta.

Analicé mi alrededor. ¡Un papelito en el suelo!. Arrastré mi cuerpo hasta caer sobre las sábanas que se encontraban en el suelo. Desdoblé aquel papelito. "Ayer tuve que entrar a tu cuarto por tu ventana. Llegué a pensar que era Batman. Y tú seguías dormida. Pensé que te habías muerto."

Solté una carcajada al imaginar a Niall entrando por mi ventana, conmigo colgando de su espalda.

De ponto oí un ruido, algo se había caído. Me levante y fui corriendo a la cocina. Se habían caído sartenes de los armarios. Mi madre estaba apoyada en la encimera mientras se tapaba la boca.

-¿Mama?.-Dije terminando de entrar en la cocina.

-¿Estás bien?.-Pregunté.

La historia de mi madre era la de una bici sin frenos. Nunca sabes que va a pasar una vez que montas.

-Alisson, ve con tu hermano.

Al ver que no reaccionaba levantó la cabeza y me miro.

-Venga.- insistió.

Me di media vuelta y entre al salón.

Josh, como no, con la maldita maquinita.

Después de 10 minutos con el maldito ruidito del juego, mi hermano pulso pausa.

-Veo que a ti también te ha echado.-Dijo mientras tiraba el mando al otro extremo del sofá.

Yo abracé un cojín y subí las piernas al sofá.

-Si.

Nos quedamos callados.

-Oí ruidos anoche.

-¿A qué hora?.

-No sé.-Dijo. Hizo una pausa intentando recordar la hora, pero se rindió.-Tarde.-Balbuceó.

-¿Y que hacías despierto tarde.-Pregunté intentando desviar la conversación.

-No podía dormir.-Soltó. Miró al mando y decidió retomar la partida. El maldito ruidito del juego y el sonido de los disparos volvían a ser lo protagonistas. Tras suspirar, y aceptar que si seguía escuchando eso, me volvería loca, decidí meterme a mi cuarto. Eso sí, antes de entrar eche un vistazo a mi madre, parecía mas relajada.

Comenzó a sonar Say Something de mi móviles. Alargué la mano y mientras buscaba entre las sabanas fui siendo consciente de que me había quedado otra vez dormida.

Ni siquiera me acordaba de que tenia ese tono de llamada. "Tegan"Leí en la pantalla. Marqué verde y acerque el móvil a mi oreja.

-¿Si?.-Dije.-¿Hola?.-Alejé el teléfono de mi oreja y me di cuenta de que estaba al revés. "Oh vaya". Pensé mientras volvía a acercar el teléfono a mi oreja, esta vez bien, claro.

Amando a través de miradas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora